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—¿Enzo? —pregunto extrañada.

—Oh no —me observa por el espejo retrovisor.— con que esto se trataba de ti —niega con la cabeza.

—¿Por qué...

—Por error delaté a Iván con tus padres, así que ahora me está haciendo pagar —responde.

Me limito a reír. Supongo que el mejor amigo de mi hermano no tiene clases hoy.

—Bien querido chófer, ¿nos haría el favor de partir? —pregunto burlesca. Me gusta molestar a Enzo, tanto como me gusta molestar a mi hermano.

—Estamos a sus órdenes —dice entre dientes con evidente molestia.

La mano de Paddy roza la mía, llevando mi atención hacia él. La sonrisa cálida que se dibuja en su rostro me trae tanta tranquilidad, que pareciera que todo el drama del día de ayer jamás existió.

—Gracias por esto —murmuro mientras me decido a apoyar mi cabeza en su hombro.— te encantarán las termas.

—Esto ya me encanta —responde.

—Ugh —la voz de Robbie rompe el momento.— disculpe chófer, ¿podría detener el auto? quisiera irme adelante con usted.

—Claro.

El vehículo se detiene, y la mirada asesina de Enzo me llega por el mismo espejo. Disfrutaré que se crean que es un chófer.

—Mejorando tú inglés —me dirijo a Enzo, en español.

—Cállate —me corta en seco.

Esta vez no puedo evitar que me salga una pequeña risa. Sí, definitivamente disfrutaré esto.

Entrelazo mi dedos con los de Paddy, a lo que él sella la unión. El auto comienza a andar nuevamente, y cierro mis ojos, no dejan de ser las 5 de la mañana.

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Un toque suave en mi frente me hace fruncir el ceño, pero mis ojos no se abren.

—Llegamos —su voz llega a mis oídos algo lejana.

Comienzo a pestañar con lentitud en repetidas ocasiones. Sus pecas, aquellas que adornan sus mejillas aparecen de manera borrosa frente a mí. Mi cuerpo se estremece por el frío que llega desde el exterior. Mis músculos se tensan, haciendo que me estire, despegando mi cabeza de su hombro.

—Creo que odio despertarte —dice por lo bajo.— te ves muy... linda durmiendo.

—Estas loco —murmuro.

Esta vez mis ojos se mantienen atentos. Intento esbozar una sonrisa, cuando me doy cuenta que le he babeado su hombro, por lo que este intento por sonreír resulta fallido.

—Es enserio —ríe.

—¿Una linda babosa? —pregunto.— te he dejado todo empapado allí.

—Lo sé —vuelve a reír.— pero podría volver a soportarlo con tal de tenerte así.

El frío del exterior no parece ser un impedimento para que mis mejillas tomen calor y se tornen rojas.

—Vamos —vuelve a hablar.— creo que el chófer quiere irse lo más pronto posible —su mirada se dirige hacia afuera del choque, donde Enzo se encuentra al lado de Robbie mirando atento nuestros movimientos.

—Que mal chófer.

Paddy empuja la puerta que se encontraba entre abierta. Su mano presiona la mía, sin soltar el agarre, por lo que nos movimientos se dan casi de manera simultanea.

Una vez estamos ambos afuera, Enzo se encarga de volver a darme una de sus miradas asesinas.

—Dos horas —dice Enzo.— dos horas de viaje y dormiste esas dos. Me dejaste con este par cuando no tienen subtitulos incluidos.

—No delates a mi hermano, y te ahorras esto —me encojo de hombros.— por cierto, ahora podrás pasar el test de inglés de la uni.

—Eres malvada, tal como tú hermano.

—Eso lo sabes desde que se mudaron a nuestro lado —guiño mi ojo derecho.

—Te veo, demonio.

—Avisa que llegaste bien.

Enzo asiente, y se limita a decirle adiós a los chicos. Se sube al vehículo. Su vista se concentra en el volante, y en unos minutos parte nuevamente a la ciudad. Pobrecito, al menos Iván le pudo haber incluido la tarde de termas con nosotros.

—¿Vamos a desayunar ya? ¿o qué? —es Robbie quien rompe con el silencio.

—Eres realmente un... —Paddy guarda silencio.

—Cabrón —él responde completando la frase.— un cabrón con hambre, sip.

—Vamos, el hotel de aquí tiene unos muy buenos desayunos —digo para calmar al hambriento de Robbie.

—Gracias —responde él.

Emocionado comienza a adelantar su paso, separándose unos metros de nosotros.

Paddy y yo caminamos con nuestras manos entrelazadas, y nuestros bolsos en nuestras espaldas. Al ser día de semana, no es mucha la gente que se encuentra en el lugar, y para nuestra suerte aquellos que sí están, no recaen en nosotros.

—Es realmente bello —comenta mientras su mirada viaja por los detalles del lugar.

—Llevan el nombre de termas colina por lo cerca que estamos de ellas.

Paddy se detiene dejando escapar nuestro agarre para mirar más detalladamente la vista panorámica que ofrece el lugar frente a la naturaleza viva. Observo con una sonrisa el asombro que refleja su rostro, se le ve contento.

En un movimiento brusco su cuerpo está frente al mío a una distancia que me corta el aire.

—Es emocionante. Estamos rodeados de nieve —ríe.— ... y lo único que siento es tú calor.

Aquí van de nuevo mis mejillas guiándose a un rojo carmesí.

—Creo que ahora me has quitado mi papel de rodolfo el reno —arruga su nariz.

Se acerca lentamente, y deposita un beso en mi mejilla.

—Te queda mejor a ti —sonríe.

Continúo en mi silencio, pues sus palabras me quitan las mías. Su mano se guía hacia la mía, y con entusiasmo me toma nuevamente para guiarme hacia el hotel. Camino tras él admirandolo. Este será un gran día.

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Muchas gracias por su apoyo, ya somos 10k! no puedo estar más agredecida con lo que han hecho crecer esta historia!!

Para el día mañana subiré la continuación de este capítulo, espero les haya gustado este:(

Más allá de la frontera ~ Paddy Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora