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Bodega

 

8 de Julio de 2014

A la bodega no iba desde lo ocurrido con Felicia, estaba, y lo admito, muy asustado de lo que podría pasar. Para ser más claro, estaba de cierta manera perseguido. Y así era. La ultima vez que le vi los ojos a Felicia, veía dedicación en sus ojos, de esas dedicaciones, en la cuales estas dispuesto a dar tu vida para defender lo que defiendes. A mí no me importaba la parte de dar la vida. Mucho mejor para mí. Pero sabía que Felicia, detrás de esa faceta de niña tonta que demostró en el juzgado. Se esconde una muy inteligente y dispuesta chica a exponerme. Y hacerme pagar.

Cuando entré, fue volver al mismo día en que abrí mi casa por primera vez, desde que me mudé a Serena y mis padres murieron. Aun me duele, pero es un dolor que nunca se ira. No me atormenta, porque no fue mi culpa que se hayan ido de este mundo, de este horrible mundo. Aunque ahora acepte ese hecho, las noches del primer mes, no lloré, pero sentía impotencia, quería gritar, pero mis sentimientos reprimieron el grito en mi garganta y era doloroso, sentía punzadas y sabía que era mi corazón quebrándose, mis piernas estaban desesperadas, pero sabía que solo querían correr para intentar salvarlos. Mi mundo se derrumbó, pero lo reconstruí, al igual como lo hizo mi padre en su momento.

La bodega estaba llena de polvo, no me sorprendo porque en un lugar casi desierto (y me refiero al clima) y llamada Madre del Viento, las cosas materiales se vuelven de polvo en menos de dos segundos. Algo llega a mi nariz y me hace estornudar… a lo estilo escandaloso, como uno de esos pedos que solamente no te puedes aguantar,  son masivos, por no decir nucleares.

Todo parecía normal… abrí un poco unas ventanas que se encuentran en lo alto, así que la luz se hizo en la bodega. Tomé un balde y lo llené de agua, eché un poco de desinfectante y fregué todo el piso, limpié algunas cosas y como excusa por si algo pasaba, compré un pequeño librero para poner los libros, me traje un sillón de la casa y una mesita, para hacer creer a la gente que esto sería un lugar para compartir, tendría que simplificar el espacio para hacer sufrir a la gente. Aunque faltaran pocos, aun así sentía un poco de ira, con Felicia, que casi me expone. ¿Le perdonaría la vida?

Lo pensaría, aunque no delibero con las venganzas, esta se merecía ser analizada a fondo.

Unas horas después de que terminara, Marcos se apareció con Violeta por la bodega, conversamos un rato y de la nada, ya teníamos preparada una fiesta. ¿Era en serio?

Y si que lo era, no sabía que celebraríamos, ni si era un día festivo o qué, pero una fiesta no vendría de nada mal. Y seria de disfraces, así que sería aun más entretenida.

Corrimos la voz, con lo que había pasado, me había hecho más conoció en el colegio, y les digo desde ya, que el cliché de que ser popular te de beneficios, es mentira. Solo te trae problemas y más. Me lo confirmo Violeta cuando me dijo que no me involucrara en ese mundo. Dos fue el resultado del mundo de Violeta.

Faltó colgar una publicación en mi muro para que tuviera 128 me gusta y 50 comentarios preguntando donde seria y cuando.

Habíamos planeado todo, quien traería las sillas, que compraríamos, cuál sería el tema, y para cuando Marcos se había ido, Violeta estaba lista para irse, pero antes de cerrar la puerta principal, me dirigí a la habitación donde habíamos guardado todo con maros, saqué un candado que tenia en mi bolsillo y la cerré, en caso de que alguien entre, tendrá que forzar el cerrojo y podría de esa manera rastrear sus huellas. Al final no era tan difícil convertiré en investigador privado. Felicia lo había comprobado.

Dejé a Violeta, fuera de su casa y me despidió con un beso, froté su vientre y sonrió tímidamente cerca de mi labio, la picarona aprovecho de morder el mío, nunca lo había hecho, pero de seguro tenia todo el permiso de hacerlo las veces que quisiera.

Mierda, estaba perdidamente enamorado de esta mujer, me tenia loco en todos los sentidos y formas posibles. No solo era mi compañera en el amor, si no que en la tristeza, la alegría, en la venganza, en opiniones. Nos complementamos. Y eso es justo lo que me hace falta. Complemento.

Vengeance©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora