Consejo

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Usted puede elegir cualquier nombre para los dos tipos de gobierno. Personalmente, llamé al tipo de gobierno que puede ser eliminado sin violencia democracia, y al otro tiranía.

Karl Popper

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Todo se quedó en silencio, todos con una mirada de sorpresa en sus caras e Isabelle sabía que la suya debía ser igual. Había visto ese cielo oscuro con miles de estrellas en él y pensó >hermoso< cuando un ruido parecido a un crujido le llamó la atención, y vio como el brujo de pelo blanco caía con la mirada perdida y el cuerpo flácido.

–¿Pero qué...? –fue su padre quien hablo, al parecer el único capaz de hacerlo.

–Este brujo, –Alba señaló el cuerpo de Malcolm– fue el responsable de los ataques a los Institutos. Hechizó a la reina Seelie para hacerla obedecer su palabra y después le borró la memoria para que no lo recordara, pero yo le he quitado el hechizo y ahora... –se giró para ver a la reina, e Isabelle pudo ver que de hecho la veía con cierto cariño– Mi reina, ¿podría acercarse?

La reina avanzó moviendo ligeramente sus cadenas, que al chocar con la pálida piel la volvió roja, lo que provocó una mueca de dolor en su rostro real, casi imperceptible, pero suficiente para que Izzy se sintiera bien.

–¿Este es el brujo que la utilizó?

–Así es –confirmó la reina.

–Ya lo ven –Alba adoptó una voz más rasposa y seria-. Era culpable y ya fue castigado.

Su padre se separó del resto de los representaste y mientras caminaba hacia Alba, su cara se ponía roja de furia.

–No puedes...

–Claro que puedo. Tú no conoces nuestras leyes, nefilim, así que no hables.

–¡Estás loca!

La mano de la bruja emitió chispas de color gris y Robert comenzó a respirar de manera brusca, intentaba jalar aire y colocó sus manos alrededor del cuello. Lo estaba ahorcando. Isabelle salió con paso decidido, tomó su látigo para propiciarle un golpe en la cara, su padre ahora estaba de rodillas, balanceó su brazo hacia atrás y al frente con fuerza... Catarina apareció interponiéndose entre Alba y el látigo y recibió el golpe en la cara. La bruja cubrió con una mano la herida, pero la sangre corría sobre su piel azul.

–¡Catarina! –Isabelle se arrodilló junto a la bruja y con delicadeza le quitó la mano de la cara.

Un tajo de manera vertical partía por la mitad su ojo derecho.

–Veo que ustedes no tienen respeto –dijo Alba.

Isabelle levantó la vista y vio a su padre de pie. Respiraba con dificultad.

–¿Y quién eres tú para hablar de respeto? –le escupió con todo el odio que sentía– Tú, que has matado a un inocente...

–¡¿Inocente!? –Alba levantó tanto la voz que Isabelle supo que la escucharon hasta el espacio– ¡Él fue quien atacó los Institutos, la reina lo ha confirmado!

–Aun así –Izzy se levantó para encararla–. Tú no debiste hacer justicia por propia mano.

–¿Y no es eso lo que hacen ustedes? ¿No es eso lo que le hubieran hecho a la reina de ser encontrada culpable?

–Lo que nosotros hacemos está respaldado por la ley.

–Una ley que ustedes escribieron –Alba la veía igual que a su padre hace unos segundos–. Cuando Valentine Morgenstern y su Círculo atacaban subterráneos sin piedad y ellos les informaron, ustedes no hicieron nada. Confiaron en la palabra de sus jóvenes sobre que esos subterráneos violaron los acuerdos. No se atrevieron a vigilarlos porque eran de los suyos y sólo vieron la verdad hasta que fue muy tarde y ya habían muerto cientos ¡si no es que miles de subterráneos! Pero ahora, con sólo dos ataques a Institutos y menos de diez nefilim muertos, ustedes ya estaban preparados para dar muerte a la reina. ¿Esa es la ley que defiendes, Isabelle Lightwood?

Se quedó callada. Esas palabras le habían dolido en el orgullo y seguro a todos en la sala.

–Y ahora –miró con calma a los representantes–. Estoy exhausta, me iré a esa casa que dan a los representantes de cada submundo acompañada de la reina como invitada. Mañana acompañaré a quien lo desee a la Corte seelie para que verifique que no poseen armas. ¿Alguna objeción?

Nadie respondió.

–Bien.

La bruja giró y caminó a la salida con la reina tras ella.

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Cuando esa mujer salió se desató el infierno, o al menos, por parte de los brujos. Todos los hijos de Lilith corrieron formando un círculo alrededor de Malcolm y Catarina, Magnus se desplomó al lado de Alec y dos brujos corrieron a su lado. Magnus se colocó boca abajo y uno de los brujos le quitó la playera para poder ver su espalda. Tenía cortes en diferentes direcciones, como si lo hubieran latigueado. Los brujos, ambos con piel escamosa y amarilla, le pidieron a Alec que se apartara mientras arrastraban a Magnus por los brazos en dirección a Catarina y Malcolm. Un brujo con cola de lagarto creó una especie de campo de fuerza alrededor de todos los brujos y dentro un humo verde comenzó a esparcirse, impidiendo a cualquiera ver qué sucedía.
Cuando el humo se disipó, ya no estaban, habían desaparecido.

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–¿Sólo la dejó?

–¿Quién dejó a quién hacer qué? –preguntó Maia entrando a la oficina de la Cónsul.

Después que desaparecieran todos los brujos, la Cónsul pidió una reunión con los representantes y Alec, para que les explicara lo sucedido. Pero a medio camino fue interceptada por Tessa, quien le entregó un sobre y pidió que lo leyera a todos en la reunión. Cuando Maia quiso preguntarle el contenido, vio que Tessa se había ido.

–Alexander nos explicaba lo sucedido –respondió Lily.

–Muy bien –Maia tomó asiento a un lado de la vampira para mirar a Alec y escuchar su relato.

–Yo le había puesto las cadenas a la reina –comenzó–. Estábamos a punto de venir cuando un portal se creó en una pared y esa mujer apareció. Comenzó a llamar a Magnus de alguna forma, habló en un idioma que yo desconozco, pero por como lo decía parecían insultos. Entonces sacó de su mano un látigo de plata y Magnus se quitó la playera y dio la vuelta. Cuando comprendí lo que iba a pasar quise atacar a la bruja, pero choqué con una especie de pared y sólo pude ver como lo lastimaba –su voz se comenzó a romper–. Después de veinte se detuvo. Dejó a Magnus de rodillas, sangrando, mientras ella creaba de nuevo el portal. Magnus se levantó como pudo, se vistió y me dijo "No es su culpa, es mía." Fue todo lo dijo antes de cruzar el portal –Alec terminó en un susurro y con la cabeza baja.

Maia jamás pensó en Magnus como alguien capaz de cerrar la boca y dejar que le hicieran lo que se les viniera en gana, y eso le hizo sentir un poco miedo de a esa mujer.

–¿Qué es eso? –parecía que Lily fue la única que notó el sobre en la mano de Maia.

–Oh, Cónsul, Tessa Gray me dio esto y pidió que lo leyera frente a todos.

–Adelante.

Maia abrió el sobre y sacó una fina hoja de papel cubierta con una letra cursiva.

–Querido y estimado consejo. Esta carta se las envío en nombre de todos los hijos de Lilith, para expresarles una petición, que sabemos cumplirán como aliados y amigos. La bruja llamada Alba, está en nuestra más grande estima y quisiéramos que fuera igual para todos ustedes. Por favor, trátenla como a un honorable miembro más del consejo, como representante oficial de los hijos de Lilith. Atentamente, los hijos de Lilith.

Cazadores de sombras: Ciudad de espejismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora