Epílogo

1.2K 104 173
                                    

"Un último domingo"

Poco a poco sus ojos empezaron a abrirse por culpa de la luz del sol que se adentraba por la ventana de su cuarto directamente hacia sus ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Poco a poco sus ojos empezaron a abrirse por culpa de la luz del sol que se adentraba por la ventana de su cuarto directamente hacia sus ojos. Lucho un rato contra el pensamiento de dejar la comodidad de su cama tan temprano en la mañana, pero luego de un rato sus esfuerzos por volver a caer en los brazos de Morfeo se volvieron inútiles. 

Tanteo con su mano un poco el otro costado de su cama de dos plazas y se desconcertó al notarlo vacío, lo cual era raro, ya que en un día normal él era el que se despertaba primero culpa de las viejas costumbres que nunca lo abandonaron a pesar de los años.

Con una razón un poco más motivadora que tener que preparar un desayuno para tres, se levanto de la cama en medio de un suspiro frustrado por dejar la calidez de las mantas y sentir el frío calando su piel casi por completo descubierta.

Camino unos cuantos pasos hasta que dio con el ropero y fue directamente al lado que le pertenecía a su novio para poder robarle una camisa. Cuando al fin pudo decidir que tonalidad de azul quería se la puso y abrocho los botones necesarios para que no le haga ni mucho frío ni mucho calor. Su siguiente parada fue el baño, ignoro el desastre que era el baño por culpa de la adolescente que vivía en casa y se dispuso a lavarse la cara y los dientes. 

Luego de toda la rutina aburrida y monótona de todos los días por fin pudo iniciar la tarea de verdad importante, buscar algo para comer... ah, y también buscar a su pareja.

Bajo las escaleras con cuidado de no hacer mucho ruido y lo primero que captaron sus sentidos al llegar al primer piso fue el aroma a mezcla para panqueques y café. 

Había encontrado las dos cosas al mismo tiempo, vaya suerte. 

Apresurando su paso fue directo a la cocina donde encontró a su novio de espaldas mientras servía una taza de café y la dejaba a un costado suyo.

Dio unos pasos más hasta quedar detrás de él y así poder abrazarlo por la cintura, aunque para poder llegar hasta su mejilla tuvo que ponerse sobre la punta de sus pies, dejo un beso allí y se apoyó en el hombro ajeno para observar cómo cortaba unas frutillas.

— Buenos días, Tobio — Su voz salió un poco ronca por ser la primera vez en el día que era usada, pero poco le importo — ¿Qué haces? 

Tobio se removió un poco incómodo al intentar no moverse mucho para poder apagar la hornalla donde estuvo preparando la comida y a la vez no hacer que Shoyo se moviera de donde estaba.

— El desayuno, ya sabes Shoyo, comer, necesidad básica humana, no podemos hacer fotosíntesis ¿o me equivoco? — Respondió un poco sarcástico.

Hinata solo pudo reír ante su mal humor, había estado con él el suficiente tiempo para que se acostumbrara a sus ataques de sarcasmo cuando esta de mal humor o cuando le pasa algo.

One Day In September // ✨KageHina✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora