ᴅʀᴇᴀᴍꜱ ¿ᴜɴᴀ ᴡᴇᴀꜱʟᴇʏ ʏ ᴜɴ ᴍᴀʟꜰᴏʏ? [ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ]

Capítulo 32

[Elline Weasley]
Estaba en pijama y desarreglada, era el día del baile. La mamá de Hanah nos había comprado vestidos para el baile (Al cual, por cierto, no pensaba asistir) le insistí en que no lo hiciera pero su mamá es la persona más generosa que existe, después de mi madre, claro. Loretta Jenxy es como mi segunda mamá. Estaba sentada en el sillón de la sala común mientras me comía un gran barquillo de vainilla, miraba como el fuego de la chimenea crecía y se disminuía.

-Hey, pequeña-Dijo Jason llegando.

-Hey...-Respondí desmotivada.

-Te vengo a ofrecer un trato...-Se sentó a mi lado, poniendo sus mabos en mis muslos-Vayamos juntos al baile.

-¿Qué?-Lo miré confundida- Jason, tú tienes pareja.

-Bueno... Eso se podría arreglar, podría hablar con ella y-

-No-Interrumpí-¿A caso piensas que quiero que a otra chica le pase lo que a mí? No, Jay. Agradezco tu acción, pero no es necesario-Sonreí.

-No quiero que te quedes en tu habitación a deprimirte... - Bajó la mirada a sus píes y después a sus manos, jugando con uno de sus anillos.

-Hey-Lo codee-Es lo que mejor me sale-Reímos-Tranquilo, Jay. Estoy bien.

-Ese Nott me las va a pagar-Apretó sus puños, puse mis manos en ellos.

-No hace falta-sonreí triste-Todo está excelente-Me regresó la sonrisa melancólica.

Nos miramos por varios segundos, ninguno decía nada y estábamos bastante cerca, su mirada empezó a bagar de mis labios a mis ojos y yo estaba paralizada, no podía moverme en ese momento. Se empezó a acercar a mí y con su pulgar hizo círculos en la palma de mi mano. Ahí fue cuando reaccioné. Me alejé de él unos centímetros regresando mi mirada al fuego, él se aclaró la garganta e imitó mi acción.

-Te veré ahí, entonces?-Dijo después de un rato

-No lo creo, tú diviértete por mí-Sonreí de lado.

-Te quiero, Elline.

-Yo a ti, Jay.

°

-¿¡QUÉ HICIERON QUÉ?!-Grité molesta a mis hermanos.

-Se lo advertimos desde el primer día-Masculló George enojado, apretando la mandíbula.

-Nadie lastima a nuestra hermanita y se queda sin consecuencia-Dijo Fred al cual le sangraba el labio.

-¿¡Y tú los ayudaste?!-Me dirigí a mi gemelo que yacía en el sillón que estaba al lado-No puedo creerlo, Ronald. ¡No tenían que hacer eso!