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Pesadillas

 

12 de Agosto de 2014

Desperté sudado, exaltado, mortificado. Tuve la peor pesadilla.

“Iba caminando por una plaza, una avenida, veía una estatua, solo la cabeza de la estatua y la dedicación que le escribieron no se podía ver. Había palmeras y pasto, y unas flores moradas. Los autos pasaban por la huella, todo estaba normal…

Cuando me propuse a cruzar, pude ver  a Violeta a la distancia… muy a la distancia, primero divisé su pelo, largo y rubio. Luego la tenía cerca de mí, frente a frente. Y luego ya no estaba. El hecho es que estaba yo solo, mirando hacia el cielo, que se torno anaranjado, tirando para rojo. Luego todo a mí alrededor era sangre, estaba recostado sobre chacos de sangre. Brotaban por todos lados y estaban en todos lados, salían de las paredes, caían como gotas, debajo de mis zapatos.

Luego vi a Violeta morir, delante de mis ojos. Me entregó una nota y un auto pasó por encima de ella pero cuando fui a revisar no había nadie debajo de auto.

La nota decía: <<Lo siento, me tenia que alejarme de ti>>

Y luego aparecí en la bodega. Todos los cuerpos colgando de las ventanas, cada uno de ellos, y sangraban, una sangre espesa y oscura, para cuando me di cuenta estos mismos cuerpos me estaban enterrando todo con lo que algún vez los torture. Uno de ellos pasó la Katana por mi sien y me fui en negro”

Sentía un dolor en mi pecho, algo me punzaba por dentro y no me dejaba respirar, tomaba grandes respiros pero luego nada, no pasaba nada. Seguía sudando y no me podía mover. Para cuando lo pude hacer, tomé mi celular y marqué a Violeta.

A la primera llamada no me contestó.

A la segunda llamada no me contestó.

A la tercera, cuando estaba a punto de colgar y dirigirme a su casa, me contestó apurada.

— ¿James? Lo siento, estaba tomando una ducha —gracias a Dios que me contestó.

—Solo me alegra que estes bien…

— ¿Tu estas bien?

— ¿Por qué lo dices?

— ¿No recuerdas que salimos temprano del colegio y te dormiste? — ¿sucedió enserio? —James… me dijiste que te sentías mal…

—No lo recuerdo… —y era verdad.

—Has dormido más de cuatro horas, probablemente no has ni almorzado…

—Creo que no lo he hecho…

¡Mierda!

— ¿Por qué no vienes a mi casa y te cocino algo?

—Estaré en unos minutos allí.

—Te espero entonces…

— ¿Violeta? —le pregunté suavemente —Nunca te vayas de mi lado ¿Está bien?

—Nunca te dejaría…

Primero que nada vi la hora y eran  las 4:20 de la tarde, y si Violeta dice que he dormido más de cuatro horas, quizás salimos del colegio a eso de las 10:30 de la mañana… quizás si estaba enfermo o algo.

Tomé una ducha fría, me puse un jean café, un polerón, no tenia ganas de usar remera, raramente me sentía mas cómodo.

Cuando iba manejando, recordé el sueño y a Violeta siendo atropellada. Detuve el auto de golpe y salí del auto para tomar un poco de aire… me estaba ahogando, estaba nervioso y comenzaba a sudar, aunque el clima estuviera mas helado que el agua.

Una vez que me recuperé, volví al auto y maneje lo más rápido que pude, cuando llegué a casa de Violeta, golpeé la puerta y cuando ella me abrió la puerta la abracé, aceptando la realidad, aceptando que está viva…

— ¿Cómo te sientes?

—Mucho mejor…

Violeta me cocino una hamburguesa, como las de Bob Esponja, con lechuga tomate, kétchup, hamburguesa y todo, hasta con pan que tiene de esas semillas. Luego nos sentamos en el sillón y nos tomamos de la mano, tenia sueño pero no quería dormir, no quería volver a experimentar ese miedo.

— ¿Qué te ocurrió hoy?... digo con eso de que no te deje nunca.

—Tuve una pesadilla… —no le quería decir que soñé que ella moría.

— ¿Que soñaste?

—Soñé… que… —aunque no quisiera se lo debía decir —Eh… bueno, soñé que… te morías.

A Violeta se le abrieron los ojos y soltó un pequeño suspiro… sabia que esto iba a ocurrir, no se lo quería decir por esa razón, pero lo único que dijo fue:

—Mientras tú no mueras, yo no moriré.

Luego nos quedamos allí sentados sin hablar y mirando la televisión, nos abrazamos y luego nos sentamos a cenar… nos fuimos a su habitación y seguimos viendo televisión, abrazados hasta dormirnos.

Vengeance©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora