ᴅʀᴇᴀᴍꜱ ¿ᴜɴᴀ ᴡᴇᴀꜱʟᴇʏ ʏ ᴜɴ ᴍᴀʟꜰᴏʏ? [ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ]

Capítulo 52

[Actualidad, narrador omnisciente]

Por la mañana siguiente en el desayuno, Elline estaba con su mirada perdida. Pensando en lo que había pasado la noche anterior.

-Ell, ¿Me estás escuchando?-Preguntó su mejor amiga?

-¿Ah? S-sí, Hannie-Mintió.

-¿Pasó algo, Elline?

-Elline Soltera Jeneth Weasley, ese es mi nombre-Dijo en un intento de broma.

La expresión de Hanah cambió, ahora estaba sorprendida y alarmada. La castaña puso una mano en la frente de su mejor amiga, "midiendo su temperatura".

-Calmate Hanah, estoy bien.

-Pero... No te creo-Dijo viéndola seria-¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué?

-Astoria... La verdad no quise oír sus excusas baratas, es... Bueno, ya sabes quién es. Me cuesta admitirlo, pero Theo tuvo razón al decir "Eso no terminará bien".

-Como si Theodore haya sido diferente a el hurón-Dijo riendo, sacándole una risa a la pelirroja-Hay mejores chicos.

-¡Créeme que lo sé! No pienso deprimirme por esto, es cierto que no he tenido suerte en el amor... Pero esta vez no quiero salir con ningún chico, es tiempo para conocer a cuantos miles de millones pueda.

-Así se habla! Verás que ese estúpido vendrá retorciéndose hacia ti, pidiendo que lo perdones.

-Lo veo muy imposible, querida amiga.

Y era cierto, al menos que Draco Malfoy tuviera un verdadero cambio, ella no volvería a confiar en él... Jamás.

°

El viernes llegó finalmente, este día motivo a Elline, pues era el último día de castigo y se acercaba el fin de semana. Lo desagradable, claro, era que ella y Harry se habían perdido las pruebas de quidditch.

Aquella tarde, a las cinco en punto, llamaron a la puerta de la profesora Umbridge deseando que fuera la última vez, y recibieron la orden de entrar. Las hoja de pergamino blanco ya estaban sobre la mesa, esperando a ellos, así como la afilada pluma negra, que yacía a un lado.

-Ya saben que hacer, jóvenes-Les indicó la profesora Umbridge sonriendo con "amabilidad".

Elline tomó la pluma y echó un vistazo por la ventana. Si movía la silla un par de centímetros hacia la derecha con la excusa de acercarse más a la mesa, conseguiría ver a Ron. A lo lejos veía el equipo de quidditch de Gryffindor volando por el campo y otra docena esperando su turno, era imposible diferenciar a su mellizo.