- No hay duda Beth, vuelves a estar deprimida-sentenció Karah y Lauren se le unió afirmando con la cabeza.
Suspiré, ya molesta. Ya era sábado por la tarde y habíamos decidido quedar en mi casa. Llevaban un buen rato atosigándome y presionándome para que les contara el motivo de mi bajo estado de ánimo. Y sinceramente, no tenía ganas en absoluto de contárselo. Es decir, a parte de que ellas no sabían de lo mío con Lobo, tampoco me apetecía ponerles al corriente de todas mis paranoias. Concretando: la discusión, su extraño interés por Lauren, Sammy, ella...
Eso aún seguía corroyéndome el cerebro. Era como un incansable latido que iba y venía en mi cabeza sin control y sin descanso. ¿Quién sería? ¿Por qué era tan importante? ¿Por qué Sammy se veía tan nervioso y Lobo tan tenso? Eran demasiadas preguntas para las cuales no conseguiría respuestas fácilmente en un corto plazo de tiempo.
- Hey, tierra llamando a Beth. ¿Sigues dentro de nuestra atmósfera o te has ido a dar un paseillo intergaláctico?-no pude evitar reír débilmente por la broma de Karah. Esa maldita sí que sabía sacarme una sonrisa incluso cuando no quería sonreír.
- No, me he tomado unas vacaciones y he decidido pasarlas en mi mansión de Plutón. Llamadme al fijo de allí que por esta línea sale más cara-bendito sarcasmo.
- Ya, ja ja, muy graciosa-o maldito cuando Lauren te lee la mente-. A ti te pasa algo y ahora mismo vas a contárnoslo ahora mismo. ¿Mal de amores, amiga?
- En serio, en un futuro deberías hacerte leedora de mente. Te forrarías.
- No intentes evadir la pregunta-resoplé. Esto era un callejón sin salida-. O contestas por las buenas, o mando a Karah a saquear la bodega de tu padre. Sabes que soy capaz y con su olfato para el buen alcohol no tardará mucho tiempo en encontrar el whisky bueno.
- No hace falta llegar a esos límites-me incorporé rápidamente, ya que todas estábamos en la cama pero yo tumbada y ellas sentada. Y no es que mi padre fuese un borracho, pero si te atrevías a tomar aunque fuese una gota de alguno de sus licores de lujo, podías darte por muerto.
- Entonces dinos, ¿qué ha pasado?-me mantuve en silencio, pensando bien las palabras que a continuación diría.
- Oye Lauren, ¿conocías al conserje antes de que empezara a trabajar en el instituto?-ella al igual que Karah cambiaron el semblante de su cara a uno de completa confusión. Vale, tal vez no fuese eso lo que esperasen escuchar ni lo más normal en ese momento, pero si no lo preguntaba reventaba.
- ¿Estás intentando distraerme para cambiar de tema o es algo relevante?-entrecerró sus ojos hacia mí.
- Tú contesta-exigí.
- No, no al menos que yo recuerde. ¿Me explicas ahora por qué estás tan obsesionada con eso?
- Una vez dijiste que te sonaba de algo.
- Sí, ya. A lo mejor me lo encontré un día en la calle, o en un bar, o fuimos a la autoescuela juntos, yo que sé. Pero puedo asegurarte de que nunca antes había tenido contacto con él.
Suspiré. No estaba muy segura de que eso fuera así, pero no creía que mintiera. Supongo que tendría que creerle y aceptar su explicación.
- Bueno, volviendo al tema...-interrumpió Karah- ¿Quién es el idiota que te trae por el camino de la amargura?
- No sé si...
- Recuerda el whiskey-volvió a interrumpir. Bufé, no me quedaba otra que cantar como un pajarito.
- Okay. ¿Recordáis de cuando andaba deprimida porque Lobo me había besado y luego se fue?-ambas asintieron, atentas- Bueno, pues hace ya un tiempo que...-inspiré profundamente, armándome de valor- tenemos una especie de "aventura", pero hemos discutido-lo dije lo más rápido pero entendible que pude. Las dos estaban con la boca y los ojos abiertos a más no poder.
- ¡¿Estáis liados?!-exclamó Karah. Menos mal que estábamos solas en casa- No me puedo creer que no nos lo hayas dicho. Maldita sea Beth, ¡te tiras al sexy conserje de nuestra escuela y no te has dignado a contárselo a tus mejores amigas!
- ¡Karah! No me lo he tirado, sólo nos besamos.
- Pues que aburrido.
- ¿Y cómo lo hacéis para que no os pillen?-intervino Lauren.
- Quedamos en la choza del patio trasero que usan de cobertizo. Fuera de eso, no solemos hablar mucho y sólo nos hemos visto una vez por casualidad en el pueblo.
- Aún sigo sin entender que no te hayas cepillado a ese bombón-Karah seguía a lo suyo. Rodé los ojos. Esta chica nunca cambiaría.
- ¿Por qué peleásteis?-ahí llegaba la pregunta difícil y larga de contestar.
- Él...-suspiré- Es complicado. El día que me secuestraste para sacarle información a Karah sobre lo suyo con James-miré a Lauren y ella puso su cara de niña buena e inocente-él me esperaba allí como todos los días, pero al no aparecer se enfadó. Le expliqué el motivo de haberle dejado plantado, pero al mencionar tu nombre y ponerte de culpable, se puso como loco.
- ¿Por mí?-la sorpresa y confusión que apareció en los rasgos faciales de Lauren fueron similares o iguales a los que aparecieron en los míos cuando la posibilidad de que Lobo sintiera algo por mi amiga pasó por mi cabeza.
- Lauren, ligona, deja algo para las demás-ambas miramos fulminantemente a Karah cuando soltó ese comentario. Ella desvió la vista a la pared y empezó a silbar haciéndose la desentendida.
- Estoy muy confusa. Puede que sólo sean paranoias mías pero, ¿qué pasa si no lo son?
- Beth, te preocupas por nada. Seguro que sólo son tonterías tuyas y falsas acusaciones. No se rayes más, ¿vale?-asentí y ella continuó- Además, yo ya estoy liada con tu hermano, y mientras que sea capaz de continuar dándome orgasmos, no tengo pensamiento de acabar con nuestros encuentros sexuales.
- ¿Era necesario meter a Dylan en esto?-puse cara de asco.
- Beth, tienes que aprender a vivir con el que tu hermano esté demasiado bueno-añadió Karah.
- ¡Callaos! ¿Podemos cambiar de tema?
- ¿Por qué tanto interés en que dejemos de hablar de esto, Beth?-levantó sus cejas seguida y rápidamente.
- Porque esto parece una charla de chicas adolescentes.
- ¡Antes muerta!-exclamaron mis amigas al unísono.
Todas nos quedamos serias y en silencio mientras nos mirábamos fijamente y casi sin parpadear. Segundos después, las tres estallamos en carcajadas. Eso era lo bueno de Lauren y Karah. Podía hablarlo todo con ellas, y sin importar la gravedad del asunto, siempre acabábamos de igual forma: riéndonos por nada como locas.
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Wolf
Teen FictionArianna Elisabeth Smith. Una chica con un presente normal, un futuro por venir, y un oscuro pasado. ¿El causante? Emily. Sus miedos: El bosque. La oscuridad. Los lobos. Ella les teme más que a nada en el mundo. Pero... ¿puedes enamorarte de tus mie...