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La última vez que lo ví fue hace unos cinco días atrás, cuando a la orilla de la playa decidió pedirme mi instagram. Pero, eso cambiará hoy.

Hemos quedado en Hyde Park, ubicado en el centro de Londres. Tuve la idea de venirme una hora antes, pues, sabía que me perdería, y así fue.

Camino por donde sea que estoy, buscando alguna dulce alma que quiera ayudarme a descubrir por dónde debo seguir. Vuelvo mi vista al móvil, según el llevo una media hora caminando por donde mismo. Genial. Continúo dando vueltas, tantas, que comienzo a cansarme. Elevo la vista al frente, para chocar con un chico.

—Oh, d-disculpa —murmuro.— estaba viendo el...

—Sí, y yo estaba buscando a una chica igual a ti —sonríe.

Paddy. Sin intención alguna, termine encontrandolo. Que alivio.

—Dios, llevo horas caminando ¿dónde queda el parque? —pregunto.

—Llevas horas caminando por el —rie.— de otra forma, no nos hubieramos topado, aquí hemos quedado.

—¿Estas bromeando? —abro la boca soprendida.— es enorme.

—Lo es.

Se me queda mirando fijamente, lo que me pone aún más nerviosa, dificultandome el articular alguna respuesta.

—¿Te parece bien si nos sentamos en el pasto? —pregunta rompiendo el silencio.

—Sí, claro que sí —sonrío.

—Bien.

Voltea en dirección opuesta al agua que cruza el parque. Toma asiento en el pasto y me observa esperando a que lo imite. Sin tardar demasiado, hago exactamente lo mismo, quedando frente a él.

—Está helado aquí.

—Creo que estoy acostumbrado —se encoje de hombros.

—¿Vienes con muchas chicas al parque? —elevo una ceja.

—¿Qué? —sus mejillas se ruborizan.— no, ¿piensas eso?

—No —rio.— te estaba molestando, ya sabes, para romper el hielo.

—Ah —ríe también.— quizás, para romperlo aún más podrías contarme más de ti.

—Creo que en la fiesta te he dado suficiente información de mi persona, no sé si tengo datos más interesantes.

—Tú eres interesante, creo que cualquier cosa que digas lo será también —responde con una sonrisa.

Ahora quien se sonroja, soy yo. Desvío la mirada algo nerviosa, pero, me concentro para no quedar en blanco.

—G-gracias —sonrío.— pero, creo que... quien no ha hablado lo suficiente has sido tú. Es más, ahora que lo pienso, siempre hablo mucho y tú casi nada.

—Me gusta ser misterioso —bromea.

—Ya veo —entrecierro mis ojos.

—¿Cuándo te vas? —pregunta curioso.

—En dos días —respondo.

—Wow. Por suerte, me armé de valor para hablarte antes de eso —confiesa.

—¿Llevabas tiempo pensando en hablarme? —lo miro fijamente.

—Sí, desde que te seguí ese día en la playa. Cosa que fue un poco psicópata de mi parte, perdona — rie.— pero bueno, me tardé un poco en tomar la decisión de hablarte.

—Paddy —rio.— me has hablado anoche, creo que tardaste algo más que "un poco".

—Bueno, sí —sonríe.— no se me dan las redes sociales —se defiende.

El mismo día que Paddy me había comenzado a seguir, borre todos los mensajes que le había enviado con aterioridad, pues, hubiera muerto de vergüenza si los veía.

—Lo sé —respondo.

—¿Lo sabes? —eleva una ceja.

—Ajá —asiento.— luego de la fiesta, decidí buscarte en las redes, y bueno, eres algo popular, así que, no me costó mucho encontrarte. Cuando lo hice, comencé a seguirte, estuve en la duda de hablarte, pero, como subías tan pocas cosas, no sabía cómo —miento, pues si le envíe mensajes.— además, de seguro tienes demasiados mensajes.

—Más de los que puedo contar —ríe.

—Tienes muchas fans —sonrío.

—Si, bueno... se lo debo a Tom —se encoje de hombros.

—¿Cómo haces para vivir con eso?

—No lo sé, supongo que sólo me acostumbré. Ya han pasado años, y uno aprende a vivir con eso.

—Al menos estas aquí, sin que te molesten —sonrío.

—Sí, por suerte. Eso no quita que la gente se acerque, les ayuda a sentirse cerca de mí hermano.

—¿Qué dices? —empujo su hombro con suavidad.— te aseguro que se acercan por ti, las chicas te aman por ser Paddy Holland.

—Estas loca —ríe.

—Sí, lo sé —rio también.— pero, también soy sincera, y te digo lo que veo.

—Si tú lo dices. ¿Y cuándo volverás a Londres?

—Nunca.

—¿Alguna vez hablas enserio? —me mira divertido.

Ojalá no fuera una broma. Realmente no sé si alguna vez vuelva aquí, sé que pisaré el continente europeo otra vez, pero, no sé si vuelva a pisar este país, y por consecuencia, esta ciudad de nuevo.

—Lamentablemente, ahora lo estoy haciendo —hago una mueca.

—Nunca es una palabra muy potente.

—Bueno sí, entonces, dejemoslo en mucho tiempo.

—¿Y por qué?

—Porque sólo vine de visita, para conocer. Luego de esto, volveré a mi país.

—¿Y a Francia? ¿no volverás? —pregunta.— digo, tú prima vive allí.

—Sí, volveré —una sonria se dibuja en su rostro.— el próximo año.

Aquella sonrisa se desvance. En reemplazo, su expresión cambia a una más bien... pensativa.

—Bueno, dos días son suficientes —dice convencido.

—¿Cómo? —pregunto confundida.

—Para que conozcas más de mí —responde.— dijiste que te quedaban dos días aquí.

—Sí...

—Entonces, estos últimos dos días podré hablarte de mí, para que sepas más sobre este misterioso chico.

Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro. Es increíble la conexión que he desarrollado con Paddy, y que quiera seguir viendome es simplemente, lo mejor.

—S-solo si quieres, c-claro —la seguridad en su voz se transforma en nerviosismo.

—Acepto —sonrío.— todo con tal de saber qué escondes, Paddy Holland.

Como respuesta, una sonrisa se dibuja también en su rostro.

Ahora, el problema es, convencer a mis padres para que me den los días que quedan sin actividades familiares para poder pasar lo que queda con él.

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Hola! ¿Qué tal este capítulo? ¿Qué les ha parecido la historia de momento?

Gracias a quienes leen y votan. Espero, y tengo toda la ilusión en que esta historia llegue lejos!

Más allá de la frontera ~ Paddy Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora