Un día puede cambiar tu vida en un instante, una sola cosa puede poner tu mundo de cabeza. Eso le paso Hinata Shoyo, un día cambio su vida completamente, dejándolo destrozado por dentro.
El equipo del Karasuno se da cuenta de que hay algo diferente...
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El lunes vino como un balde de agua fría para Hinata, el primer lunes sin su madre, se negaba a creerlo hasta que no sintió el dulce aroma de los panqueques con miel o la música rara que escuchan las mamás por la mañana. Nunca se imagino extrañar tanto la forma en la que su madre lo levantaba por las mañanas, diciéndole que se le hacía tarde y que si no se paraba en ese instante se iba a lamentar, en su lugar no durmió nada esa noche. Se sentía en una pesadilla de la que no podía despertar, todo se sentía tan irreal.
Cuando sintió los cálidos rayos de sol alumbrarle el rostro lo tomo como una señal para irse poniendo de pie y preparar el desayuno para su hermana.
Intento preparar un desayuno decente mientras ocupaba su mente en cualquier cosa o miraba como el cielo se iba nublado poco a poco.
— Buenos días nii-san — Saludo un poco decaída.
— Buenos días Natsu — Le dejo su plato y se sentó al lado de ella — Te pasaré a buscar luego de la escuela para venir a casa — Dijo mientras terminaba su taza de café rogando que la cafeína hiciera efecto y le quitara de encima todo rastro de sueño.
— Hoy va a ser ¿verdad? — Dijo triste.
— Si — Dijo mirando a la nada para luego volver a ver a su hermana — Ey no pongas esa cara, vamos come así vamos a la escuela — Intento animarla.
— ¿No iras a tu entrenamiento?
— No, hoy no.
Terminaron de desayunar y de arreglarse para la escuela, Hinata como le habían recomendado en el hospital se vendo la mano para dejarla inmóvil y tratar de que mejorara lo más rápido posible.
Natsu iba sentada en la silla de la bicicleta mientras que Hinata pedaleaba, así en poco tiempo llegaron a la escuela de la menor, ya se le había hecho tarde, muy tarde, así que fue a toda velocidad hacia su preparatoria que quedaba a pocas calles de ahí.
— ¡Perdón por llegar tarde! — Dijo exhausto por correr por toda la escuela hasta llegar al aula.
La profesora al igual que todos los profesores había sido informada de la situación de Hinata así que sin reclamarle nada lo dejo sentarse en su lugar.
Parece que el café no ayudo mucho después de todo ya que se quedo dormido rápidamente y para la sorpresa de más de uno la profesora solo lo miro con lastima y lo dejo estar.
El almuerzo llego rápidamente despertando al peli naranja con la tediosa campana, se levanto lentamente y camino por los pasillos llenos de alumnos intentando evitar a cualquiera que conociera, se fue a la parte de atrás del gimnasio donde cerro los ojos intentando dormir.
