La vista desde la azotea de la casa de SeokJin era hermosa, solamente cinco minutos llevaba Jungkook en ese amplió espacio pero parecía como si ya hubiesen pasado horas.
El agobio le carcomía de a poco, la tensión recorriendo sus venas al igual que la adrenalina por simples situaciones que le habían saturado hace menos de media hora.
Casi como una tortura, pero aún no llegaba a ese extremo.
La brisa chocaba con el costado derecho de su cuerpo, no era lo suficientemente frío como para hacerle tiritar pero sin duda lo tenía al borde de el entumecimiento. Sus ojos grandes, abiertos de par en par y direccionados al horizonte de esa noche particularmente iluminada, sus manos aferradas al barandal en acción de nerviosismo, sus labios ya secos de tanto relamerlos, simplemente la confusión mezclada con desesperación haciendo un corto circuito en su cerebro.
Un pequeño click le llevó a dar media vuelta, asustado, el sonido débil al ser un chiquillo alto quién traspasaba el ventanal de vidrio y cerraba tras su espalda.
"Hola... ¿también estás cansado de estar ahí abajo?" Le escuchó decir con una voz, peculiar, agradable, asemejándose a un ronroneo bajito y bonito contra sus oídos.
El castaño se alejó rápidamente, pero solamente unos cuantos pasos, sus ojos recorrieron desde la punta de los pies hasta los marrones cabellos del contrario.
Se sentía incómodo, pero no había nadie más en aquel lugar... tal vez era esa su oportunidad de dar un paso frente a la sociedad.
"¿Estás bien?" Preguntó al ver al castaño restregar sus manos con incomodidad en un intento de lucir tranquilo.
"Sí" Dijo suavemente, enseñándole por primera vez su voz al contrario.
Aquel alto y notablemente alegre chico le regaló una sonrisa... ¿cuadrada?
Piel morena, prendas coloridas, claramente de un alto precio. Ojos de cristal, labios delgados, pero lucían esponjosos, él era precioso.
"Soy TaeHyung, Kim TaeHyung... el primo de Seokjinnie y NamJoonnie hyung" dijo sin quitar la sonrisa que traía.
"Soy Jeon Jungkook, SeokJin y NamJoon son mis mejores amigos" habló tímidamente.
"¿Que edad tienes? Tal vez podamos hablar más" preguntó dando cortos pasos hasta pararse frente a Jungkook.
"tengo diez y siete" murmuró bajando la mirada hasta llegar a la punta de sus pies.
"¡Bien! Tengo veinte" extendió su mano y palmeó el hombro derecho de el menor, sacándole una pequeña sonrisa que luego se transformó en pequeñas carcajadas.
"¿Saliste de la escuela?" Le preguntó Jungkook, saliendo inconcientemente de su zona de confort.
"Sí, entré a la universidad el año pasado" respondió aún con esa expresión alegre.
Algo que había llamado la atención de Jungkook era ver la facilidad y alegría con la que Kim TaeHyung hablaba acerca de sus estudios, digo ¿quien disfrutaba al hablar de semejante tortura?
"Yo salgo este año..." Dijo cabizbajo.
"¿Qué quieres estudiar?" Preguntó TaeHyung, dejando a Jungkook con la boca cerrada y la expresión congelada.
Un vacío rellenó su mente y pensamientos, dejándole la mirada asustada pegada en el pecho del contrario.
Vaya pregunta...
Si bien Jungkook era el mejor alumno de su clase, y todos le veían siendo un gran empresario, o fotógrafo, o escritor, o miles de cosas en un futuro, él mismo no tenía ni la menor idea de qué podía ser cuando grande, cuando saliera al mundo real.
YoonGi, Hoseok, Jimin, NamJoon y SeokJin se habían encargado de guiar a Jungkook y mantenerlo alineado dentro de su mundo, resguardandole de cada problema o ataque por parte de alguien o algo. Siempre estuvieron junto al pequeño, llevándole hasta la cima en todos los sentidos, también esperando que en un futuro pudiera ser alguien importante dentro de la sociedad, pero no sabían que ellos mismos le hacían daño.
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