𖥸
Suspira y voltea sobre su cuerpo, adoptando una posición en la que resulta posible que su mirada se clave directamente en el techo de la habitación. Yeosang hace una mueca al ver las esquinas, en las que la pintura desgastada destaca sobre cualquier otra característica. Es quizás lo único que le molesta de todos los arreglos que aún no pueden llevar a cabo. No tiene idea del por qué, siendo que normalmente deja pasar e ignora peores fallos.
Esa noche, al igual que las numerosas anteriores, es incapaz de dormir propiamente. El sueño parece ser imposible de conciliar con éxito, y si es que llega a lograrlo, su somnolencia se esfuma rápidamente debido a los miles de pensamientos que dan vueltas por su cabeza, distrayéndolo con irritante facilidad.
Se coloca de costado y abraza con cierta fuerza su almohada, cubriéndose con la abrigada cobija a su lado hasta la nariz. Está cómodo; completamente arropado, su temperatura corporal es la mejor y un relajador silencio envuelve el dormitorio. No tendría por qué fallar en su intento. Cierra los ojos y, una vez más, se obliga a tratar de descansar, disfrutando de aquella comodidad física que experimenta.
No sirve.
No deja de pensar. Considera la idea de que quizás, sólo quizás, necesita desahogarse como el ser humano con sentimientos que es. A decir verdad, no sabe muy bien cómo hacerlo. Guardar sus brumas es algo a lo que está tan acostumbrado que resulta aterradora la posibilidad de permitir salir todo de alguna manera, incluso si está solo en su cuarto. Reservarse los problemas y no enfrentarlos es el camino más sencillo siempre, al menos a su parecer, basado en previas experiencias vividas que dejaron bastante que desear.
Lo que lo único que desea en ese momento es desconectarse del mundo, no importa si es por un par de segundos. Si no va a soltar nada, añora tener el privilegio de detener completamente la marcha de sus pensamientos por un minuto.
Su teléfono suena y frunce el ceño. No tiene la menor idea de qué hora es, pero definitivamente resulta anormal que alguien se encuentre despierto y decida contactarlo, considerando que no se relaciona con demasiadas personas. Toma el aparato y lo enciende, encontrándose con un mensaje. Le extraña de sobremanera que provenga de Seonghwa.
"Yeosang", es la única palabra que el texto contiene.
Se preocupa un poco. En su opinión, no existe razón coherente para que el mayor le escriba durante la madrugada, más aún teniendo en cuenta que este mantiene, generalmente, un buen horario de sueño. El paranoico pensamiento de que quizás algo malo ha sucedido se instala rápidamente en su cabeza, impulsando su angustia a los niveles más altos en cuestión de segundos.
"¿Qué?", contesta Yeosang.
De manera instantánea, su mensaje es recibido y leído por el hijo de su jefe, sin embargo, no recibe respuesta alguna. Decide no preocuparse aún más y esperar, golpeando suavemente la carcasa del teléfono con sus dedos repetidas veces.
Transcurre un minuto entero, él encontrándose sumergido por completo en la innecesariamente brillante pantalla sobre sus narices, sintiéndose casi seguro de que algo no está marchando bien. Debe admitir que se sobresalta un poco cuando una llamada de Park entra, y es que olvidó completamente lo alto que el sonido de su aparato se mantiene siempre. Baja un poco el volumen contesta.
— ¿Pasó algo?
— ¿Qué haces despierto a esta hora?— escucha cuestionar al castaño del otro lado de la línea, con cierto tono de regaño.
Se permite suspirar, algo aliviado—. Idiota, me preocupaste— se queja—. Creí que te había pasado algo...
— ¿No vas a responderme? Son casi las cinco de la mañana, Yeosang...— el muchacho, claramente, está esperando una respuesta decente de su parte.
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𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsang
Fanfictionᝰ Si a Seonghwa le hubieran dicho que se enamoraría del ex novio de su mejor amigo, él se habría reído. Pensaba que eso era imposible, considerando la mala imagen que tenía de Kang Yeosang debido todas las cosas no muy agradables que le contaron del...