Capitulo 18

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Dan POV

El fino aire del bosque remueve mi cabello lentamente, que ondea al viento feliz de sentirse libre de nuevo. Un olor a pino llega hasta mis fosas nasales y vuelvo a mirar mas allá de la verja del recreo, donde unos preciosos arboles verdes me esperan para que los visite.

Sonreiría al pensar que más o menos somos libres de nuevo, pero estoy en tensión desde que llegue a este sitio, y solo me calmare cuando Ana este lejos de toda esta gente repelente y asquerosa.

Vuelvo a mirar a la chica, que esta acuclillada en el patio del recreo, sonriéndole a Eva. Mi mente viaja a su trasero, y vuelvo a observar lo corta que lleva la falda.

La ligera brisa que antes removía mi cabello, ahora levanta su falda dejando sus bragas a la vista de todo el mundo.

Este sitio es peligroso.

Tenemos la hora del recreo al mismo tiempo que los de primaria, y no nos hacia ningún mal venir a saludarla. Se puso a llorar en cuanto nos vio, y corrió a abrazarnos como un alma en pena.

Eva habla animadamente con las chicas, mientras nosotros tres vigilamos el perímetro. Lucas a mi izquierda y Ed a mi derecha. Los tres apoyados sobre la pared con gracia, lanzamos una mirada de odio a cualquier cosa que se acerque a menos de un metro a ellas.

Es un sentimiento extraño querer proteger a alguien como quiero hacerlo que Maya y Ana, lo entiendo porque son mi familia, es como si nos hubiéramos criado como animales en el bosque, y en el mundo hostil lo único que nos queda es protegernos entre nosotros.

El problema es el segundo instinto más fuerte de alejar a Ana de todo ser vivo con patas, pero en cierto sentido mi cabeza – y mas mi entrepierna – lo entiende. Está destinada a ser mi pareja, lo supe desde el momento que la vi, y nunca había llegado a comprender lo que eso significaba hasta que supe que era lo que de verdad habitaba en mi interior. Tengo que hacerla mía antes de que se crea que se puede escapar de mí, me pone negro que me evite y algún día no voy a poder controlar mi instinto.

Y ese día la pelirroja lo va a pasar muy mal.

Ana POV

Trato de alejar todo mal pensamiento mientras hacemos gimnasia. El uniforme consiste en unas mallas verdes fluorescente y una camiseta negra, en conjunto: un potado de moda.

Corremos por el bosque en fila, con la profesora de gimnasia encabezando la fila y los demás alumnos siguiéndola. Solo somos una clase de este curso, y apenas veinte alumnos la componen, haciendo que ya me sepa de memoria las caras de todos los que corren detrás mía.

Voy pisándole los talones a Claudia, la profesora. Sé por experiencia que te cansas menos si vas la primera, porque si ella para, tu lo harás al instante y tendrás más tiempo para descansar.

Cuando ella para por primera vez, todos los alumnos hacen un circulo a su alrededor, respirando agitadamente.

Alguien se coloca a mi lado, y no necesito mirarle para saber quién es, su aroma me lo dice todo: hormonas revolucionadas es decir Dan.

-          Como bien podéis ver en este árbol… - empieza la profesora.

Genial, dice mi cerebro, ahora en gimnasia se va a darte clases de biología. Tiro a bocajarro en la cabeza.

-          Ana – un susurro en mi oreja hace que me sobresalte como una loca.

Solo es Dan. Su mano busca la mía y el simple contacto de sus dedos sobre mi palma me hace volar al cielo.

Trago saliva cuando su mano se une con la mía en un abrazo eterno.

Un grito agudo se oye de repente no muy a la izquierda de nosotros, entro en pánico cuando oigo como más gente chilla. El círculo se disuelve y todos corren en cualquier dirección huyendo de algo que aun no veo.

La gente se despeja dejando ver algo en medio del bosque de lo que todos huían. Un puma yace sentado en el suelo del bosque como un gato por su casa, no puedo evitar sonreír, solo quedamos mis amigos y yo.

-          Ed – le reprocho sin poder parar de sonreír, el Puma se levanta y el chico vuelve a su forma humana.

Una Carcajada por parte de Maya me dice que ella también ha disfrutado la broma.

-          ¿Qué pasa? – dice él mirándome sin dejar de sonreír – esa mujer me estaba dando dolor de cabeza. Lucas da su acuerdo con el chico dándole una palmada en el hombro típico de hombres.

Por primera vez me fijo en Dan, y muy sorprendida, noto como una pequeña sonrisa nace de la comisura de su labio con lentitud.

-          ¿Y si nos vamos ahora? – pregunta de repente Maya. Todos la miramos fijamente, tiene razón, nos podemos escapar de aquí, una simple transformación, y una vida nueva empezara para nosotros  – nada nos retiene aquí, vámonos.

Como si estuvieran escuchando, una flecha se clava en un árbol demasiado cerca de la cabeza de Maya.

Paralizada por el susto, oigo como Maya suelta un suspiro de alivio. Ed va con furia hasta el árbol, y arranca la flecha, que viene con una hoja y un mensaje:

-          Tenéis localizadores en el cuello – lee el chico.

Nos miramos extrañados y Dan me agarra de la cintura. Con fuerza me aparta el pelo me mira el cuello, pero no tengo ningún collar. Un dedo se posa en mi nuca, y aunque delicado él aprieta lentamente, un dolor molesto se extiendo por todos mis miembros.

-          Un chip – bufa.

-          Chicos – la voz paralizada de Lucas se oye como un susurro, nos giramos y lo que veo me deja muerta:

A menos de unos pasos de Lucas, un enorme León nos mira con furia en los ojos, entrecerrados y preparado para atacar. La melena larga y marrón le ondea al viento, dándole un aspecto amenazante y a la vez hermoso. ¿Qué narices hace aquí un León?

-          ¡Corred! – es el único grito de Lucas que he escuchado en toda mi vida, pero no hace falta que lo repita otra vez, todos salimos huyendo lo más rápido que podemos.

Corriendo a mi lado de un momento a otro veo un lobo, Maya. Un Puma: Ed; a Dan como pantera negra, y a Lucas con el precioso pelaje de un jaguar cubriendo su cuerpo.

Desando unirme a ellos, dejo que salga a la superficie mi tigre.

Mientras corremos por el bosque, el viento remueve mi pelaje haciéndome cosquillas, y mis patas naranjas van perfectamente coordinadas para darme más velocidad, no necesito mirar a mis compañeros para saber que están a mi lado, acompañándome. Tampoco necesito mirar hacia atrás para saber que el León nos sigue, que nos supera en tamaño y que como alcanze a uno solo de nosotros, lo asesinara sin esfuerzo.

Por eso tenemos que permanecer juntos.

Por eso tenemos que permanecer en manada.

***

Hola de nuevo, ultimamente subo muy seguido ¿verdaad? :D

Bueno pues aqui dejo un capitulito de mi historia y espero que lo disfruteis muchisimo, puede que sea corto, pero prefiero subir seguido y cortitos que subir uno muuuy largo una vez a la semana. 

Votad y comentad, porque lo agradezco muchisimo. 

Hasta la proxima gente guapaa y saludos.

~Cova~

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