Un día puede cambiar tu vida en un instante, una sola cosa puede poner tu mundo de cabeza. Eso le paso Hinata Shoyo, un día cambio su vida completamente, dejándolo destrozado por dentro.
El equipo del Karasuno se da cuenta de que hay algo diferente...
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Tuvieron aparente calma por un tiempo, pero solo era porque Hikaru estaba planeando algo más grande.
¿Cómo Shoyo de entero de que estuvo haciendo eso? Fácil, le llego a su casa una carta de llamada para que fuera a un indagatorio al juzgado por el caso de custodia de Hinata Natsu.
Entro en pánico cuando termino de leer la carta, tuvo la leve idea de que tal vez era falsa, un truco cruel para asustarlo, así que no se le ocurrió nada mejor que llamar a Natsuki y pedirle que fuera a su casa, que era una emergencia.
A la media hora su terapeuta entro por la puerta.
— Estoy aquí, ¿Qué paso?
Hinata, sentado en el sofá con su manta café cubriendo sus hombros y aún con la carta en sus manos, no se vio capaz de hablar.
— ¿Naranjita? — Natsuki preocupado por su silencio se acerco a él y se arrodillo a su lado.
Estuvo más pendiente de Shoyo desde que llego una tarde con él y le conto que tenía un fuerte dolor de cabeza a causa de un golpe unos días antes, no quiso contarle como se golpeó, pero ya tenía una idea de lo que le había pasado gracias al contexto que ya tenía de la vida de su paciente y a su imaginación. Tal era su preocupación por el menor que estaba descuidando el resto de su trabajo, algo que nunca le había pasado y que pensaba que era imposible debido a su TOC.
Pero ahí se encontraba, cancelando una sesión con una paciente con ansiedad para poder acudir a la casa de otro paciente.
— Shoyo, hey, ¿Qué paso? — Noto la carta en sus manos y sin hablar Hinata se la paso para que la leyera.
— ¿Es real? — Escucho que preguntaba en un susurro — Por favor, dime que no, dime que ese maldito no lo hizo.
Ignoró sus preguntar por un momento, concentrándose en la citatoria que si, a pesar de que le hubiera encantado desmentirla, era real.
— Shoyo, lo lamento, es de verdad — Le dijo luego de asegurarse de que estaba en un lugar seguro y que nada a alrededor podía ser de peligro, solo para estar seguros.
La mente de Hinata se desmorono, no sabiendo que hacer. Nunca había pensado que llegaría tan lejos, habría pensado que intentaría cualquier cosa en vez de esto, debió pensar antes, debió actuar antes pero no se le había ocurrido que la situación se terminaría saliendo de su control tan rápido.
— ¿Qué se supone que haga? — Le pregunto con terror.
— Ya veremos que hacer, Hinata, no te preocupes, conozco a alguien, ella te ayudara — Se sentó a su lado y lo abrazo con uno de sus brazos, pegándolo a su su costado y logrando que apoyara su cabeza en su hombro — Tranquilo, armaremos un plan y solucionaremos esto juntos.
