ᴅʀᴇᴀᴍꜱ ¿ᴜɴᴀ ᴡᴇᴀꜱʟᴇʏ ʏ ᴜɴ ᴍᴀʟꜰᴏʏ? [ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ]

La charla.

Nicoleé estaba en su tercer año de Hogwarts, Scorpius en primero, y los mellizos aún no entraban. Todo iba bien, de maravilla si podría decirse, eran una familia normal y tranquila...

Pero lo que un día se supo, se sabrá toda la vida.

Fue un golpe que le quitó el alma del cuerpo al mayor de los Malfoy, pues oírlo le hirió.

El mayor de los Malfoy iba caminando a su clase de pociones cuando se topó con Meriah Doggers, una chica de su misma edad con la cual compartía clases, sin embargo, ella era Slytherin. Desde que Nicoleé había entrado, aquella chica se empezó a hacerle la vida imposible, lo insultaba, y en ocasiones lanzaba hechizos al platinado.

Pero hubo un día que todo cambió, que Nicoleé no soportó ni un segundo más.

—¡Oye, albino!—Le gritó la castaña—Te estoy hablando ¡Hazme caso!

Nicoleé se paró en seco y volteó a James, que estaba a su lado.

—Ignórala, vamos, tenemos que ir a pociones—Nicoleé asintió y dieron unos cuantos osos antes de que la voz de la joven los interrumpiera de nuevo.

—Ya sé que tu padre fue un mortifago—El rubio paró en seco, sin voltear a verla—Y sé que tu madre fue desterrada de su hogar, seguramente ella también fue una mortifaga infiltrada... ¿No te parece, James? Seguramente sus padres aún siguen trabajando para el señor oscuro.

Nicoleé se volteó con agresividad y la miró directamente a los ojos.

—De mi familia no vuelvas a hablar, ¿Me oíste? Tú no sabes nada.

—Claro que sé cosas, Malfoy—Dijo esbozando una sonrisa de lado—Así como sé que antes de ti, tu madre estuvo embarazada de otro... Pero abortó.

—No, eso no es cierto—Espetó molesto, viéndola con una gran intensidad—Tú sólo te dedicas a molestar... A inventar cosas.

—No tendría porqué inventar cosas... Cuando el padre se ese niño fue mi tío, el cual por cierto, asesinó tu madre—La joven se fue acercando cada vez más a Nicoleé, viéndolo con una sonrisa torcida en sus labios—Jason Greengrass.

—¡Petrificus totalus!—Lanzó Nicoleé, que estaba a punto de soltarse a llorar.

—¡Pero qué ha pasado aquí!—Exclamó Slughorn, que por el escándalo había salido del aula—Joven Malfoy ¡¿Qué acaba de hacer?!

—Profesor, es culpa de Doggers, ¡Ella empezó a decir cosas horribles de la señora Malfoy!—Defendió James.

Nicoleé no podía moverse, sus ojos se empezaron a poner vidriosos y una lágrima resbaló por su mejilla, lo que le dijo Meriah no podía ser cierto... No había posibilidades de que fuera real, ¿O sí?

—Iremos a la dirección, ahora mismo.

º