Familia

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A veces una familia no está unida por hilos rojos, sino por membranas invisibles llamadas amistad.

Scarlet Oliva

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Jace esperaba la mansión Herondale más sucia y casi cayéndose a pedazos, pero estaba reluciente, como si hubiera sido habitada todo este tiempo. Era preciosa, una gran mansión de tres pisos color blanco, rodeada por una reja negra que al frente estaba decorada con una enorme H dorada y figuras de pájaros al vuelo. Por dentro era igual de magnífica, cuadros con pinturas hermosas decoraban las paredes y al presionar un interruptor, un gran candelabro iluminó la estancia con cientos de luces mágicas.

–Pareces sorprendido –mencionó Jem al mirar la expresión de Jace.

–Esperaba algo más... en ruinas.

–Tessa odiaba la limpieza y contratar a alguien para que lo hiciera tampoco le parecía correcto, así que con ayuda de Ragnor colocó un hechizo para que la casa se mantuviera limpia.

–El perfecto hogar.

Jem sonrió nostálgico, recordando algo que Jace supo estaba muy lejos de su vista.

–Muy bien –Jece no quería ser descortés al alejarlo de sus pensamientos, pero algo de distracción es lo que necesitaba–. ¿Quieres comer algo?

–¿Sabes cocinar? –parecía sorprendido.

Jace se alegró de no ser Isabelle.

–Depende, ¿te gusta el mango?

La cena consistió en mango, leche y unas galletas saladas. Nada convencional, pero era lo que tenían.

–Y bien... –Jace intentó romper ese silencio incomodo– Tú... mmm...

¿Qué se le puede preguntar a un ex-hermano silencioso? ¿Tal vez dónde duermen?

–¿Sin palabras, Herondale? –se burló Jem.

–Pareces conocer mucho a mi familia biológica –observó aliviado, de aquí podría sacar varios temas.

–Digamos que me crié con ellos.

–¿No con los hermanos?

Jace tardó un segundo en darse cuenta de la estupidez que acababa de decir. Sabía que Jem había sido iniciado en la hermandad a los diecisiete y que por eso se veía de esa edad, además había sido parabatai de Will. Jem soltó una risita.

-Cuando me uní a la hermandad tenía...

–Diecisiete años, lo sé –Jem lo miró sorprendido–. Investigué mi árbol genealógico.

–¿Y qué descubriste? –Jem se acomodó en su silla, está sería una larga charla.

–Que Will se casó con Tessa. Que tú eras su parabatai. Y la hermana de Will se convirtió en Lightwood por su matrimonio con Gabriel Lightwood.

–Esos nombres... traen tantos recuerdos.

–Háblame de la Guerra Mecánica –pidió Jace.

–¿Qué?

–Encontré un viejo archivo que hablaba sobre la Guerra Mecánica. No dice gran cosa, pero pude ver que pasó por tus años. Quisiera que me hablaras de ella.

–Guerra Mecánica –Jem arrugó la frente–. No es una bonita historia.

–Una guerra nunca lo es.

–Si alguien lo sabe eres tú –señaló Jem sin mala intención–. Pero es una larga historia.

–Tengo toda la noche –Jace subió sus pies a una silla.

Cazadores de sombras: Ciudad de espejismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora