Dan POV
- ¿Está vivo? – voces apresuradas vuelan a mi alrededor, soy incapaz de descifrar lo que dicen – ¡como le hayas hecho daño te arranco las extensiones zorra!
- Tranquilízate Maya – una voz nueva se oye, es masculina y me resulta extremadamente familiar.
¿Por qué soy incapaz de despertar?
- ¡¿Qué me tranquilice?! – la chica que habla parece a punto de explotar. – juro que como tenga una sola neurona menos…
- No le he hecho nada – es Lea. – simplemente…
Mis ojos se abren con furia, y antes de que logre detener a mi propio cuerpo, ya me he incorporado en la camilla, y ya tengo agarrada a la chica por el cuello, clavando mis uñas en su delicada piel que voy a desgarrar.
Pero hay demasiada gente en esta sala como para que pueda hacerlo a gusto. Mis dedos se relajan sobre el cuello de Lea cuando diviso entre las cinco caras que se encuentran a mí alrededor a Maya.
- ¿Maya? – mi voz sale fuerte a pesar de sentirme como una bolsa pateada.
Ella se lanza contra mis brazos y yo le respondo como puedo a su entusiasmo.
- Gracias a dios que estas bien. – susurra contra mi oído.
Mis ojos tratan de acostumbrarse al lugar donde estoy. Tiene las paredes grises y decenas de camas de hospital se extienden a ambos lados de la mía. Formando un círculo alrededor de mi cuerpo, están las últimas personas que esperaría ver.
Ed, Lucas, Eva tomada de su mano, Maya, Lea y ¿Mario?
La chica se despega de mi y lanzo una mirada de odio a Lea que se ha alejado de mi por miedo.
- ¿Dónde está Ana? – mi voz sale amenazante, y Mario baja la mirada ante la pregunta. – Mario por favor, dime que está pasando.
La incredulidad del momento y la falsa seguridad que están sufriendo mis compañeros es suficiente como para querer correr y huir de aquí.
Él da un paso adelante, con la cabeza agachada, sin mirarme a los ojos. Pero Lea pone una mano en el brazo del anciano y se pone delante de mí.
- Será mejor que te lo explique yo… - su voz suena arrepentida.
- Sera mejor que te mate yo – corrijo.
- Escúchame Dan – sus ojos transmiten pena que por un momento estoy dispuesto a escucharla – Mi hermano nunca fue alguien normal.
- Siempre ha sido un cabrón – gruño.
- Lo sé – baja la vista tal vez recordando algo – él y yo nos criamos juntos, nos inculcaron las mismas mentiras y nos criaron de la misma manera. Éramos sus esclavos.
- Si lo que intentas es darme pena, vas muy mal encaminada – tengo ganas de levantarme y rasgarle el cuello y ver como se desangra dejando una mancha en el blanco suelo. – por tu culpa Ana no está aquí. – mastico cada palabra jurándome a mí mismo algo que se que nunca hare.
- Lo se – baja la mirada para mirarse las uñas y después de tragar continua sin mirarme a los ojos – ‘’el bien para el mayor número de personas’’ – recita – sabia que los hombres de Paul iban a capturaros. En todo momento sabían donde estabais, mi hermano y yo hicimos un plan, el se llevaba a Ana y en el bosque estarían esperándonos más hombres para capturaros a vosotros. Por separado – cuando comienzo a entender lo que de verdad esta diciendo un nudo se forma en mi garganta. – pero contactaron conmigo otras personas, ya sabía que existían incluso antes de conoceros a vosotros, pero… - su voz se quiebra.
- Hay un grupo rebelde a los científicos que os crearon – oigo a Mario detrás de Lea – queríamos salvaros Dan, a todos – recalca.
- Y sin embargo Ana no está aquí – reprocho.
- Fue fácil acabar con los hombres que esperaban a transportaros a la base del infierno blanco – sigue Mario – gracias a Lea sabíamos donde estabais y entonces atacamos, conseguimos salvaros y llevaros a nuestra base de operaciones. Aquí.
‘’El bien para el mayor número de personas’’
- Preferisteis salvarnos a nosotros que a Ana – mi corazón se rompe en mil pedazos – la dejasteis a merced de Leo.
- Mi hermano está loco, Dan – susurra Lea, veo como pequeñas lagrimas caen de sus ojos, pero en vez de compasión sigo sintiendo asco – pero no es tonto, no mataría jamás a Ana, antes la entregaría a sus dueños que dañarla. Al menos esta viva, como tú.
- Pero no esta a salvo.
- Tu si, Dan – susurra Ed – por fin tenemos a alguien en quien confiar.
Me levanto de la cama y la maldita bata de papel se pega a mi cuerpo como una lapa molesta. Corro ignorando los gritos que me apremian a volver a la cama.
Corro hasta que encuentro una ventana, entonces descorro la cortina y miro afuera.
Una sensación de estar atrapado me apremia por dentro.
La gran ciudad se extiende a mis pies.
Miles de personas caminan por las calles, acompañados por los coches y por sus perros. Vuelvo a estar en casa, en la civilización. Con gente por doquier con quien estar, estoy con mis amigos y a salvo.
Entonces, ¿Por qué me siento más solo que nunca?
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Because we can
RomanceHicieron experimentos conmigo, me metieron dentro el ADN de un animal peligroso cuando era un bebe. He vivido toda mi vida con mis padres, en una casa normal, y esta mañana cuando despierto me encuentro en una habitación blanca, lejos de mi hogar si...