ᝰ 13

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𖥸

La tarde de trabajo de ese día pasa fugazmente, como la gran mayoría. Es durante las noches que mantienen las conversaciones entre ellos, cada vez un poco más largas para sorpresa de ambos. Quizás es por el cansancio que llevan cargando durante tantas horas que, en el último momento que comparten juntos del día, no se piensan tanto las cosas y simplemente charlan relajados, sin juzgar tanto al otro como muy probablemente lo habrían hecho hace un par de meses atrás.

Seonghwa estaría mintiendo de manera terriblemente descarada si dijera que Yeosang sigue cayéndole mal, o que la vida del chico sigue provocándole puro desinterés e indiferencia. Porque no es así. Él poco a poco empezó a sentirse a gusto con la presencia ajena en el autoservicio, al igual que empezó a demostrar cierta preocupación por el chico cuando cuando este llega al trabajo acompañado de expresión en su rostro que indica todo menos alegría, pero jamás va a admitir eso.

Se encuentra a sí mismo en un debate mental. Ha escuchado durante meses a Jaemin contarle miles de historias sobre su ex pareja, historias no muy agradables, por lo que no puede evitar sentirse bastante culpable al no ser capaz de repudiar a Yeosang como cree que realmente debería. Sin embargo, al mismo tiempo, duda un poco de que las palabras de Na sean totalmente verídicas, y es que mientras más va conociendo a Kang, el pensamiento de que este pueda haber hecho todo lo que en su momento le fue dicho disminuye considerablemente.

¿Es un mal amigo por haber dejado de creerle al cien por ciento a Jaemin? Cree que sí, pero tampoco tiene idea de cómo cambiar ese pensamiento tan enterrado en su cerebro. Simplemente su cabeza no se lo permite, y desea cambiar aquello. Toda su vida prefirió quedarse con aquella venda en sus ojos que le oculta tantas verdades, y es que hacer eso es mucho más fácil que asumir y aceptar la cruda realidad, pero ya está un poco cansado de sentarse y creer sin cuestionar.

Lleva toda la semana buscando el momento indicado para preguntarle a Yeosang sobre su vieja relación, pero para su desafortunada suerte, cada vez que está a punto de hacerlo algún cliente interrumpe o él mismo se echa para atrás. Seonghwa no es, y nunca fue, una persona que se destaque por su sutileza. Está demasiado acostumbrado a seguir ciegamente sus impulsos y ser directo, tanto que a veces le cuesta no resultar entrometido e invasivo.

Harto de esperar, decide restarle importancia a todos sus fallidos intentos de ser discreto y hacer lo de siempre; ir directamente al grano, sin dar vueltas ni explicaciones. Las consecuencias que le esperan cada vez que toma ese camino son inciertas; muchas veces, recibe las respuestas que necesita oír, pero otras ocasiones terminan en fuertes y acaloradas discusiones provocadas por su inexistente tacto.

Aquel parece ser el instante perfecto para actuar. La tranquila y silenciosa noche acaba de llegar, volviendo pacífico el ambiente del autoservicio. Un cliente -que Seonghwa espera que sea último del día- se despide amablemente de ellos y sale por la puerta con sus compras en las manos, dejándolos totalmente solos.

— ¿Te puedo preguntar algo?— habla Park luego de tomarse unos minutos para reunir valor. El rubio a su lado asiente distraído en su libreta, ya acostumbrado a aquellos diarios cuestionarios que se le presentan— ¿Cómo... Cómo fue tu relación con Jaemin?

Yeosang se tensa durante un par de segundos a causa de la inesperada mención de su ex pareja, incluso deja de mover el lapicero sobre la hoja. Aquella reacción provoca que el mayor desee golpearse mentalmente. Definitivamente debe aprender a ser un poco más discreto, más aún si su deseo es que alguien tan cerrado como lo es su compañero de trabajo decida confiar en él, considerando todos los problemas que tuvieron con anterioridad.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora