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Tras el avance del transcurso de la tarde Paddy junto a Robbie decidieron regresar al hotel, pues tenían cosas que organizar y hacer, cosas que por más que le pregunté no quiso revelar. A quien le agradó que esto sucediera fue a Iván, pero no por Paddy, sino por Robbie, quien no dejaba de robarle miradas a Flor, quien además se ofreció en guiar a los chicos al hotel para continuar con su coqueteo. Mi hermano debe aclararse, y eso es algo que le hice saber en la larga conversación que tuvimos antes de irnos a dormir. 

Hoy quedamos en que nos juntaríamos tras la universidad, debido a que cuando intentamos hacer lo contrario nada salió como esperábamos.

—¿Manejarás tú?— le pregunto a Iván tras salir a la calle.

—La conversación de ayer se robo todo mi sueño. Si quieres morir,  puedo hacerlo.

—No gracias. No quiero que mi siguiente cita con Paddy sea en un funeral. 

—¿Cita? —eleva una ceja coqueto.

—Digo, salida —corrijo el tono de mi voz. En respuesta Iván se ríe.— sube ya, debemos irnos. 

Suelta una pequeña risa satisfecho. Camina en dirección al copiloto, subiendo al auto con habilidad y dejándome unos minutos atrás. Minutos en los que aprovecha para acomodarse y robar mi café, el que por cierto acababa de posicionar a mi lado derecho.

—Así estoy más despierto en mis clases —dice en su defensa tras mi mirada asesina.

—Dormir durante el camino también era una opción.

Iván se encoje de hombros y decide no discutirme. Mientras abrocho mi cinturón y pongo en marcha el auto, él aprovecha para poner música en la radio, la que por cierto es de su preferencia. Sin embargo, no me molesta, ya que suele ser bien animosa y capaz de despertar a los zombies como nosotros en mañanas como estas.

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Tras llegar a la universidad Iván y yo separamos nuestros caminos como es de costumbre, quedando de acuerdo en juntarnos una vez nuestras clases terminen. No obstante, hoy no es todo como de costumbre, pues, muchos de los estudiantes recaen en nosotros, cosa que antes no pasaba, la razón: Paddy. Los interesados no faltan, muchos me dedican sonrisas amigables cuando antes siquiera reparaban en mí. Caminar con famosos tiene sus ventajas, una de ellas es volverte experto en detectar a los falsos, o casi expertos. 

Al ingresar a la facultad diviso a Flor con facilidad, pero no puedo acercarme a ella con la misma, ya que Sofía se cruza en mi camino impidiéndomelo. Otro punto en contra para la mañana.

—Supongo que hasta la más calladas guardan trucos bajo las mangas. 

—Todos tenemos nuestros secretos, tú eres experta en ello ¿o ya lo olvidaste? —se limita a observarme, por lo que aprovecho para alejarme de su lado. 

—¿Y esa que quería?—pregunta Flor una vez se une a mi camino, tras pasar por su lado. 

—Joderme la vida— rio por lo bajo. Flor realiza una mueca.— se enteró de lo de Paddy, como la mayoría aquí. 

—¿Se interpondrá en eso también? Flor espeta molesta. Auch, eso dolió.— Mierda, lo siento. No quise decir eso. 

—Flor, a ella la dejaron interponerse. 

―Dante es un imbécil, él no te merecía. Pero ella tampoco tenía derecho, era tú mejor amiga. En fin, ahora ellos son el uno para el otro.

—No conoces a Sofía— respondo seca.

—No, pero me has contado lo suficiente. Lamento que ella haya quedado en la misma universidad que tú, por lo menos no es la misma carrera ¿no?

—Todo tiene un lado bueno —bajo la guardia.

Más allá de la frontera ~ Paddy Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora