ᝰ 16

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𖥸

— Un amigo se ofreció a darle clases a Jeongin, gratis— le cuenta a su madre esa noche, cuando esta llega tarde del trabajo. Decide utilizar la palabra "amigo", aunque sabe que él y Seonghwa se encuentran lejos de ser aquello, más que nada para tener que ahorrarse el contar una innecesariamente larga historia.

La mujer suelta una cansada risa mientras termina de prepararse su improvisada y rápida cena, luego de asegurarse de que el menor de sus hijos estuviera dormido—. Sabes que Mingi va a terminar peleando con Jeongin...

— No, no es Mingi— niega, pero también ríe por el acertado comentario.

— ¿Wooyoung?

— Tampoco.

— ¿Quién es entonces?— la mayor no conoce a la mayoría de sus amistades, o más bien personas que alguna vez llegaron a serlo. Si es que por alguna inusual casualidad logra hacerlo, olvida sus nombres tan rápidamente como se los aprende. Claro que Wooyoung y Mingi son la gran y quizás única excepción. Se conocen entre sí desde hace ya muchos años, y aunque con Song no frecuente tanto como antes, sigue siendo tan importante para él como un segundo hermano, y casi un tercer hijo para su madre.

— Es mi compañero de trabajo, se llama Seonghwa— cuenta, encargándose de no brindar más detalles de los que realmente quiere dar—. Dio varias clases, dicen que es bueno en eso.

La contraria suspira un poco, buscando un plato en una de las alacenas de madera— No creo que Jeongin tenga remedio...— aquella frase tan desalentadora es dicha en voz baja, no obstante, su hijo la escucha con bastante claridad.

Yeosang decide mantener la boca cerrada y asumir que ese innecesario comentario no se debió a nada más que el cansancio de la mayor. En serio, espera que sea así, porque de lo contrario la desilusión va a sumarse como uno de aquellos sentimientos tan frustrantes que lo acompañan esos días.

No mucho rato después la mujer termina de servirse a sí misma su cena, tomando asiento frente a él para por fin comer con algo de tranquilidad. Pasa la medianoche. Como en todas las ocasiones, el rubio ya ha cenado junto a su hermano, pero de cualquier forma permanece en la mesa un intento de hacerle un poco compañía a su madre, escuchándola quejarse del trabajo y las frecuentes injusticias que ocurren en este. A veces le divierte la forma con la que la mujer cuenta de hablar y apodar compañeros, otras siente impotencia por todo lo que sucede en ese lugar y logra afectar de alguna manera a su progenitora. Pero siempre se mantiene ahí, escuchándola hablar de su día, haya sido bueno o malo. Es de los pocos momentos en los que puede mantener una conversación y pasar tiempo con ella, y a pesar de que el tema de charla es bastante repetitivo, aprecia esos ratos.

𖥸

Al terminar de almorzar después de volver de clases, lo primero que hace es poner un poco de orden al departamento. O por lo menos, recoge la mayoría de cosas pertenecientes a Jeongin que se hallan regadas por todos los rincones, incluso los más inesperados.

La noche anterior, antes de caer dormido, recibió una llamada de Park. Porque sí, tuvieron que intercambiar números para poder acordar el horario de clases al hermano del rubio, además de que este aún debía darle su dirección y señalar específicamente los problemas que Jeongin presenta en la escuela, únicamente para que el mayor pueda saber qué debe enseñar sin demasiadas complicaciones. Le extrañó un poco la hora en la que su compañero decidió contactarlo, pero poco dijo al respecto. Terminaron por establecer que las tutorías serían en su departamento, antes del trabajo, de forma que cuando el castaño terminara las clases con el niño ellos dos podrían dirigirse directamente al autoservicio, el cual sólo se encuentra a un par de calles de distancia.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora