El «clavo»

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Si, alguna vez me decido a escribir un libro autobiográfico, dejaré muy claro que desde mi corta experiencia sentimental el dicho que reza "un clavo, saca otro clavo", es el peor dicho de la historia.

Un «clavo», no saca a otro «clavo». El «clavo», tuerce al otro «clavo» haciendo que la herida sangre más y por si fuera poco, ahora tienes otro «clavo» que sacar.

Por si mi forma de expresarme no ha sido clara, hoy es el día en que definitivamente voy a sacar de mi sistema al segundo «clavo», esperando no causarle mucho daño y que algún día podamos reírnos de este «lapso» de locura que nos llevo a intentar tener una relación.

El problema es que el «clavo» no me presta la más mínima atención, casi parece que Andrés, ya supiera lo que intento decirle.

- Andrés, de verdad necesitamos hablar un momento a solas - le digo mientras casi corro tras el en los pasillos de la Universidad.

- ¿Y tiene que ser hoy? Sabes pensaba que en vez de hablar podríamos ir a jugar mini golf y después dedicarnos a actividades «más interesantes», ya sabes «esas» que los novios practican y que tu y yo, aún no exploramos - Me dice con tono sugestivo y no hace falta que sea más «explícito»; su mirada lo dice todo.

Mi rostro enrrojece inmediatamente por la irá y la vergüenza y Andrés cree que es adorable.

No se que me da más rabia, que sea tan «poco» caballero para casi proponerme tener sexo en la mitad de un pasillo o que quiere salirse por la tangente tal como lo ha venido haciendo toda la semana cada vez que intento hablar con él.

Sin embargo antes de contestar (Seguramente con palabras poco halagadoras), Charlie el mejor amigo de Andrés, se acerca a nosotros.

- Hey! ¡Hola muchachos! ¡Que bien .que los veo! - nos saluda, a Andrés con una palmada en la espalda y a mi con un beso en la mejilla que francamente me incomoda.

Charlie, no es precisamente mi persona favorita en el mundo, nunca entendí, porque Andy era su amigo... Aunque... ahora tal vez entienda un poco más.

- ¿Y eso hermano? ¿Para que somos buenos?

Si, Charlie... para que interrumpes! Me dan ganas de decirle!.

- Esta noche, estamos organizando una fiesta en el «lobo gris» para celebrar que terminamos materias y que ya la próxima semana tenemos parciales. ¡¡Amigos, dos semanas más y se termina por fin el semestre!!

- ¿La fiesta no debería ser entonces, dentro de dos semanas? - pregunto

- ¡Oh! No, me malinterpretes, por supuesto que habrá una fiesta grandiosa, cuando terminemos semestre, la de esta noche es algo así como una «Prefiesta».

Prefiero no contestar.

Carlos o Charlie (como le dicen todos) organizaria fiestas, hasta para celebrar el vuelo de una mosca.

No obstante un lugar «público» será mucho mejor para «hablar» con Andrés (No quiero que crea, ni por un segundo que tengo «otras» intenciones), si es que logro que me escuche por cinco minutos.

El lugar está lleno a reventar el «lobo gris» es una bodega enorme, con luces incandescentes y la música a un volumen atronador, aquí no necesitas beber alcohol, para amanecer con un dolor de cabeza monumental; hay algunas mesas ubicadas en la parte de encima desde donde se divisa toda la pista, es algo así como una zona VIP y es justamente donde nos encontramos Andrés y yo.

Nuestros amigos están "por ahí", sólo Carlos y una «chica» con quien está compartiendo ADN,  están en la mesa con nosotros.

Andrés se ríe, mientras se lleva su quinto o sexto trago de tequila a la boca y después me regala una sonrisa socarrona intentando que imitemos a su «amigo».

Mi detestable ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora