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Bad day

19 de Diciembre 2014

El sudor escurría por mi frente como si fuera algo natural, podía sentir las sabanas pegadas a mi cuerpo, mi respiración era extremadamente exagerada pero la situación lo compensaba, veía todo borroso y aun podía escuchar las risas y gritos en mi oído. Las sentía como si me estuvieran clavando una aguja en el tímpano, como si me estuvieran pegando patadas en la cabeza.

Me obligué a decirme que eran solo pesadillas.

Había una semana había estado soñando lo mismo, todas las noches por una semana. Estaba sentado en la plaza de la ciudad cuando de la nada comenzaba a llover, lo raro es que no me preocupaba por la lluvia porque de la nada tenia puesta una parca que me protegía de la lluvia, llovía por unos cinco minutos e incluso había accidentes debido a la lluvia. Ni me inmutaba por ir a ver si había alguien vivo o si necesitaban asistencia porque al minuto que chocaban o se daban vuelta, la gente salía volando de los autos y llegaban a la acerca o la huella, llenando la calle de charcos de sangre. Aquí es cuando los charcos de sangre se apoderaban del sueño.

Comenzaban a salir por todos lados, desde las paredes, los arboles, el pasto e incluso se hacia uno mis pies, inundando mis pies hasta los tobillos, aun no me movía, ni siquiera me sorprendía el charco a mis pies, el momento en que me movía era cuando comenzaban a salir manos de los charcos. Me ponía de pie y empezaba a correr en dirección al hospital.

Cuando estaba a una calle de llegar al hospital me detenía porque veía a todas las personas que maté, incluyendo a Marcos, Felicia e incluso Fernando. Les gritaba que no me hicieran nada, que estaba arrepentido pero no funcionaba, comenzaban a correr hacia mí y yo no podía correr, así que me agachaba con las manos en mi cabeza pero los cuerpos de quienes maté, explotaban cuando estaban cerca de mí, y toda su sangre caía en mí. Cuando veía la sangre me ponía de pie y volvía a correr hacia la plaza, donde ya no había nada, estaba tan prolija como lo estaba antes de la lluvia.

Allí me daba cuenta que estaba atado a un poste de madera, con mucha paja a mis pies y una línea negra que no tenia más de un metro de largo. Cuando seguía la line y levantaba la mirada allí estaban otra vez los cuerpos. Mirándome con un encendedor en mano. Intentaba habar pero no podía, tenia la boca cosida. Cuando vuelvo a mirarlos el fuego ya estaba corriendo por la line negra que resulto ser gasolina. El fuego me estaba quemando y ni gritar podía, cuando se acercaron los muertos a mí. Uno comenzó a estrangularme y siempre despierto en la misma parte.

...

Después de que repasaba el sueño en un intento de poder descifrar algo, me levantaba y me hacia una taza de café, me sentaba en la parte inferior de la cama y rezaba. No sé quien le rezaba pero no estaba demás hacerlo. Hoy como nunca, la señora que me arrienda la pieza me vino a preguntar si estaba bien, me dijo que había escuchado unos gritos y que estaba preocupada. Sinceramente me pareció muy lindo su gesto pero le dije que estaba bien y que solo eran pesadillas.

Me levanté y me fui a bañar, ya no podía estar en esa pieza y mucho menos estar en la ciudad, así que hice un bolso y me compre un pasaje para Antofagasta, iba ser solo por unos días. Hasta que ya dejara de soñar con que las personas que asesiné fríamente ahora me matan a mí.

Vengeance©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora