Cuarenta años, esbelta, cabello liso, piel bronceada a la perfección, manos largas y finas, alta, ojos rasgados, labios finos.
Madre de TaeHyung.
Ex sicológica de Jungkook.
Quien ayudó a Jungkook a salir del infierno en el que estaba, solo con amor.
Y esa era la única explicación de aquel abrazo, esa voz que con el tiempo se transformó en medicina, palabras que con los años se transformaron en necesidad.
Hace más de seis años no se veían y eso sin duda lo transformaba en algo especial.
Fue duro, a los dos les dolió, y más dolía el hecho de que aquella mujer no fuera si quiera una sicológica y se separaran por la salud mental de Jungkook...
TaeHyung con suerte tenía once años en ese entonces, no conoció nunca a Jungkook pero en su momento supo que su madre lo ayudaba.
"Estás muy grande, pero tus ojos no han cambiado en nada" dijo ella acariciando la mejilla pálida del chiquillo.
Y TaeHyung solo podía verlos, demasiado embobado como para protestar.
"bueno... quiero jugar con los chicos antes de que se vayan a Busan de nuevo, si no les molesta llevaré a Koo conmigo" dijo TaeHyung rápidamente, dando unos cuantos pasos hasta estar junto a Jungkook y afirmar su antebrazo.
Jungkook solo sonrió y le dió un último abrazó a MinHa, después de eso caminó de vuelta a la sala seguido de Jimin y TaeHyung.
"Podrás volver solo a casa ¿o quieres que vuelva por ti?" Preguntó rápido, TaeHyung dando media vuelta y caminando en dirección a su madre.
Le sonrió y besó su mejilla, le susurró algo al oído y volvió a la sala con los demás.
...
"¿Cuándo te irás?" Le preguntó Jimin a Jungkook mientras le entregaba un vaso con jugo.
"Me iré el lunes de la sub siguiente semana, el miércoles de esa misma semana entraré a clases" explicó para tomar un sorbo.
"TaeHyung y yo tenemos clases virtuales ahora, solo será presencial la segunda etapa del año" volvió a hablar.
"Pero no estudian lo mismo..." Murmuró confundió.
"Jimin estudia música, yo estudio diseño de moda, pero hemos logrado hacer unos cuantos cambios que han estado a nuestro favor y hemos terminado juntos en algunas clases a pesar de tener distintas carreras" explicó el mayor.
"seguro ha de ser... genial" habló Jungkook con impresión.
"Si Jimin no fuera tan odioso, claro que sería genial" murmuró TaeHyung, prontamente arrepentido.
El rubio se lanzó sobre TaeHyung, buscando algún acceso al abdomen de el ya nombrado para así hacerle cosquillas.
"¡El odioso eres tú, Kim!" Gritó.
Y al ver al castaño simplemente reír en su puesto, decidió ir y molestarlo a él también.
"¿Tú también quieres cosquillas?" Preguntó.
Pero de mucho no sirvió, pues ya se había lanzado sobre el contrario y entre ellos acabaron armando una guerra, entre risas y lágrimas de tanto reír.
Terminaron cayendo al suelo, los tres, haciendo que se escuchara el fuerte golpe a lo largo de la casa, pero solo pudiendo responder con más risas.
Los demás no tardaron en llegar a ver qué sucedía, aunque solo se encontraron con las tres risas bonitas y cansadas mezcladas en una.
"Tengan cuidado, no quiero heridos" dijo SeokJin riendo.
La puerta volvió a cerrarse, todos se tranquilizaron, se levantaron del suelo y se sentaron en el amplio y cómodo sillón de nuevo, dando un suspiro.
...
El día había pasado más que rápido, ya había llegado la hora de despedirse de TaeHyung.
"Por favor ten cuidado en el camino, cuidado con las personas que te rodean, si quieren robarte, dales todo lo que tienes pero que te dejen en paz, llámame cuando llegues a tu casa y si tienes problemas en el camino, avísame y te voy a buscar" le dijo SeokJin, haciendo reír a TaeHyung.
"Hyung, tengo veinte, estaré bien y llegaré sin ni un rasguño a casa" afirmó.
"Nadie sabe, Kim" habló Jimin.
TaeHyung se acercó a cada uno de los chicos y se despidió de un abrazo, deteniéndose por segundos para decirles algunas palabras, pero llegó hasta Jungkook, y todos posaron sus miradas sobre ellos dos.
Jungkook odia los abrazos.
TaeHyung los ama.
Los dos se quedaron rígidos, mirándose a los ojos.
"Te veré mañana, JeonGgukie, cuídate ¿sí?"
Habló con esa extraña y peculiar voz que le pertenecía.
Levantó una de sus largas manos y la dejó caer suavemente sobre los cabellos de el contrario, desordenandolos y haciéndole reír.
Resbaló su mano a lo largo del cuello del chiquillo y lo apretó levemente para finalmente voltearse entre sonrisas y miradas.
Había sido un día extraño, improductivo, pero lleno de sensaciones nuevas, cada vez faltaba menos para que aquellas dos semanas acabaran, y extrañamente, Jungkook no quería que acabaran, él quería conocer a TaeHyung, quería ser su amigo, su mejor amigo si era posible.
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