•24•

807 78 44
                                    

No puedo tener mi conciencia tranquila si ustedes hacen la automurición, así que aquí les va el otro capítulo♡

Paddy

Camino por la calle bastante confundido con la dirección que tiene ¿Por qué tenemos que tener un sistema diferente?

—Paddy no sé si nos estamos acercando —comenta Robbie.— Creo que terminaremos siendo arrollados.

—Estas en la zona peatonal —ruedo los ojos.— No morirás.

Vuelvo a mi móvil, por mensaje Ivan me ha enviado su ubicación. No está lejos. Bien.

Tomo a Robbie por el codo, y lo guío conmigo hacia el lugar en el que se encuentra Ivan.

—Allí está —dice Robbie con entusiasmo.— Gracias vida, ya pensé que seguiríamos dando vueltas.

—Oh cállate, tú no has hecho nada para evitar las vueltas.

Ivan nota nuestra presencia, y con su sonrisa característica se acerca a nosotros.

—Lo siento. Hubiera sido mejor ir por ustedes al hotel —rasca su cien.— Pero quería evitar sospechas.

—¿Crees que...?

—No tiene la menor idea —me interrumpe.

—Genial —sonrio.— ¿Dónde está?

—En el auto —responde.

—¿Irás por ella? —pregunto confundido.

—Oh no —rie.—Tú sí.

—Terminará muerto —comenta Robbie.— No sabes lo que nos costó llegar hasta aquí, ir por tú auto será otra hora de caminata.

—Para eso estoy yo —dice con orgullo Ivan.— Yo te llevaré hasta allí, cuidando la distancia para que piense que aún estoy buscando los polerones. Luego, tú entrarás en el auto, y Robbie se irá conmigo por un café.

—¿No la asustaré? —miro al mellizo preocupado.

—Qué más da, es parte del plan. Aferrate a el —Robbie se encoje de hombros.— ¿Qué tan bueno es el café? —niego con la cabeza. Ya veo porque quiere aferrarse al plan.

—Es el mejor que probarás en tú vida —Ivan le sonrie a Robbie. Dirige su vista a mí.— Probablemente se asuste, pelirrojo, pero no será por mucho si ve tu rostro.

—No lo sé —murmuro.— No quiero darle un susto.

—Anda, hazlo por mí —insiste. Lo miro extrañado.— Me la debes, por ti me vestí como cúpido con este frío.

—Esto no es frío —le contradice Robbie. Tiene razón, imaginaba que la temperatura sería mucho más baja.

—Que va, primer mundista —Ivan rueda los ojos.— ¿Vamos o qué?

—¿Y qué ganas tú con que le de un susto?

—Probablemente una paliza —dice sin importancia.— Pero también mi venganza por comerse mis donas ayer. ¡Eso! —grita emocionado.— Cuando entres, dile que eso sucede cuando alguien se come la comida ajena.

—Pero, no sabemos español —vuelve a interrumpirle Robbie.

—Tomaré café solo, tú puedes esperar afuera.

—¡Pero...!

—Es joda —rie.— Bien, no le dirás nada. Pero vamos, mientras más tiempo pasa, más es probable que hayan robado el auto con ella dentro porque se ha quedado dormida una vez más —comenta con tranquilidad. Tranquilidad que me asusta ¿Estará hablando enserio?

Más allá de la frontera ~ Paddy Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora