Vestía un conjunto negro, sus zapatillas eran perfectamente blancas al igual que sus medias.
Daba pequeños pasos por uno de los pasillos del hotel, abriendo su camino en dirección al auto que les llevaría a casa de SeokJin. Casi causaba ternura verle recorrer el lugar con rapidez, sus manos escondidas en los puntos de su chaqueta una talla más grande que la suya, pero ternura no era exactamente lo que JungKook sentía en ese instante.
"Cuando lleguemos a casa de SeokJin podrás descansar en su cuarto, y si quieres puedo quedarme ahí contigo" le dijo YoonGi y acomodó el cuello del camisón que Hoseok traía puesto.
El chiquillo nuevamente asentía, la mirada perdida y empequeñecida en sus dos tutores, solo logrando estimar una cantidad aproximada de personas que podían haber tocado esos mismos asientos en el transcurso del día.
Era terriblemente agobiante, desesperante y asqueroso si podía hablar con sinceridad.
Durante el camino nadie hizo más que ver por las ventanas del vehículo y admirar las calles de aquella ciudad, los árboles, los pajaritos, el cielo, eran cosas que de alguna u otra forma era especial de ver, aunque lo vieran todos los días en Busan...
Lastima que el auto frenó frente a la casa de SeokJin en lo que parecieron dos minutos, y como si no fuera suficiente el sentirse incómodo por tener que lidiar con lo que sería una gran salida de su zona de confort en esas dos semanas, la casa parecía estar llena.
Hoseok dejó un abrigo sobre los hombros de Jungkook, peinó sus cabellos y ordenó sus prendas de vestir luego, besó su mejilla en un intento de calmarlo, pero parecía ser que solo entrando a casa podría mantenerse tranquilo.
Salieron del auto, Jungkook temblando por el simple hecho de recordar que todas esas personas estarían en un lugar, tan juntas, tan cerca, sin respetar sus propios espacios personales ni el de los demás.
No era algo que le gustaba en lo absoluto.
Los tres caminaron hasta llegar a la puerta y tocar el timbre de esta.
Los pasos acelerados resonando fuertemente al tener fuerte contacto con el piso de madera, y de golpe ante sus ojos la luz artificial de dos lámparas había chocado contra sus miradas.
SeokJin con una sonrisa eclipsando sus perspectivas visuales.
"Koo... ¡llegaste!" Gritó a penas lo vió, el castaño no pudo hacer más que sonreír, escondiendo su cabeza en el hueco del cuello del mayor frente a él, juntando sus cuerpos en un abrazo apretado.
"Te extrañé, hyung" le susurró al contrario, palmeando su espalda en la cercanía.
"Todos te extrañamos... vamos entra, los demás no pueden esperar más para verte" habló con con felicidad.
Pero Jungkook lo miraba con desagrado ahora, ¿quienes eran 'los demás'?
"no" dijo horrorizado al ver a la gente en la sala de estar.
"Por ahí está Jimin junto a Nam, están ansiosos ¿prefieres ir a mi habitación y les digo que vayan a verte ahí?" Preguntó al ver que sus manos estaban sudando, al igual que su frente y cuello.
"Subamos" volvió a hablar SeokJin, respondiéndose solo, pero ahora tomando a Jungkook de la mano y guiandole rápidamente hasta su cuarto.
El mayor abrió la puerta, dejándoles ver el ordenado, limpio y perfecto ambiente que había detrás del umbral.
El olor a colonia florar satisfaciendo cada necesidad y hasta logrando calmarle un poco.
"Acomódate, acuéstate, tápate si tienes frío, duerme, mira una película, lee un libro, ve al baño, haz lo que quieras, yo iré a buscar a los chicos" sonrió y acarició las mejillas de JungKook para después irse.
El castaño corrió hasta llegar a la cama y saltar sobre esta, revolcándose entre las mantas y peluches que a su SeokJin le encantaba tener junto a él en las noches frías.
Y de hecho, por un momento llegó a olvidar que estaba en casa de SeokJin, porque al escuchar los fuertes gritos de Jimin y NamJoon se sentó en la cama completamente asustado y desorientado, entrando nuevamente en conciencia de lo que sucedía cuando Jimin lo abrazó mientras sollozaba y escondía la cabeza del castaño contra su pecho, y NamJoon hacía espacio entre ellos dos para acariciar a Jungkook luego de once meses de distancia.
Solo se extrañaban, solo extrañaban amarse en persona.
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