Vengeance©

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Camilo Gálvez

 

7 de Octubre de 2014

El aviso llegó tarde, un día y horas tarde. James se me escapó de las manos, de nuevo, traté de atraparlo en Antofagasta, pero se escapó y nos costó un mundo descifrar que estaba habitando una casa desalojada hace muchos años.

Ahora nos llegó el aviso de un asesinato triple, un adulto de 60 años, la hija del adulto de 45 años, y su hijo de 17 años. No sabemos si es él, mi equipo aun no llega al lugar del crimen. Lo bueno es que en avión se llega más rápido a todos los lugares, y de mi bolsillo no sale lo que es un peso.

Cuando me gradué de la academia de Carabineros, como unos de los primero de mi clase, salí con trabajo y éxito asegurado. Desbanque un cartel que quería innovar con una nueva droga, nunca antes vista en chile. Atrapé a un Violador, que dejaba a sus víctimas como migajas de pan, un rastro, para que fuera atrapado, vi cosas que nunca debí ver. Y encerré a miles de criminales que habían asesinado a una u dos personas, gente por narcotráfico, por robo hormiga. Pero nunca me enfrenté a alguien como James, alguien tan novato como James. Creo que el hecho de que sea novato, lo hacía superior a todos los demás.

Cuando llegué al pueblito donde ocurrió el crimen, parecía una pueblo fantasma, las casas estaban separadas por unos, ¿50 metros cada una?, las parcelas eran grandes y frondosas.

Cuando legamos a la escena del crimen, que se dividía en dos, la casa principal (de la familia), y la casa que estaban arrendando. Estaban pobladas por una multitud, que gritaban cosas, había una barrera hecha por la policía local, pero no servía de nada, la gente igual lograba ver lo que ocurría.

Primero me dirigí a la casa de la Familia, cuando entré, vi dos cuerpos, cubiertos con bolsas negras.

—Numero Uno es la madre, y numero Dos es el hijo —me dijo una forense al parecer —, el cuerpo número Tres, se encuentra en la otra casa.

—¿Cómo los encontraron? —le pregunté —, ¿Cuáles fueron el modo que ocuparon?

—A la madre, le cortaron el cuello, muestra signos de resistencia, el corte es de unos 3 centímetros de profundidad —me dice el forense —, el hijo, el muestra más resistencia, sospechamos que se abalanzó contra el atacante, y este lo empujo hacia atrás, cayendo sobre la mesa de madera —me lo dice mientras me mira y luego mira el cuerpo —Seguido de esto, el atacante se abalanzó sobre él, golpeo su cabeza un par de veces con el suelo y luego enterró el cuchillo que se encuentra en su sien.

¿Sien? Tenia curiosidad, para cuando moví la bolsa de la cara, allí estaba, el cuchillo, rígido ensartado en la sien del chico de 17 años. Me di cuenta de un flash, y cuando me di vuelta, había un chico sacando una foto.

—¡Quítenle la cámara! —les grité a unos carabineros que se encontraban en la cocina, que estaba a unos metros de la sala y de mi.

Luego salí de la casa y me dirigí al frente. Cuando entré, había vapor, mucho vapor.

—¿Por dónde? —le pregunté a un carabinero que estaba cuidando la entrada de la casa.

—Hacia el baño —me dijo —, siga el rastro del vapor.

Para cuando llegué, unas personas estaban sacando el cuerpo del adulto de 60 años, que estaba mojado y ensangrentado. Uno de los tipos que sacó al adulto, dejó mostrar una grabadora y grabó toda la información del adulto.

Esperando confirmación del forense para derivarlo al Servicio Médico Legal>>

Con eso me bastaba, no quería preguntar nada. Cuando salí, encendí un cigarro y marqué en mi celular, le avisé a mi esposa que no llegaría en unos dos días y luego colgué. Cuando puse mi mirada en la casa de nuevo, habían dos personas entrando a la casa, por cómo iban vestidos, parecían peritos.

—Quiero todo revisado, paredes, camas, sillas, todo… —les dije cuando entré a la casa.

Y volví a salir, esta vez, al auto que me trajo aquí. Cuando me senté en el volante, no pude aguantar gritar de impotencia y rabia, era más rabia, este chico se está burlando en mi cara, y no lo voy a permitir.

—Te voy a encontrar James, aunque eso acabe con mi vida —susurré para mí.