La «Mujer del espejo»

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Ha pasado apenas una semana desde que "acepte" darme una oportunidad con Andrés y sin embargo los días junto a él me parecen eternos.

No sé porque, la idea de que «un clavo saca otro clavo» suele ser tan popular, cuando la realidad es que es una pésima idea.

Estar con Andrés, es absolutamente incómodo, no me gusta que me toque y mucho menos que me abrace. No siento ganas de pasar tiempo junto a él y la sola idea de besarnos me parece repulsiva. Obviamente la idea de algo «más» me produce náuseas.

Pero he sido incapaz de expresar lo que siento , además parece que todo el mundo nos considera la pareja perfecta.
Según mis compañeros se veía venir. Aparentemente he estado en una relación que va más allá de la amistad durante mucho tiempo y nunca me di por enterada.

Pero antes, no me molestaba la presencia de Andrés, la confianza era parte de nuestra normalidad y los abrazos y el constante contacto fisico eran el pan de cada día.

Y ahora que estoy consciente del porqué de tantas atenciones y cariño, siento que no puedo bajar la guardia ni un segundo.

- Amor, el domingo es el cumpleaños número 80 de mi abuelo, le dije a mi madre que vendrías. ¿Crees que este bien que llevemos una botella de vino cosecha del 98 o mejor la del 96? No tengo claro cual de las dos cosechas fue mejor - Me dice Andrés y siento que tengo al frente a un extraterrestre ¿Amor? ¿Me dijo amor?

¡Llevamos apenas una semana, por Dios!

Respiro profundamente,

- La cosecha del 98 sin duda es mucho mejor... Pero no me habías dicho lo de tu abuelo - respondo intentando calmarme

- ¿No te lo dije? Bueno... Pues ya lo sabes, el domingo iremos a cenar con mi abuelo

Respiro profundamente,

- Andrés, ¿No te parece que antes de avisarle a tu mamá que iría, tendrías que haberme preguntado? ¿Que pasa si no puedo ir? ¿Que pasa si tengo planes?

- ¿Tienes planes? - Me dan ganas de sarandearlo, ¿Como es posible que sea tan obtuso?

- No, no tengo planes - Pretendo seguir hablando pero me interrumpe poniendo su mano sobre mis labios

- Entonces ¡ya está! Siento mucho no haberte preguntado, pero por fa, entiendeme, sabes que adoro a mi abuelo y el tiene muchas ganas de conocerte

- Andrés, tu familia ya me conoce - refuto

Mi compañero rueda los ojos

- Si, pero no como mi novia - Detesto ese «tonito» que últimamente siempre usa, como sí todo lo que dijera fuera obvio, pero yo no fuera lo suficientemente inteligente para entenderlo.

Sin embargo, me fijo en los chocolates que tengo en mis manos, que son mis favoritos y Andrés me regalo está mañana y me lleno de culpa; pues no siento nada por Andrés, pero prometí darle una oportunidad y no pienso permitir que mi relación se arruine sin que llevemos ni siquiera una semana.

A diferencia de «otros» Yo, no quiero jugar con los sentimientos de «nadie»

- Está bien, el domingo iré a cenar con tu familia - Andrés sonríe y me veo en la necesidad de aclararle.

- Eso, si, está es la primera y última vez que tomas una decisión por mi.

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Durante la semana Andrés se encargo de dejarle claro a todo aquel que nos conoce que tenemos una «relacion»
No cesó de abrazarme y contarle a todos sobre nuestra "historia" de amor.

Mi detestable ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora