Un día puede cambiar tu vida en un instante, una sola cosa puede poner tu mundo de cabeza. Eso le paso Hinata Shoyo, un día cambio su vida completamente, dejándolo destrozado por dentro.
El equipo del Karasuno se da cuenta de que hay algo diferente...
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Después de tres largas semanas ahí se encontraba, llegando como siempre tarde. Corrió tan rápido como sus pies se lo permitieron hasta su salón donde entro rápidamente.
— ¡Perdón por llegar tan tarde! — Dijo exhausto.
La maestra sorprendida por su inesperada aparición decidió dejársela pasar, solo le lanzo una mirada asesina con la clara amenaza de "que sea la última vez o ya verás"
Algo más tranquilo se sentó en su lugar de siempre, salvó que esta vez si hizo su mayor esfuerzo por prestar atención a la clase y entender todo lo mejor posible, haciendo su más grande esfuerzo por no quedarse dormido.
Paso el tiempo más lento que de costumbre haciendo casi imposible no quedarse dormido pero para su salvación sonó la campana. Salió lo más rápido que pudo y se fue con su bento atrás del gimnasio donde pudiera comer en paz.
Kageyama como todos los días desde que Hinata había estado faltando a clases paso por su salón para revisar si había ido, con pocas esperanzas paso junto a la puerta donde para su sorpresa vio su mochila.
<<¡¿Eso quiere decir que?!...>>
Tan pronto como pudo salir del estado de shock provocando por la sorpresa, comenzó a caminar a gran velocidad mirando para todas partes buscándolo, termino encontrándolo en el lugar donde siempre comían su almuerzo.
— ¡¿Kageyama?! — Dijo un poco asustado al verlo, pero el peli negro actuó sin pensar y tan pronto como estuvo frente a él lo rodeó con sus brazos ocultando su cabeza en el hueco de su cuello.
Hinata por la sorpresa no correspondió de inmediato el abrazo pero unos segundos después lo abrazo débilmente. Cuando Kageyama se dio cuenta de lo que estaba haciendo se separó rápidamente, algo que le resultó sumamente difícil.
— ¡¿Qué te paso idiota?!
<<Y... ese es el Kageyama que conozco>> Pensó Hinata.
— ¡Desapareciste por semanas! ¿sabes siquiera lo preocupado que estaba?
— Perdón — Dijo cabizbajo.
— No vuelvas a desaparecer así nunca más ¿entendido? — Dijo volviendo su aura oscura — Si lo haces yo mismo te mato - Hinata asintió con la cabeza repetidas veces asustado.
Kageyama suspiro, bajo la visita a su mano y se sorprendió con lo que encontró.
— ¿Qué te pasó? — Pregunto mientras se sentaba a la par de él y tomaba su mano con cuidado inspeccionando la férula que estaba en ella.
