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El sol se estaba ocultando, las aves aún cantaban y se podía oler el ramen recién hecho, se oía risas de las personas que charlaban a gusto en la calle pero también se oía la respiración agitada del joven Nara quien buscaba a la castaña por toda la aldea, con el corazón desembocado y a punto de explotar.

- ¿Dónde está esa fastidiosa? - suspiro tocando su frente entonces recordó.
Corrio lo más rápido que pudo para encontrarla sentada frente al claro con su rostro oculto en sus rodillas temblando, él se acercó lentamente para no asustarla y suavemente tocó el hombro de la muchacha, ella le tomó su mano con rapidez.

- ¿Que haces aquí? - su voz quebrada hizo pedazos al niño.

- Debemos hablar - se sentó a su lado - ___ yo... - lo interrumpió.

- ¡Lo siento! - dijo sin mirarlo - a veces soy impulsiva, espero que me entiendas, tenía... Tenía miedo. –

- Perdóname tú - apretó leve su cuello - ___ eres una de las chicas más valientes que conozco, te admiro... Mucho - miro el agua - no se bien por qué dijiste que eras débil cuando eres muy fuerte, alguien me dijo no querías ser vista como menos que otros - suspiro - la realidad que a mis ojos el menos sería yo - bajo la mirada - solo mírame - comenzó a reír amargamente.

- Eso hago - tomó la mano del chico el cual se sorprendió. - eres el más inteligente aquí, un estratega de primera y sé que serás un gran sensei luego de pasar el examen. - sonrió.

- Tú - acaricio la mano de la chica mirándola a los ojos - eres muy... - se acercaron un poco - fastidiosa - sus alientos se mezclaron con una risita cómplice.

- Y tú un perezoso - cubrió su rostro sonrojada.

Ambos se quedaron ahí sentados tomados de la mano, queriendose el uno al otro, ___ era seria al inicio, desconfiada y poco amable, cuando hablaron por primera vez el joven Nara voló a kilómetros de la castaña gracias a la patada que está le otorgó por haber dicho que era como todas las niñas, fastidiosa, aburrida y ruidosa; la castaña se molesto tanto que sin decir palabra lo pateó... Shikamaru por otro lado era reservado y MUY perezoso, no tenía muchos amigos pero había formado íntimos lazos con los integrantes del equipo díez, él mismo entendía su humor y eso le traía muchos problemas al querer socializar, muchos lo tomaban como un niño malhumorado aunque era así, siempre le gustó la compañía... siempre y cuando pudieran estar en silencio, sumando su sagrado shogi, si jugabas con él automáticamente te ganabas cierta parte de su corazón... Lo primero que le llamo la atención de la castaña fue su manía de rodar los ojos, cada vez que alguien hablaba ella lo hacía, claramente nada le interesaba o eso aparentaba.
Con el tiempo ambos mostraron facetas que nadie conocía del otro, ella había demostrado ser una romántica, tonta y pacífica chica la cual amaba las flores, el aroma suave de los cerezos también sabía apreciar el silencio, él demostró que no era tan perezoso como creían, cuando algo lo motivaba podía hacer lo que sea, también mostró una sobreprotectora faceta que solo conocía la castaña y descubrió que le gustaba ver a su mamá junto a la menor, verlas juntas riendo y bebiendo té era una imagen que deseaba ver en el futuro.
Las dos caras de la moneda una sonriente castaña, un serio pelinegro, ambos con sus defectos y virtudes, creando un lazo del cual ya no podían escapar, se complementaban de una manera inexplicable.

- Alguien me dijo que Shikamaru está enamorado - canturreo Ino codeando al pelinegro.

- ¡Tsk! Ino ¿Por qué no te metes en tus asuntos? - dijo él acostado a la izquierda de la rubia.

- A Shikamaru solo le gustan mis papas ¿Verdad, Shikamaru? - hablo el pelirrojo moviendo el paquete de frituras.

- Claro que si, Choji. - contesto tranquilo.

- ¿Usted que opina, Asuma Sensei? - volvió a hablar la rubia.

- Yo creo que le gustas a ___ - dijo el mayor haciendo que el chico comenzará a sonrojarse - Si, nuestro vago está enamorado - comenzó a reír.

- Que fastidiosos. - gruño mirando a otro lado aún sonrojado.

Nara jamás fue tan transparente, sus pupilas delataban cada sentimiento que tenía por la castaña, nunca lo negó pero tampoco lo acepto, él no estaba listo para sentir aquello, era apenas un chico de 14 años ¿Que sabía él de amor? Amaba dormir, claro estaba pero ese amor no era lo mismo que amar a una persona, amaba a su madre pero no podía compararlas... Simplemente era algo difícil de explicar pero con el simple hecho de que sus manos temblaran cada vez que la veía acercarse o como su boca se secaba al sentirla cerca lo hacían alejar las dudas; se sentía raro pero no lo admitiría nunca eso moriría con él ¿Por qué molestarse en confesar algo que luego se olvidará con el tiempo? Ella se iría y él quedaría solo con aquel sentimiento que le revolvía el estómago.

Alone • Shikamaru Nara x tu • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora