Los «Puntos finales»

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Posiblemente este es el año, en qué más experiencias nuevas, me han sucedido.

Mi primera borrachera, mi primera resaca, mi primer castigo, mi primera vez, mi primera serenata y la primera vez que estoy presa.

Bueno... No "presa", lo que se dice "presa". Más bien detenida.

Cuando todos huyeron los policías  decidieron detenernos a los que aún quedábamos ,  bajo el supuesto de «Alteración al orden público».

Estamos en una estación de Policía que cuenta con un par de celdas bastante reducidas, cada una con un «baño» que más parece una letrina de aseo bastante dudoso.

El lugar es un asco, huele a húmedo y hace tanto frío que entre Adri, Jeimy y yo, nos abrazamos para no morir congeladas.

No obstante el brazo me está matando y no puedo evitar quejarme cuando sin querer Jeimy me roza.

- ¿Estas bien? - Pregunta Jeimy con las ojeras tatuadas en su rostro.

Miro a mis acompañantes  percatandome entonces de la apariencia desaliñada y cansada de ambas y siento una sensación de cariño y agradecimiento infinito.

Como diría JK Rowling, «Hay algunas cosas que no se pueden compartir sin terminar unidos y derrotar a un troll de tres metros y medio, es una de ellas».

Estas chicas son las mejores.

- Estoy bien, sólo me duele un poco.

- Es que Andrés se comportó peor que un troll de las montañas - el comentario de Adri, me hace sonreir por la similitud con mis pensamientos.

- Gracias chicas... Si, no fuera por ustedes...

- No termines esa frase - Me interrumpe Adri apesumbrada y añade - Además nosotras no hicimos gran cosa, pero Sergio y luego Joel... - Adri deja la frase en el aire y todas sabemos a lo que se refiere.

Ojalá los chicos se encuentren bien, no me gustaría que ninguno estuviera lastimado de gravedad.

- ¿Ustedes como están? - Preguntó entonces

- Un par de rasguños nada más -  contesta Adri

- A mi lo que me duele es el ego... ¿En serio «Pulgarcita»?  - Exclama Jeimy en broma, arrancandonos un par de risas y luego de un momento añade, mirando hacia la «muchacha» que nos acompaña

- Quien no parece muy bien es ella.

Es verdad, la muchacha se encuentra agazapada en un rincón aún llorando; se me revuelve el estómago, pues estoy segura que ella no es más que otra víctima.

Y ahora que la he reconocido, se siente realmente mal verla en ese estado; sobretodo sabiendo que sus lágrimas son causadas por el idiota de Andrés.

Encuentro unos chocolates en mi bolso y luego de repartirles a mis amigas, decido compartir también con ella.

- Oye! Hace un poco de frío, ¿Quieres un chocolate para algo de energía? - Preguntó lo más amigablemente que puedo.

La chica me mira atónita, seguramente sin poder creer que su "rival" quiera ser amistosa, no obstante su estómago la delata y decide apenada «bajar la guardia»

- Gracias - acepta con voz ronca y me aproximó a ella,  comprobando,  al ver su medalla que mi hipótesis es cierta.

- Eres Angie Chivata ¿No es cierto? - Pregunto de improviso.

- ¿Como lo sabes? ¿Andrés te lo dijo?- contesta ansiosa

Y su confirmación me llena de un sentimiento agridulce.

Mi detestable ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora