Ni siquiera soy capaz de asimilar lo que pasó, cuando comienzo a recobrar la consciencia, recuerdo cada singular cosa que paso en esa gasolinera y me condeno a mi misma por ser haber sido tan tonta como para no darme cuenta.
¿Cuánta gente más me iba a traicionar?
Miraba a mi alrededor y lo único que veía era gente que me había apuñalado por la espalda, mi tío, Leo, y todos aquellos científicos que a pesar de tener una buena base ética y moral habían dejado que me hicieran esto. Habían dejado que me cambiaran, que me convirtiera en un mutante.
Eso es lo que soy ahora, un mutante destinado a vivir bajo la mano de su creador.
Me daría igual no vivir, si tengo que vivir una vida condicionada, que sea mejor con la gente que me importa. Pero eso nunca pasará, sé que estoy destinada a sufrir esta eterna vida sola o viendo como los demás sufren por lo mismo.
Desearía volver a ver una última vez a Dan, y susurrarle al oído que le quiero.
Abrazar a Maya.
Reírme una última vez con Ed y Lucas y sonreír por la dulzura de Eva.
Pero nunca pasara.
Lo sé.
Y eso es lo que más me duele: ser consciente de mi triste condición.
Estoy atada, con las rodillas en el suelo, una venda en la cabeza, y unas cuerdas que me mantiene erguida a pesar de que no tengo ni fuerzas para mover los parpados.
Unos zapatos resuenan pesadamente a mí alrededor, lentamente. Un solo hombre camina con pesadez.
Entonces los pasos paran.
Noto los dedos bruscos de alguien cuando me quitan la venda de la cabeza y vuelvo a ver de nuevo, una claridad sorprendente me hace volver a entrecerrar los ojos.
Como si un ángel fuera, la figura que caminaba sale de entre la luz. Con un bastón sujetando su peso, en una pose solemne e intimidante.
Paul.
Lleva su traje de siempre, pulcramente planchado y sin una mancha. Su cuello está cubierto por un collarín que oculta la herida que debió haberlo matado. Fantasma.
Mis parpados se cierran sin que yo lo quiera, no tengo ánimos para pensar como pudo sobrevivir a mi ataque, debería estar muerto.
Sus ojos me miran penetrando mi alma, mi cabeza se inclina hacia abajo, y mis ojos pierden por un momento el contacto visual.
Cuando logro recuperar el control de mi cuerpo y le vuelvo a mirar, una sonrisa ha aparecido en su rostro.
- El señor Paul ha perdido la voz– una voz se escucha por encima de mí, y por primera vez me doy cuenta donde estoy:
El infierno blanco.
La mujer que nos mandaba entrar en las habitaciones vuelve a hablar, con su voz robotizada y desagradable.
- Gracias al ataque que sufrió de su sobrina Ana – a medida que esas palabras inundan la habitación, la sonrisa de Paul se ensancha.
¿Qué va a hacer?
Se acerca con lentitud, y levanta al bastón que le ayuda al caminar, me clava la punta en la mejilla, con una expresión de asco total en la cara, como si yo fuera un bicho raro engendro de la naturaleza, y no un experimento que él mismo hubiera creado.
- ¿Sabes Paul? – mi voz sale rota, quebrada – me alegro de que hayas perdido la voz. – le enseño los dientes en una mueca sonriente –Odiaba tu discurso de año nuevo.
La punta del bastón se retira con rapidez de mi mejilla, pero esta vuelve a impactar contra mi cara, haciendo que mi cuerpo se balancee hacia un lado. Un pinchazo recorre mi mente al sentir el dolor esparcirse por mi rostro.
Trago saliva sintiendo el sabor a sangre como si una invitación me llamara a asesinar a este hombre.
Unos hombres entran por la puerta mientras escupo al suelo la sangre que se mezcla con mi saliva.
Se encargan de desatarme y mantenerme de pie.
Mis rodillas se mueven sin ánimo haciendo que tiemble como si tuviera frio.
- Te vamos a soltar en el hábitat natural de tu animal asignado- uno de los hombres de blanco recita estas frases como si las supiera prácticamente de memoria – Te hemos calificado como Experimento fallido y cuando tome el control de tu mente la parte animal, sería preferible que estuvieras en el ambiente adecuado.
Un momento, ¿Qué significa eso? ¿Tomar parte de mi mente? ¿Qué?
Mi tío serio pero con más rencor que en toda su vida, me sujeta un pedazo de papel enfrente de mis ojos para que lo lea:
<Espero que se te infecte>- ¿Qué se infecte el que? – pregunto arqueando una ceja.
Pero el con la rapidez propia de un felino, aparta su traje de su cinturón y saca una pistola negra y brillante.
- ¡No! – mi grito de angustia al saber lo que va a hacer es demasiado desesperado.
Pero ya es demasiado tarde, demasiado tarde para arrepentirme por haber atacado al hombre que me quiere matar, demasiado tarde para arrepentirme de todos mis errores.
El cañonazo de la pistola se escucha por la sala como un eco reducido.
Mi costado parece arder en llamas y cuando miro hacia el agujero que me acaban de hacer, ni siquiera el color negro de mi camiseta con el número 2 es capaz de disimular la sangre que comienza a salir de la herida.
¿Eso es lo que estoy destinada a ser? ¿Un simple numero?
¿Eso es lo que merezco que digan de mí? ¿Qué soy un experimento fallido?
¿Eso es lo que merezco que hagan conmigo? ¿Qué me tiren como si no valiera nada?
Supongo que sí, porque eso es lo que están haciendo ahora mismo:
Destruirme.
***
Holaaa :) ¿Como esta todo el mundoo?
Porfa no me odieis por ser tan mala con mis personajes, no puedo contaros nada, pero no me ahorqueis antes de leer como acaba todo (que aun queda mucho pero bueno)
Mil gracias por todas las visitas que recibe la novela y los comentarios positivos y los votos que envias. Alegrais mis dias ;)
Un saludo y espero que os haya gustado.
Cova
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Because we can
RomanceHicieron experimentos conmigo, me metieron dentro el ADN de un animal peligroso cuando era un bebe. He vivido toda mi vida con mis padres, en una casa normal, y esta mañana cuando despierto me encuentro en una habitación blanca, lejos de mi hogar si...