ᝰ 35

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𖥸

Seonghwa creyó haber sido capaz de trabajar en la conflictiva perspectiva que mantiene de su persona con el pasar de aquel largo tiempo. Yeosang es, en definitiva, el mayor responsable de que el desprecio por su propia imagen individual se hubiera reducido gradualmente, sin embargo, el resultado final se mantiene todavía como un anhelo.

Ve realmente difícil que el profundo odio que experimenta hacia su propio carácter se pierda de alguna forma, y es que jamás podrá dar con aquel objetivo si comete los mismos errores sin cansancio, catapultado por su impulsiva agresividad. Su problemática personalidad es, y siempre fue, una gran piedra interpuesta en cualquier camino que decida tomar. No necesita enumerar mentalmente a la cantidad de personas que hirió por aquella razón para experimentar arrepentimiento. Aún así, en aquella vergonzosamente larga lista, el nombre de Kang es el que más peso genera. Recordar cuando, al inicio del ciclo escolar, solía lastimar cruelmente al joven con sus insensibles comentarios fue una diaria tortura para él, una de la que paulatinamente había logrado librarse. Hasta hace un día, exactamente.

Su frustración incrementa en gran medida por cada minuto que transcurre. Tiene muy fresca en su memoria la mirada desbordante de indignación que el más joven le dedicó luego de que su comentario fuera soltado, sin ser pensado previamente. Sí, él también se encontró a sí mismo algo dolido por la honestidad ajena, la cual es comprensible, pero aún así resulta desalentador que haya sido enunciada de manera tan simplificada. Casi lo percibió como desinterés. De cualquier forma, no considera que ninguna excusa sea suficiente para justificar la manera en la que él también desvalorizó los sentimientos ajenos. Finalmente, logra entender que un malentendido provocado por mediocre comunicación -además de egocéntrico orgullo de ambas partes- no es una razón que le de pie a actuar sin empatía.

Igualmente, de muy poco sirve que sea consciente de sus errores y aquello que debe corregir en su actitud para aspirar una mejora, no si sencillamente él seguirá tomando el camino menos conveniente, sintiéndose un idiota luego pero aún así manteniendo su tan repudiado carácter problemático. Es el único responsable de su inexistente avanzar como persona, y cree que ha aceptado aquella realidad de una buena vez, incluso cuando eso implica convivir con un mal sabor de boca durante la mayor parte de la noche. No puede evitar repasar en su cabeza los múltiples conflictos en los que sus palabras sobraron; sí, quizás sus oponentes no adoptaron el comportamiento más decente, no obstante, fue él quien decidió rebajar su imagen al tocar los puntos débiles ajenos.

Camina por el vacío corredor, aquel cercano al baño que se vio frecuentando en más de una ocasión pasada por una persona específica. Por alguna razón, aquel pasillo no es tan transcurrido como otros, quizás por lo alejado que se encuentra del patio y aquellos puntos de la estancia en los que los estudiantes, en su mayoría, se reúnen a pasar tiempo de receso. Tal como lo anticipaba, se encuentra con Yeosang. No está seguro de qué tan buena decisión sea de su parte el acercarse al joven.

Es la primera vez que se ve en la responsabilidad de lidiar con un Kang profundamente ofendido, y espera que también la última. Sí, previamente tuvo que sobrellevar con cierta desconfianza por parte del muchacho, pero considera que aquello no puede compararse a la situación actual, situación en la que el lío en sus pensamientos le impide actuar con logística. Existe la posibilidad de que el rubio espere que lo busque y se disculpe propiamente, mientras que también la opción de ser deseado lejos es bastante razonable. Se encuentra entre la espada y la pared al no conocer en aquel aspecto tan importante a su enamorado. Decide inclinarse hacia la ilusa suerte, acercándose al menor con pasos dubitativos.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora