Los «Decididos»

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Han pasado varios días desde que Francisco y yo nos besamos. Y está vez sin temor a equivocarme, sé que nos estamos evitando.
Y no es para menos, besarse en un laboratorio con tu profesor o en su caso con tu alumna; no es justamente el comportamiento más ético y responsable del mundo.

Me avergüenza estar en esta posición, sin embargo no creo arrepentirme de los besos que compartí con Francisco, pues la sensacion de sus labios contra los míos fue tan maravillosa que no me importa como sucedieron las cosas. De todas formas no se como afrontar la situación pues deseo probar nuevamente el sabor de su saliva y encontrarme entre sus brazos, no obstante verlo a la cara me llena de mucha timidez y terminó sonrojándome  cada vez que pienso en él.

Ya vamos casi por mitad de semestre y la próxima semana, será la segunda salida de campo de Ecología de Poblaciones, iremos a un lugar cálido en pleno bosque seco tropical. La verdad, no me gusta el calor; sudar y sentir la piel tirante por el sol, no son sensaciones que atesore con especial cariño. Esta vez compartiré sólo la carpa con Adriana, las chicas en especial Jeimy y Adriana, han estado comportándose conmigo como verdaderas amigas, me esperan para almorzar y puedo hablar con ellas con confianza, de todas formas procuro ser discreta, sobretodo cuando Layla está presente.

Las cosas con Andrés, han estado raras desde que me envío esos «mensajes».

Con la excusa de estar compartiendo con mis compañeras, me he alejado un poco de él, afortunadamente este semestre solo compartimos una clase «Ecología de Poblaciones», de todas formas, lo extraño, no por nada es mi mejor amigo. Así como también extraño a Jenn a la que he estado visitando continuamente, sin embargo, aún no le cuento a nadie lo que me está sucediendo, pensé en hablar con Jenn del tema, pero desde que está embarazada, parece que los únicos temas sobre la mesa son sobre maternidad y niños y... Bueno... Yo no, sólo no tengo experiencia en el tema, si no que... No me interesa mucho!

¿Que puedo decir?...sin que suene poco maternal? Mi mayor deseo no es tener hijos... Al menos en un futuro próximo!!!

Además siento que si le cuento a alguien sobre esos «besos», aún, aunque me muera por desahogarme, terminarán censurandome y convenciendome que no fue correcto. Pero a pesar de que en lo más profundo de mi ser, pienso lo mismo...
No me importa!

Francisco Valencia, me gusta y mucho!!!  No pienso seguir negandolo, al menos... No a mi misma!

Llegado el día de la salida, llevo una maleta con lo justo y algo de comida enlatada, estoy «decidida» a «Tomar el toro por los cuernos» y preguntarle a mi profesor que está pasando entre nosotros!!! Al menos eso me digo frente al espejo de mi habitación y me doy ánimos para afrontar los próximos días que me esperan.

En el bus todos van muy animados, la salida se programó con otros dos cursos que el profesor Valencia imparte, por lo que somos más de 30 personas, sumado a un par de auxiliares de laboratorio y a la profesora Carolina Buitrago, docente de cátedra en zoología, que también nos acompaña.

El viaje es largo son más de cuatro horas de camino, voy sentada con Andrés y aprovechamos para ponernos al día. El doctor Valencia va sentado en la fila de atrás junto a la profesora Carolina y no puedo evitar notar que a ella no le habla con tanto desdén cómo a mi. Le llama «Caro» y se ríe de alguna estupidez que «ella» le está contando.

¡A mi me llama «Triana»! ¡Y nunca se ríe en mi presencia!, Andy nota mi malestar y me susurra al oido

- ¿Que te pasa? -

- Nada... solo me duele un poco la cabeza, el viaje es muy largo - Le digo con voz contenida

- Duerme un rato, yo te despierto - Y acto seguido pasa un brazo por mi espalda Y me indica que me recueste contra él. Decido descansar un poco, para ver si me despejo.  Creo que estoy triste y celosa.

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Ver al idiota de Hortua abrazar a Paula me llena de celos!. El muy imbécil se cree con el derecho de susurrarle al oído e incluso de besarle la frente.

No se si tengan algo y eso me llena de incertidumbre, pero quiero creer, que si Paula me devolvió «esos besos» tan fervientemente, es porque entre ellos sólo hay una «bonita amistad»

El día pasa como un suspiro, estoy bastante cansado, dirigir tres grupos esta resultando todo un desafío, afortunadamente cuento con el apoyo de las auxiliares y de Carolina. Sin embargo esta última, está resultando también un desafío y es que es muy difícil ignorar sus constantes coqueteos, que ya me tienen harto!.

No he podido hablar con Paula en todo el día, los de noveno, me han sorprendido y han estado aprovechando el tiempo efectivamente. Cuando llegamos armaron su campamento en menos de diez minutos y se organizaron para realizar el levantamiento de la zona según el objetivo de sus investigaciones.  Se dispersaron cartografía en mano en distintos equipos y apenas si solicitaron mi opinión.
Pude respirar tranquilo, al darme cuenta que Sergio sería el acompañante de Paula, lo prefiero mil veces antes que fuera Hortua quien la acompañara.

Por otro lado con los de primero fue un completo ¡Desastre!. La mayoría no tenía idea como armar una carpa y llevaban equipaje de más, empecé por enseñarles como armar un campamento y las técnicas básicas de muestreo.

Al caer la tarde el grupo entero había quedado de reunirse para comer, los de primero lucían como si hubieran hecho parte de alguna operación de guerra, se veían cansados, quemados por el sol y sudorosos, unos pocos se veían felices, otros supongo estaban analizando sí, si estaban hechos para está vida. No obstante había un grupito de «Niñitas» que se notaba, se acababan de duchar (Aun cuando comenté que para los habitantes del sector el agua era un lujo y por lo mismo no había que desperdiciar), parecían recien salidas de alguna de esas revistas de moda estúpida para adolescente, lucian mini faldas, blusitas escotadas y ¡Maquillaje!

- ¡Joder!

¡Que niñas más desubicadas y tontas! ¡Que acaso no prestaron atención cuando hable de la transmisión de enfermedades por vectores como mosquitos! tal como estaban vestidas y con su aroma frutal, esas niñas amanecerian llenas de picaduras.

Me estaba preguntando como era posible que esas niñas si quiera hubieran pasado el examen de admisión, cuando entraron los de noveno tranquilos y vestidos para la ocasión. Pero dentro del grupo no se encontraban Paula o Sergio.

- ¿Cansados? - les pregunté en tono amable

- Un poco, pero creo que adelantamos bastante el día de hoy! - Me contestó con una sonrisa Joel, uno de los estudiantes más aplicados de la clase y que siempre está sonriendo.

- No veo a Méndez, ni a Triana - dije como quien no quiere la cosa

- No se preocupe - contestó Jeimy Arteaga, pasando bocado - El transecto que tenían planeado era bastante extenso Y ¡Conociendolos se habrán entretenido con alguna planta rara!

Todos se rieron de algún chiste privado

- Si mi Sergio es tan obsesivo con el trabajo, que no le importaría tener que dormir parado- dijo riendose Daniela  quien asumo es la novia de Méndez

- Y Paula es tan distraída que no se daría cuenta de la hora! - Aportó Hortua con una sonrisa

No se que cara habré hecho, pero sólo de pensar que ese par se perdiera o les pasará algo, me empezaba a asustar y no entendía cuál era la gracia que los muchachos le encontraban.

- No se preocupe profe  - Habló Adriana conciliadora - Paula es la mejor de nosotros en el manejo de cartografía, ella no se perdería

- Si además Sergy fue boyscout cuando niño, no les pasará nada - terminó Layla

- Olvidaba que siempre sabías tanto de mi novio Layla - Exclamó Daniela con tono de reproche.

Pero antes de que las chicas empezarán a discutir, entraron Paula y Sergio llenos de barro y con una gran sonrisa.

Nunca antes, me había parecido tan bonita una mujer como en ese momento. Paula vestía una camisa de rayas de una talla mucho más grande, un pantalón caqui lleno de bolsillos y botas de cuero, su cabello era un bonito desastre y traía colgando un sombrero lleno de barro, pero aunque se notaba sucia y sudorosa, su sonrisa resplandecia tanto, que por un momento creí que me dejaría ciego. 

En ese momento tomé la decisión...

Mi detestable ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora