ᝰ 08

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𖥸

Su padre se aparece por el autoservicio, tomándolo de sorpresa. El hombre solía hacer eso antes, para asegurarse de que todo estuviera en orden, pero dejó ese hábito ya que empezó a confiar plenamente en que su hijo controlaría sin problemas que todo fuera por el camino correcto. Al parecer, esa confianza se perdió un poco, pues llega con notorias expectativas bajas.

El hombre tiene un rostro serio, como lo mantiene esos últimos días. Parece enfadado sin razón alguna y eso llega a intimidar un poco a Yeosang, quien se mantiene sentado junto a Park detrás del mostrador, observando con algo de lo temor desde lo lejos a su jefe revisar cada rincón del autoservicio. El castaño deja escapar una baja risa burlona por eso.

Seonghwa se inclina hacia el chico— Tranquilo, no muerde— le susurra divertido.

— Se ve enojado— el menor murmura, no dejándose inmutar por la cercanía.

— Es porque lo está, pero conmigo— explica, sin quitarle la mirada de encima—. Verás que no va a encontrar de qué quejarse y se irá, pero te recomiendo que te calmes, se nota que estás asustado— señala su comportamiento y Yeosang sólo asiente, sabiendo que está siendo demasiado obvio.

Se callan en menos de un segundo cuando el padre del más alto voltea a verlos con una ceja alzada.

Seonghwa se aleja despacio del más joven y se preocupa un poco al escuchar un largo bufido proveniente del hombre mayor, bufido que suele hacer siempre que está a punto de reclamar algo. Aún así, se muestra indiferente y sigue actuando como si no tuviera una mirada fría clavada en él.

— Seonghwa— le llama la atención su papá, sonando fastidiado— ¿Cuántas veces tengo que repetirte que pongas bien los precios?— se queja al encontrar el precio de un producto ubicado en otro completamente distinto. Es un detalle que puede ser fácil y rápidamente solucionado, pero el hombre está exageradamente susceptible esos días, por lo que cualquier mínimo error le molesta demasiado.

Podría simplemente disculparse por su distraído error y ya, pero él es una persona bastante impulsiva como para hacer eso. Si se siente atacado, como en ese momento, no lo piensa dos veces y ataca el doble. Y está a punto de responder y empezar una discusión, pero alguien se le adelanta.

— Fui yo, lo siento— se disculpa Kang por aquello que realmente no hizo, dejándolo bastante confundido.

— ¿Qué?— preguntan tanto él como su padre al unísono. El menor, disimuladamente, le da un suave golpe con el codo para que se calle.

— Seonghwa estaba ocupado atendiendo a los clientes y yo puse los precios, pero estaba muy distraído cuando lo hice, perdón— vuelve a disculparse con respeto, haciendo una pequeña reverencia.

El Señor Park relaja su expresión y camina hacia el mostrador, dejando en la superficie de este la etiqueta con el precio equivocado.

— Sean más atentos. Que no vuelva a pasar— es lo único que les dice. Ni si quiera usa un tono de voz frío o enojado como el que tenía antes, sólo advierte.

Hay un pequeño silencio incómodo antes de que el hombre se despida con pocas y toscas palabras, para que después deje la tienda y se dirija a su otro trabajo, su ausencia aliviando un poco a los dos chicos.

Yeosang toma la etiqueta y camina hasta los productos para colocarla dónde originalmente debe ir. El mayor detrás de él lo sigue, deteniéndose al final del pasillo que se forma por las blancas estanterías.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora