ᝰ 27

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𖥸

La profesora sale del salón por un aparente llamado de la directora, provocando que la mayor parte de los estudiantes se echen hacia atrás en sus sillas, sacándole el mayor provecho a la interrupción para permitirse un momento o de relajación. El bullicio pronto inunda la clase, entonces Seonghwa decide actuar.

Mientras sus compañeros charlan ruidosamente y lucen ocupados en sus respectivos asuntos, él se pone de pie únicamente para dirigirse hasta el pupitre de Jeno, aquel que se encuentra en la esquina más alejada. Se detiene frente a él, tomando una silla vacía del compañero que se ausentó ese día para colocarla justo a la par del escritorio ajeno. El chico alza la mirada y frunce el ceño al notar su repentina aparición.

— ¿Qué?— suelta Lee, un poco tosco.

— ¿Qué es lo que le dijiste a todos?

El contrario pronto logra comprender a lo que se refiere y rueda los ojos, demostrando estar harto de una conversación que ni siquiera llegaron a mantener. Probablemente se debe a que lleva hablando de ello toda la semana, con distintas personas. Inclina la silla hacia atrás, repiqueteando su lápiz contra la superficie de la mesa. Seonghwa debe morderse la lengua para evitar el impulso que surge de advertirle a su compañero sobre la posibilidad de que pierda el equilibrio y caiga.

— No dije más de lo que los dos sabemos; Jaemin y yo estuvimos juntos cuando él estaba con Yeosang— contesta el más joven, queriendo evadir la charla con todas sus fuerzas, incluso cuando él fue quien se encargó de esparcir la información.

— ¿No dijiste nada sobre...?— al no tener idea de cómo referirse al suceso de una manera decente, deja que su silencio sugiera lo suficiente para que Jeno comprenda sin el uso de demasiadas palabras.

— No, no dije nada.

Park voltea, examinando sus al rededores para asegurarse de que ningún curioso los escuche. Están siendo realmente discretos, considerando lo inútiles que suelen ser ambos cuando se trata de adoptar sigilo. A la única persona que logra encontrar con los ojos pegados sobre ellos es a Jaemin, desde la otra punta del salón. El pelirosa está a la par de risueños amigos, pero a diferencia del grupo, se mantiene dedicándole miradas severas de manera ocasional. Seonghwa debe admitir que le molesta mucho que Na, luego de todo lo que ha hecho, siga tan acompañado. De cualquier forma, no siente demasiadas fuerzas para hacer algo al respecto.

— ¿Seguro? ¿Nada a nadie?— decide ignorar a quien los observa tan descaradamente.

— Aún no...

— ¿Aún?— frunce el ceño—. Jeno, no digas nada sobre eso, no te incumbe.

El mencionado alza una ceja, bastante a la defensiva por su comentario, el cual suena como una orden. Quizás lo es—. ¿No quieres que sepan lo que hizo?

— Habla lo que quieras de Jaemin, pero no metas más a Yeosang.

— ¿Por qué?

— Él no quiere más problemas, y cree que los tendrá si los demás se enteran.

El contrario luce en completo desacuerdo con lo solicitado, y Park puede entenderlo hasta cierto punto. A él también le encantaría que todos los trapos sucios de aquella cruel persona salgan a la luz, sin embargo, debe respetar la decisión de quien se encuentra realmente involucrado en la situación a discutir. Es consciente de que no cuenta ni contará nunca con el poder de decidir sobre el rubio, mucho menos en esta ocasión.

— Eso no tiene sentido...

— No quiere y ya— sentencia en voz clara, mostrando por primera vez su firmeza frente a Jeno. Puede notar que a este le desconcierta la rigidez de su voz, acompañada por aquella expresión carente de simpatía que tan buenos resultados le otorga a veces—. Entiendo que estés enojado con Jaemin, yo también lo estoy, pero creo que los dos le hicimos mucho daño a Yeosang como para no aceptar un favor que nos pida— se inclina un poco hacia Lee, apoyando sus antebrazos sobre las rodillas para no tener que alzar el volumen de sus palabras—. Se trata sólo de mantener la boca cerrada. Es lo más decente que podemos hacer.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora