Los «desilusionados» Parte 1.

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- Cariño, sabes que no me gusta la mermelada de fresa. ¿Por que la sigues comprando? - Dice Andrés mientras termina de desayunar y ojear su tablet, seguramente en la sección de salud.

- A nuestro hijo le gusta y también a mi. Además, no tuve tiempo de ir al mercado, fue lo que enviaron en el domicilio. No crees que si, quieres algo en específico ¿Podrías haber pasado tu?

- Pues no me gusta. Y sabes que la compra, deben hacerla las mujeres. Yo trabajo, proveo lo necesario; de hecho no entiendo, porque tienes que seguir trabajando ¿No te dejo tu padre acaso un buen fideicomiso?. Además, como dije; soy «yo», quien debe trabajar; tu deberías estar en casa, verificando que todo este en orden y poniéndote bonita para nuestras salidas en sociedad.

¿Te gusto el vestido que te compre la semana pasada? - continúa, sin prestar atención a mis reclamos.

-AH!!!  - El corazón me retumba y siento que se me va a salir; ¡Que pesadilla, tan Real!.

Afortunadamente, el sonido del teléfono bajo mi almohada, me despierta.

- ¿Alo?

- Hola cariño, ¿Acabas de despertarte? - Su voz igual que en el sueño, me produce escalofríos.

- Hola Andrés.

- Oye! Antes que digas nada, quiero disculparme, no debí hablarte de la forma que lo hice. Entonces ¿Está todo bien?

Quisiera decirle, que no... ¡Que no, está bien! Pero en vez de eso, queriendo evitar dramas le contestó:

- Está bien. Es muy temprano para dramas, de todas formas.

Andrés, suspira y empieza a llenar la conversación con asuntos triviales que hacen que olvide la pesadilla antes vivida; pero no, las palabras de mi padre.

Ciertamente, lo que me dijo, acerca de mis sueños, no me ha dejado tranquila; sin embargo, últimamente parece que el mundo entero tuviera algo que decir. Y que fuera el momento preciso de mi vida, donde cada decisión por pequeña que sea afecte el rumbo de mi futuro.

Y la verdad, es que aunque siempre tuve claros, mis sueños; siento mucho miedo de terminar sola.

¿Y que, si, Andrés, es el único hombre, que me va a amar de «verdad»?.

¿Y que, si, él es mi destino, como dice Jenn?

Jenn!!

Finalmente, hablamos y terminamos coincidiendo en que el estrés, nos había jugado una mala pasada y que ambas habíamos sido muy injustas; nos reconciliamos, pero la confianza entre ambas se quebró y no sé, sí, alguna vez seamos como antes.

Pero, escuchar como  percibía ella, la relación entre Andrés y yo; me hace preguntarme, sí, en verdad «debía pasar por alto «esas», actitudes posesivas», que según Jenn y muchas otras mujeres, sólo «significa que me ama».

¿Es el amor así? ¿Egoísta? ¿Posesivo?
¿Debemos las mujeres siempre bajar la cabeza? Y simplemente conformarnos con el olvido o alguna pobre disculpa?

¿Debo soportar la actitud de Andrés? Y simplemente olvidar a Francisco?

Y es que éste último, tampoco es tan distinto; pues para él, simplemente fui el juego de una noche, una mujer más en su larga lista de conquistas.

El amor... ¡Que desilusión!,

No es ni de cerca lo que sueñas!.



Pronto llega el martes y mi infierno semanal toma vida nuevamente.

Francisco parece desesperado, por llamar mi atención, pero aunque las cosas con Andrés, siguen bastante tensas, éste, no se me despega en toda la mañana.

Mi detestable ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora