Venganza

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Vengarse de una ofensa es ponerse al nivel del enemigo, perdonarle es colocarse sobre él.

Francois De La Rochefoucauld

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La comida era deliciosa (Isabelle no la había hecho) y el ambiente era mejor. Todos estaban reunidos en el comedor de su departamento y Simon pensó que era perfecto.
Él e Izzy habían organizado esta cena para dar la noticia oficial de su compromiso, claro que Jace, Clary, Magnus y Alec ya sabían, pero ella tenía sus modos de convencerlos de no decir nada a nadie, en especial a sus padres. Por petición de Izzy la cena era lujoso, con mil cubiertos, servilletas de tela y platillos exóticos, así que todos iban de etiqueta. Su prometida usaba un vestido rojo corto y ajustado y Simon un traje negro con una corbata roja, Maryse un vestido largo y blanco con mangas de encaje, Robert un traje sencillo gris y una corbata blanca. Ambos habían decidido intentarlo por tercera vez, para eso se fueron a Idris y dejaron a Jace como director con sólo diecinueve años. Catarina usaba un vestido rosa que resaltaba el azul de su piel, Jace un traje negro y una corbata verde a juego con el vestido de su esposa, Magnus un traje azul marino y una corbata blanca, a su lado, la corbata azul cielo de Alec resaltaba en su traje gris; y ambos tenían purpurina en el cabello y ojos. La cena pasó entre platicas hasta que Izzy llamó la atención de todos chocando su cuchara con la copa y poniéndose en pie.
Simon tragó grueso, había llegado la hora y se sentía tan nervioso como la vez que le pidió matrimonio.

–Gracias –comenzó Izzy–. Creo que llegó la hora de decirles por qué los reunimos esta noche. –dirigió su mirada a Simon y él se levantó como pudo.

–Como saben ascendí hace unos meses y desde entonces no he podido separarme de Isabelle –comenzó Simon–. La primera vez que la vi, Jace me dijo que lo mejor para mí sería alejarme de ella y sus tacones altos, porque un día me rompería el corazón –con cada palabra se olvidó de todo y todos en la habitación–. Creía que sería así, que ella nunca se fijarías en mí, pero la conocí y comencé a derribar de a una las paredes que la cubrían hasta ver cómo era de verdad. Graciosa, sentimental y segura de sí misma –Simon tomó su mano deliberadamente para que todos vieran que ya no usaba su propio anillo, sino el de los Lightwood–. Y me di cuenta de lo mucho que me odiaría si no le pedía que fuera mi compañera hasta el día de mi muerte.

–¿Significa...?

–Simon me pidió matrimonio y le dije que sí–Isabelle interrumpió a su madre con una gran sonrisa y presumiendo su anillo con tres estrellas agrupadas y una gran L al frente.

Escuchó aplausos y después a Jace, Alec y Magnus acercándose (este último con un bastón) para felicitarlo, mientras Clary, Catarina, Maryse y Robert se cerraban alrededor de Isabelle. Después de las felicitaciones y el "buena suerte, la necesitarás" de Jace, todos regresaron a sus asientos para continuar la cena, excepto Alec y Magnus.

–Parece que volverán a levantarse –señaló Magnus.

–¿Por qué? –preguntó Clary.

–Para felicitarnos, desde luego, bomboncito –respondió burlón el brujo.

–Un momento, ¿ustedes...? –Izzy se vio interrumpida por Alec.

–Sí, Isabelle, Magnus me propuso matrimonio esta tarde. Mira –extendió su mano, casi de la misma forma que su hermana menor y mostró con orgullo el anillo con una M y un gato a los lados.

El brujo tuvo razón, todos se levantaron de nuevo para felicitarlos, excepto Robert, pero nadie pareció advertirlo.

–¿Por qué una M? –preguntó Simon– ¿No debería ser la primera letra del apellido? ¿O sea una B?

Cazadores de sombras: Ciudad de espejismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora