Good days. Bad days.
(Sin fecha) “Del Recuerdo de Violeta”
En un buen día, James se levantaba con una sonrisa de oreja a oreja en su cara. A veces tiraba un chiste y sacaba su mejor personalidad, yo trataba de no arruinar estos días, porque me encantaba verlo así.
Nuestras noches eran estupendas, cuando el sonreía y se ponía picarón. Salíamos a comer y era agradable saber que podía, en una manera, notoriamente destacable, lucir que James era mi novio.
Bromeaba que me enseñaría, varias cosas. Decía que se casaría conmigo. O incluso decía que sería presidente de Chile.
James no era de pasar todo el día en la computadora, pero cuando lo hacía, no había manera de llamar su atención, a veces lo veía escribir, o lo veía leer artículos e informes sobre cualquier cosa. Nunca ha tocado un instrumento en su vida, pero lo compensaba, cuando alegremente en sus días buenos, me cantaba alguna canción de Sam Smith.
Esos eran los días buenos de James, ser alegre y nada más. No recordar nada y simplemente disfrutar la vida, no recordar que quería asesinar a un puñado de gente. Que solo era él, y sus propios demonios.
Sus demonios.
En los días malos, James, no concurría al colegio muy seguido, no salía de su casa, y cuando lo hacía. Era para comprar alcohol, no el quirúrgico, el que te embriaga. Se encerraba en su pieza y, era él y la oscuridad.
Un día me atreví a preguntarle sobre sus días malos, pero desde ese día no lo he vuelto a hacer:
— ¿Cómo estás?
—Nunca vuelvas a preguntar eso si sabes cuál será mi respuesta —me arrepentí al segundo.
—Lo siento…
—No lo sientas, —me miro con ojos aguados —No lo sientas porque yo no lo siento por mis demonios, no lo siento por la persona que mató a mis padres, y no siento haber matado a Uno.
—Solo quería saber cómo estabas. —él estaba por llorar —Solo quería saber eso.
—Pero ya lo sabías, ¡Por qué querrías escucharlo de mi boca! —estaba alzando su voz y ya veía sus lagrimas —Porque hacerme recordar lo momentos en que me dormí llorando por mis padres, porque recordar a los putos demonios que nunca se irán.
—James…
—Nunca vuelvas a preguntar eso en mis días malos —sus ojos eran rojos y lloraba mares —Nunca preguntes como me siento, si ni siquiera yo sé cómo me siento.
“Trágame tierra”, lo único que pensé.
—No lo sé y me asusta, me asusta más que saber, que algún día me despertaré y no sentiré nada. Porque si ya me es difícil poder saborear el día cuando me acuerdo de ellos, es más difícil saber si tendré un día bueno.
—Pero estoy aquí para ti.
—Me cuesta poder saber que seguirás conmigo a pesar de tus palabras, me cuesta levantarme porque no quiero cargar con el peso, porque no quiero ver a nadie, y no quiero recorrer los pasillos.
Parece un niño, al que le acaban de quitar su dulce. Y esta desolado.
—Me cuesta poder cocinar porque me recuerdo sus aromas cuando cocinaba, saboreo cada delicia que me cocinó. Me cuesta ir a la sala de estar porque él se sentaba a ver partidos mientras yo leía.
Lo abrazo.
—Y me cuesta… poder creer que eres tan buena como para poder soportarme, y poder guardar secretos —ahora quiero llorar con él —Me cuesta creer que no le has contado a nadie sobre Uno, y me cuesta creer que me pediste que matara a Dos.
—Pues a mí me cuesta creer que te interesas por mi —me bajaré al nivel más bajo —Me cuesta creer que eres tan bueno conmigo, cuando lo único que sé hacer es sonreír.
James se quedó callado.
—Eres imprescindible en mi vida…
Fueron sus últimas palabras y luego se echó a llorar.
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Vengeance©
Mystery / Thriller"Vivir con venganza te alegra el corazón" James es un chico de lo mas normal, pero el abuso lo ha seguido por todos lados. Con su familia decide cambiar de aire y se mudan a Serena, pero un accidente los sigue y lo deja a la deriva sin padres y sin...