Final.

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Veinticinco de abril.

16:20.

Terminando de dejar que su estilista le diera los últimos toques a su vestimenta, un precioso traje blanco con sus bordes dorados diseñado al estilo de su religión. El moreno trataba de no largarse a llorar allí, ya que le habían puesto una leve capa de maquillaje, mientras sus ojos estaban perfectamente delineados y sus pestañas naturalmente arqueadas, un leve brillo labial hacia resaltar sus preciosos labios, no podía estar más feliz y nervioso en ese momento.
Estaba a nada de entregarse a la persona que más amaba en el mundo en el sagrado matrimonio, uniendo así sus vidas en un juramento que debía y quería que fuese inquebrantable.

Liam había querido seguir con la tradición de su cultura, no quería romper con aquellos ideales; le había dicho una noche, que no importaba la manera ni el origen ni mucho menos la religión, mientras sea con él, aceptaría sin dudar. El había aceptado, pero no la antigua tradición de su religión, sino la moderna. El castaño era todo lo que pudo haber deseado y mucho más, cada día era una nueva aventura y un nuevo aprendizaje a su lado.

Había tanto de Payne que él admiraba, desde la manera en la que afrontaba los problemas y obstáculos, hasta la manera en la que muy pocas veces le permitía ver su vulnerabilidad cuando bajaba sus defensas, siempre mostrándole todos sus fuertes y sus puntos débiles al moreno. Dándole la llave de su corazón ciegamente y también poniendo toda su confianza en su amado.

Liam era una persona digna, con un corazón enorme y una fuerza insuperable, se lo demostró desde el inicio de todo esto. Una persona que daba todo sin esperar nada a cambio, uno que amaba genuinamente, que lo amaba a él y a Darcy, su pequeña familia.

Zayn no podía haber pedido a alguien mejor, no había nadie que pudiera igualar al ojimiel.

Era único.

- ¿Puedes dejar de babearte? arruinarás mí arte, Zayn. - Lou había sido una de sus muy buenas amigas en la preparatoria junto a Louis, pero por razones de su trabajo, la chica se había ido de Bradford para seguir con su carrera en diversos países, en cuanto las noticias le llegaron, ella tomó el primer vuelo a la ciudad para visitar a su viejo amigo y prometiéndole que sería ella quien se haría cargo de ayudarlo en su tan importante día. - ya lo verás en media hora, cariño, cálmate. - dijo con burla.

- cállate, tonta pomposa. - se quejó riendo. - no lo veo desde hace veinticuatro horas, es mucho para mí. - hizo un puchero.

Soltó una risita.
- se de una muy buena y confiable fuente, que haz roto esa tradición, mí querido zaynie. - canturreó. - tu padre te vio cuando te trepabas por el balcón de Liam anoche.

Las mejillas del moreno se incendiaron.
- y-yo.. yo no.. no era yo. - tartamudeó.

Una de las rubias cejas se levantó hacia arriba cuando lo miro incrédula. - ¿No? Pues.. si tú lo dices. - encogió sus hombros. - de cualquier manera, tu padre te reconoció a la perfección.

- b-bueno, entonces si, era yo. - admitió. - pero es que necesitaba verlo, no estábamos tanto tiempo separados desde que él se accidentó. En fin, nada cambia, solo estuve una hora como mucho. - acomodó el cuello de su traje.

Negó riendo.
- si tú lo dices, cariño. - se apartó para verlo de arriba a abajo. - te ves hermoso, Zayn, simplemente perfecto.

bajo el mismo techo. (Ziam MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora