Cuento

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Cuenta una historia que todos quieran escuchar y nadie aprenderá nada de ella.

Scarlet Oliva

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Todos se quedaron quietos después de ver marchar a la bruja, y Lily se preguntó por un momento si (igual que ella) habían dejado de respirar. Fue hasta que Alexander Lightwood se levantó de su asiento que pareció que todos despertaron de ese estado de pausa.

–Creo... que mejor me voy.

Alexander salió de la sala y ella decidió que el joven tenía razón.

–También nosotros nos vamos –se levantó de su asiento y los demás vampiros hicieron lo mismo–. Después de todo, pronto saldrá el sol.

–Nos veremos mañana –confirmó Maia–. Estoy cansada, igual que los demás ¿cierto?

Todos los licántropos asintieron y ambas salieron de la sala junto a sus compañeros. El camino pasó en silencio hasta que el lobo de piel oscura habló.

–¿Y cuál es el plan?

–¿De qué hablas, licántropo? –preguntó la única otra vampira, era casi igual a Lily, excepto que su cabello era rubio.

–Tiene nombre, ¿sabes? –habló la anorexica o al menos Lily pensó que lo sería.

Nadie podía ser tan delgada naturalmente.

–Ella no lo conoce –Jacob saltó a su defensa.

–El sol está saliendo –informó Bat.

Todos giraron la cabeza al cielo y vieron pequeños rastros de naranja.

–Sigamos esto adentro –sugirió Luke.

Sin protesta, caminaron hasta la casa de los hijos de la noche, la cual no tenía ventanas y en la puerta se veía una estrella. Cuando entraron, todos los vampiros se excusaron de cansados y subieron para dormir, dejando sola Lily y a su compañera con los lobos. En la sala tomaron asiento en los sillones que casi no se veían por la leve iluminación de las velas.

–Para evitar malos entendidos, comencemos con las presentaciones. Hola, mi nombre es Lily.

–Yo soy Billy –se presentó su amiga.

–Gina –habló la anorexica.

–Kai –quien no tenía oreja.

–Hassan –el de piel oscura.

–Bat.

–Luke.

–Maia.

–Bien, regresemos a tu pregunta, Hassan.

–¿Qué planean hacer con respecto a esa bruja?

–Disculpa volver a preguntar –Billy lo vio como si fuera un completo estúpido–. Pero ¿a qué te refieres?

–No pensaran dejarla en el consejo ¿o sí?

–No puedo hablar por el resto, pero tendrá mi apoyo y el de todos los hijos de la noche.

–¿Estás bromeando, Lily?

–¿Por qué piensas eso, Luke?

–¿No viste cómo marcó a Magnus, Catarina y al resto de los brujos? ¿No viste cómo los humilló?

–Precisamente por eso, no me opondré a su voluntad...

–Y hablando de voluntad –mencionó Gina–. Pensé que de todos nosotros, los brujos eran quienes más tenían.

Cazadores de sombras: Ciudad de espejismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora