Day Fourty-One

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"Las etapas del duelo:
3° Negociación - Parte 6"

La mente de Kageyama en estos momentos se podía describir con una sola palabra; caos

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La mente de Kageyama en estos momentos se podía describir con una sola palabra; caos.

Por un lado el dolor en el pecho que se hacia presente cuando se imaginaba a Hinata con una novia no desaparecía por más que lo intentara. Era una sensación horrible, horrorosa, asquerosa. Era como si su corazón pesará dos veces más que lo normal y por cada latido un dolor pulsante comparado con que le clavarán una estaca en el. Pero esa sensación solo se iba cuando estaba con el pelinaranja aunque solo para ser reemplazada con una que tal vez era mucho peor. Su corazón al estar con él latía a mil por hora y su estómago parecía estar lleno de malditas mariposas que no se quedaban quietas, al verlo reír o simplemente hacer una pequeña sonrisa automáticamente sus labios se curaban en una sonrisa rara en el, quería verlo feliz todo el tiempo, quería ser el que ponga esa sonrisa en sus labios, quería ser el que hiciera brillar sus ojos...

<<¡¡Pero que carajos estoy pensando!! >> Se grito internamente.

Eran las 4 de la mañana y aún no podía pegar un ojo o sacarse de su maldita cabeza la sonrisa de ese idiota, se odiaba a si mismo por no poder sacárselo de la cabeza.

Se sentía un completo idiota. Un estúpido por no entender porque su maldito corazón reaccionaba de esa manera y no sabía si quería averiguarlo.

No sabía en qué momento había pasado la hora para que su alarma empezará a sonar sacándolo de el pequeño trance en el que se encontraba.

Pero no importaba cuánto tiempo llevará sonando su alarma, él sólo la miraba pensando en que mierda hacer con los sentimientos nuevos que habían inundado su corazón y su mente. Su madre no tardó mucho en empezar a tocar la puerta y decirle que estaba llegando tarde a la escuela, pero él simplemente agarró sus sábanas y se tapó hasta las orejas, empezando a crear en su mente diferentes excusas que sean creíbles para que su madre lo dejara quedarse en casa, algo que probablemente era imposible, nunca se salía con la suya si se trataba de pelear con su madre.

— Hijo ¿estas bien? — Le preguntó mientras se acercaba y le tocaba la frente para ver si estaba enfermo o alguna otra razón para que él no se levantará de la cama en todo el rato que le estuvo gritando lo hiciera.

— No — Respondió simplemente mientras hundía más su cabeza en su almohada.

Carla solo suspiro, estaba raro desde hace algunos días, estaba esperando el momento en el que él se acercara y le contara que estaba pasando, para así ver si podía ayudar. Su hijo no era de las personas que eran súper abiertas son sus emociones, él era de las que se encerraban, de las que cuando tenía un problema intentaba solucionarlo de todas las maneras en las que pudiera solo y cuando ya no quedarán opciones ahí pediría ayuda, ese era su hijo, lo conocía perfectamente. Con eso en mente pensó la mejor solución. Sí fuera a la escuela seguramente iba a estar en su mundo toda la mañana, sin prestar atención a lo que le enseñaran, tal vez sería mejor que se quede, así por lo menos estaría en la casa donde ella podría vigilarlo.

One Day In September // ✨KageHina✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora