ᝰ 19

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𖥸

Le costó dormir, demasiado. Desconoce la razón.

Su cabeza empieza a dolerle ni bien abre los ojos. No es nada grave, se trata de una simple molestia, por lo que Seonghwa no hace nada al respecto.

En la escuela, no se toma el trabajo de intentar averiguar dónde se encuentra Jaemin. Ha pasado cierto tiempo desde la última vez que buscó al pelirosa por su cuenta, pero aún así y con todas las sospechas poco agradables que tiene sobre él, el chico sigue siendo muy importante en su vida. Le es increíblemente frustrante la contradicción que presentan sus pensamientos.

Esa mañana se mantiene más callado que nunca. Hasta Mingi, quien se destaca por ser alguien que poco se involucra en asuntos ajenos, le hacer saber que lo nota extraño. Se la pasa tanto tiempo enfocado en sus ideas y aquellos líos mentales ya bastante formados que termina por estresarse más. En consecuencia de esto, lo que al inicio fue un malestar de cabeza pronto se convierte en dolor y algo de mareo. Hace un esfuerzo inhumano por ignorarlo y se convence a sí mismo de que pasará solo, después de todo vivir aquel síntoma es bastante común para él, incluso cuando no se halla enfermo.

Ese día se conmemora un año más de la inauguración de su vieja escuela, por lo que casi no tiene clases. Siguiendo la costumbre, todos los estudiantes y profesores se reúnen al final de la mañana en el gimnasio, donde se realizan diversas actividades recreativas y concursos de los que todo el mundo puede ser parte. Quizás lo más importante del día es el partido de básquet, pues la gran mayoría de personas espera por este. Él participa en esa actividad, con sus amigos. Siempre adoró esa fecha por la diversión que suele pasar jugando. No es que le apasione aquel deporte en específico, pero es bastante entretenido competir en él. Sin embargo, en esta ocasión, Seonghwa no se siente demasiado entusiasmado por la idea.

Cuando menos se da cuenta, tiene el uniforme del equipo puesto y está caminando hasta la cancha. El dolor en su cabeza ha aumentado en gran escala, concentrándose en un punto específico de su frente y volviéndose de esta manera más insoportable. Coloca su mano en aquel lugar, en un inútil intento de calmar el gran malestar ya preocupante y detiene un poco el paso. Se arrepiente genuinamente de no haberle pedido a su madre alguna pastilla antes de salir de casa.

— ¿Estás bien?— le pregunta Mingi a su lado, colocando una mano en su hombro. Él asiente, aunque su cansado rostro y lenguaje corporal demuestran una respuesta contraria a la que brinda.

— Más vale que lo esté. El partido va a empezar ahora— suelta un desinteresado Jaemin, pasando cerca de ellos.

— Casi te pregunto— contesta Song con ironía. Nunca tiene pelos en la lengua si se trata de callar al pelirosa. De hecho, hasta le satisface un poco hacerlo—. Hablaba con Seonghwa.

Na rueda los ojos y se aleja de ellos, caminando hasta otro de sus compañeros con total indiferencia ante el estado de Seonghwa.

Para el de cabellos castaños, el simple hecho de haber escuchado la voz de su mejor amigo por primera vez en el día da por resultado el incremento de su estrés, por lo tanto, el dolor no demora en volverse punzante. Es tan abrumador que hasta siente la necesidad de cerrar los ojos.

Cuando entran al gimnasio se marea mucho más que antes a causa de todas las luces iluminando el espacioso lugar. Va caminando detrás del grupo con desgano y observa las gradas, llenas de alumnos bastante entretenidos. No muy lejos divisa a Yeosang, quien se encuentra sentado junto a Wooyoung y los que parecen ser amigos del último mencionado. Quiere sonreír cuando Kang también lo nota a él, pero el malestar en su cabeza se lo impide, por lo que simplemente hace un vago gesto con la mano como sutil saludo. Tampoco puede arriesgarse a demasiado habiendo tanta gente al rededor. Agradece que no tarden en tomar asiento frente a la cancha, pues por cada paso que da de pie el dolor simplemente crece.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora