Un día puede cambiar tu vida en un instante, una sola cosa puede poner tu mundo de cabeza. Eso le paso Hinata Shoyo, un día cambio su vida completamente, dejándolo destrozado por dentro.
El equipo del Karasuno se da cuenta de que hay algo diferente...
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Llevaba haciendo lo mismo por varios días, la misma rutina agotadora de todos los días. Se levantaba a las 6 de la mañana para preparar el desayuno a su hermana y el de él, a las 06:30 despertaba a Natsu y desayunaban juntos, a las 7 la llevaba a la escuela y él entraba minutos después, salía de la escuela lo más rápido posible para poder pasar a buscar a su hermana y llevarla a casa, preparaba la comida y luego se iba a entrenar, volvía a la tarde y hacía las cosas de la casa y preparaba la cena para a las 9:30 entrar al trabajo y volver casi a la media noche a hacer tarea o directamente a dormir. ¿Era agotador? si, y mucho ¿pero que más podía hacer? Los viernes y los fines de semana eran la excepción, los viernes porque era su día libre en el trabajo pero todo el tiempo libre que tenía lo aprovechaba para estar con su hermana.
Este día no era distinto, estaba llevando a su hermana a casa luego de un agotador lunes para así poder comer y irse a entrenar cuando noto que Natsu estaba actuando raro.
— ¿Te pasa algo Natsu? — Pregunto preocupado.
—N-no nada nii-san — Respondió rápidamente.
Lo dejo pasar, no muy convencido de su respuesta, pero tenía el tiempo en su contra por lo que tendría que obligarse a mantener la calma y seguir con la rutina.
Luego de un largo camino llegaron a casa y Hinata rápidamente se puso a preparar la comida, la casa estaba en un raro silencio, algo que lo preocupo aun más, pero cuando le preguntaba a su hermana que pasaba ella simplemente negaba con la cabeza o le decía que estaba siendo paranoico.
— ¡Ya me voy Natsu! ¡llámame por cualquier cosa! — Sin esperar una respuesta salió por la puerta principal y cerro con llave.
Camino unos segundos con clara duda en sus pasos. No era normal que su hermana no se burlara de él o que no intentara hacer una carrera hasta la casa aunque sea una pésima idea, no quería dejarla sola pero tampoco podía faltar al entrenamiento ya lo había hecho mucho. Luego una idea le llegó a la mente.
— ¿Por qué no lo pensé antes? — Dijo para si mismo mientras agarraba el teléfono y marcaba a un número.
Unos pocos segundos pasaron para que la persona al otro lado de la linea contestara.
—¿Hola Hinata?
— Azami te tengo que pedir un favor.
— Dime que necesitas —Respondió rápidamente tranquila.
— Me preocupa mi hermana — Le empezó a contar mientras regresaba a su casa — No me puedo quedar con ella, me preguntaba... ¿si podías cuidarla?
