Los «Confundidos»

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Mi primer beso, fue a los quince años con Luis, el hijo de la mejor amiga de mi mamá y mi mejor amigo desde que entre los dos, nos encargamos de que la profesora Jannet en primaria se asustara con una ranita que pusimos en su bolso. Pensarán que eramos unos diablillos, pero nada más lejos de la realidad! Luis y yo éramos los niños más nerd del salón y por algún motivo que aún no entiendo nuestra directora de curso nos detestaba, sobretodo a Luis.

El beso fue... raro e incómodo y no porque no haya sido convenido, porque de hecho la situación en si fue muy bonita y un tanto cursi. El día de mi cumpleaños Luis me sorprendió con un bonito colgante de un trébol de cuatro hojas que el mismo había encontrado e inmortalizado con un poco de glicerina. Me pidió si podía cerrar los ojos, se acercó a mi y me dio un beso, que fue... lindo, pero sentir sus labios fue muy incómodo y un poco húmedo, además no tenía idea que hacer ¿Como se da un beso?

Y...¿ por qué estoy pensando en besos justo el día de hoy?...Bueno a pesar de haber practicado muchas veces con Luis y aprender sobre diferentes técnicas con el y con un par de amigos en el transcurso de la Universidad. Nunca, un beso había sido tan alucinante como hoy!

En la mañana llegue temprano al laboratorio, el doctor Valencia me pidió que alistara algunos materiales para la práctica que desarrollaría en la tarde con los alumnos de primer semestre.
Misteriosamente los ejemplares de animales, que aún me quedaban por procesar, desaparecieron mágicamente. No me atreví a preguntarle al doctor Valencia que había pasado con ellos, porque en lo más profundo de mi alma saltaba de felicidad por no tener que encontrarme con «esos» bichos nuevamente.

Las cosas con el doctor han estado más raras de lo normal. Luego de esa tarde donde me ofreció las pastillas, casi no me ha determinado, tal vez está enojado porque le grité, pero si fuera así, tendría más sentido que me gritara de vuelta y no que pasará de mi olímpicamente. Y aunque me molesta un poco su actitud, la verdad lo prefiero así, porque de esa forma no tengo que sobre analizar todo lo que sucede entre nosotros.

He decidido, que todas esas miradas «Intensas», que según «yo» hemos compartido, no son más que una jugada de mi imaginación. Y es que,  es ridículo pensar, que el doctor Valencia sienta algo especial por mi ya sea positivo o negativo, seguramente ni se ha dado cuenta del efecto que me han causado sus palabras. Para no ir más lejos, veamos el efecto dominó que causó nuestra discusión (O mi susceptibilidad) el viernes en el laboratorio. Finalmente termine emborrachandome con mis compañeros de Universidad, y fue tal la borrachera (Mi primera borrachera) que no recuerdo, lo que sucedió después del quinto o sexto trago. Amanecí en casa de Sergio quien con ayuda de Adriana (Quien resultó ser la que mejor tolera el alcohol) nos llevaron al departamento y se encargaron de nosotros. ¡Que vergüenza! Y ¡Que Guayabo! Y ¡Que castigó!, mi primera borrachera y mi primer castigó en 21 años y todo en un mismo fin de semana! Mis papás querían ahorcarme cuando por fin aparecí y afortunadamente no en una morgue!
Por lo visto, según lo que me dijo Adriana, luego de que me vio hablando con alguien (Y espero no haberle dicho nada comprometedor a la persona que llame), decidí que mi teléfono también tenía sed y lo sumergi en un vaso de algún tipo de alcohol, por tanto mis pobres progenitores, no supieron nada de mi, si no hasta el siguiente día, cuando llegue hecha un desastre a la casa. 

Volviendo al tema que nos compete. El doctor Valencia, decidió quedarse esta mañana en el laboratorio.  Por lo que sé, se encuentra analizando unos especimenes que le enviaron de otra Universidad.  Mientras tanto yo me dediqué a esterilizar los elementos como pinzas y bisturis que se necesitan para la práctica de la tarde. Sin embargo  y juro que no sé como!!!, termino quemandome la mano seriamente

-Aish!!!- Sin querer boto el bisturí que tengo en la mano y el profesor Valencia se levanta de su silla como un resorte.

-¿Que pasó?¿Esta bien? - Me pregunta asustado

- Me queme la mano - el dolor es tal que se me escurre una lágrima, el profesor Valencia toma con cuidado mi mano y la analiza delicadamente, luego se levanta y vuelve con algunas gasas y una cremita, despues me indica que me siente.
El momento se vuelve íntimo cuando se para frente a mi que he terminado sobre una de las altas bancas del laboratorio y esparce casi con cariño la crema.
Estamos muy cerca, mi corazón empieza a latir muy rapido y fuerte, siento los sentidos agudizados, olvido cualquier dolor que pueda sentir, dejo de percibir lo que sucede fuera del espacio que compartimos y su olor me hipnotiza, por eso cuando levanta la vista y me regala esa mirada tan intensa siento que me derrito. Francisco acuña una de sus manos en mi cara y me regala la caricia más bonita y ardiente que nunca me han dado.
- No puedo más - Me dice con voz ahogada y luego de mirar mis labios fijamente, me regala el beso más alucinante de la vida.

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Sus labios son dulces y pronto se tornan ardientes;  estoy incómodo con la posición, así que con cuidado la tomo de la cintura y dejo que se siente sobre el mesón, cuando nos separamos me mira fijamente con esos ojos verde oliva turbados por el deseo y la confusión, sin embargo, me toma del cuello y me devuelve el beso más delicioso y ardiente que nunca me han dado.

No quiero dejar de besarla, la aprieto junto a mi todo lo que puedo, gime en respuesta y siento que el mundo empieza a dar vueltas. No obstante escuchó que la puerta se abre y nos apartamos rápidamente con la respiración agitada.

Sergio Méndez viene entrando con lo que parece un biotero en sus manos y no se percata de la situación.

Paula está roja, despeinada y agitada; pero aprovecha el momento para abandonar el laboratorio sin que Méndez se de cuenta de su estado.

Yo le doy la espalda, aparentando estar concentrado en unos especimenes y respiro profundamente para calmar mi propio estado de agitación y vergonzosamente de excitación.

Joder!

Ahora si que no creo poder mantenerme lejos de ella... Ese beso me hizo sentir tantas cosas que estoy más confundido que nunca!

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- Dios!!! - Me miro al espejo y no me reconozco - ¡Acabo de besar a un profesor!... ¡En la boca!... ¡En la Universidad!... ¡Y más que un beso, fue casi una fagocitosis!...

Sin duda ese o «esos» han sido los besos más alucinantes y deliciosos que nunca me han dado...

Ahora si que no entiendo nada... Estoy confundida... ¿Me gusta mi profesor?¿Puede ser que yo le guste a él?

Mi detestable ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora