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Seis

 

5 de Agosto de 2014

Todo estaba fríamente calculado.

Había comprado estos cartones donde se ponen los huevos y pegado en la habitación donde guardamos todo, ordenamos las cosas que cabían dentro y las otras las tuve que vender. Vendí una equis… fue el peor momento de todos, compre una rejilla y la pegué contra una pared, y colgué todas las armas. También colgué las mascaras, puse la mesa en el centro de la habitación y me asegure de que no se escuchara nada.

De todos los que asesine, Seis me dio más trabajo que todos.

Para empezar, tuve que seguirla, esta chica sí que tenía una vida social activa. Tuve que fijarme en cada movimiento, ser un acosador en la oscuridad.

Luego cuando tuve la oportunidad, en un bar, un día ¡¿Lunes?! ¿Quién va a una disco el día lunes?

Cuando tuve la oportunidad de conversar con ella, excusándome que estaba estresado, porque lo primero que me pregunto cuando me vio.

<<¿Qué haces aquí?>>

Le eché un diasepan a la bebida, y cuando me pidió que la llevara a su casa, le dije que primero saliera y me esperara en la esquina de abajo, 20 minutos salí yo y ya estaba casi durmiendo en la banca. A este punto si me la llevaba parecería rapto así que lo deje pasar pero si tome su teléfono y marqué a su madre. La retaron y me pareció chistoso.

Luego de eso, tuve mi verdadera oportunidad. Iba yo a manejando a la bodega cuando la veo caminar cerca de la bodega, me estacioné lo más rápido que pude, y para mi suerte y coa que no me había fijado, es que casi nadie concurre estos lugares y las personas que viven en esta parte de la ciudad no salen mucho de sus casa. Me baje, tomé una linterna y la seguí, para cuando se dio cuenta se echó a correr, ¿Hacia la carretera?

Esta mujer no pensaba nada, en serio. Era lo más hueca que podía existir, por ultimo hubiera corrido hacia las casas. Eso sí, debo admitir que tenia una buena carrera. Me costó pisarle los talones.

En fin, la sujete de la boca con mi mano y la deje sin respirar, solo hasta el punto en que estuviera mareada. Apagué la linterna y me la llevé a la Bodega. Allí intento salir por todos lados, gritaba como chihuahua y la única manera de hacerla callar fue tirándole un zapato, que le llegó a la cara y se puso a ¿Llorar?

No lo podía creer. Solución salomónica; tomé la mordaza y se la puse en la boca, le amarré las mano para que no se la sacara y la arrastre a la habitación, erre la puerta detrás e intenté con todas mis fuerzas amarrarla pero era inútil…

Solución salomónica dos; Cloroformo, y luché por 20 minutos con ella antes de que pudiera cerrar los ojos. Pero como pesaba esta mujer, era peso muerto. Por un momento pensé en entregarme a la policía, declarando que había matado a todas las personas, o simplemente dejarla ir, pero había visto mi cara y no había vuelta atrás.

Cuando por fin despertó, asustada, agitándose, ya me había puesto la máscara. La máscara manchada. Mi máscara manchada.

—Hagamos esto rápido —quería terminar esto rápido —No tengo mucho tiempo

Palabras ahogadas y arcadas venían de Seis.

— ¡Calla!

Seis se movía rápidamente, y azotaba su cuerpo en la mesa, no serviría de nada.

—Hagamos esto —y al instante en que lo dije, seis comenzó a llorar y chillar.

Me dijo algo pero no le entendí nada.

—No dolerá nada.

La verdad es que no quería hacer la muerte muy larga, con los otros disfruté porque se me hizo fácil, pero esta perra medio batalla. Igual le daría algo de crédito, se lo merece, porque a pesar de todo, me quería reír de lo ridículamente difícil fue raptarla.

—Empecemos con esto.

Primero tomé una daga y le hice pequeños cortes, no muy profundos, superficiales como ella, luego le puse una cuerda en el cuello, al igual que dos y la amarré a las extremidades del mesón, se estaba ahogando ero antes de eso, tomé un poco de agua, y de gota a gota le fui vertiendo en su frente, podía ver su desesperación y también imaginármela, así que vertí toda el agua en un paño y se lo puse en la cara.

—Sabes, siempre me ha caído mal la gente que se interesa en los de afuera, es por esa razón por la cual me odie unos meses por querer cambiar mi aspecto —era verdad —No me entiendas mal, me encanta estar saludable y buen mozo. ¿Pero no crees que sea agobiante?

Seis tenía unas palabras atoradas.

—Yo creo lo mismo, pero a pesar de todo — ¿Qué le estaba contando a esta chica? —A pesar de todo, creo que hay algunos que podemos superarnos, desafortunadamente gente como tu, no es capaz de hacerlo.

Listo, no quería seguir alargando esto. Así que le saqué la mordaza, y le dije, después de todo el griterío que tenia y la cachetada que le di.

— ¿Ultimas palabras?

—Perdón por decir que el hijo de Violeta seria un depravado sexual, un asesino como su padre. —no podía creer lo que me decía —Perdón por insultarlo antes de que naciera, perdón James.

—No te mereces mi perdón.

Tomé la misma daga con la cual le hice cortes, y se lo enterré en el cuelo, luego el corazón y por último la sien derecha.

Me enfurecí por que no tenía porque haber dicho eso. Insultar a una pequeña miniatura, de la cual no sabemos ni el sexo aun, la cual no sabemos si tienes los ojos cafés o verdes, o si se parecerá a mi o Violeta. Insulto a un alma pura.

Insultó a mi bebé, y recibió su merecido.

Vengeance©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora