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Fracturado

26 de Abril de 2014

Hoy me levanté con un dolor horrible en mi mano derecha, y cuando pude ver, tenia la mano morada e hinchada, desperté a Violeta y partimos directo hacia el hospital, a urgencia. La buena noticia es que cuando entramos no había mucha gente (milagro). Me registré en urgencias y me llamaron a los dos minutos después, Violeta se quedó afuera,  y de cierta manera quería que se quedara afuera. No podía soportar la idea de que me viera gritar como niña cuando el doctor me tocara la mano.

Cuando entré, pasé por una puerta y el olor a vendas, cinta de hospital, anestesia, heridas abiertas, y ese frío que hace en los hospitales me invadió con una sensación rara. Y luego recordé una parte de mi vida que no quería recordar:

"Estaba caminando incoherentemente por la UCI del hospital de Serena y sin querer llegué a la Morgue, era un lugar frío y aterrador. No había un alma viva en el lugar, la mia también había muerto esa semana.

Reaccioné al darme cuenta que busqué intensivamente los nombres de mis padres, y cuando por fin los encontré. No podía mover un hueso. Quería morir, ahogado, no respiraba, nada. La falta de oxígeno me hizo reaccionar otra vez.

En una pequeña tablilla encontré los nombres y descripciones que no debí leer, en cualquier sentido, un adelanto hacia la muerte. Lentamente me adentré,  y lentamente busqué en sus pies, los números con los cuales estaban identificados. Cuando los encontré no los pude abrir. Forzarme  a eso era masoquista. No tenía que ver la cara desfigurada de mi madre y las extremidades arrancadas y cosidas de mi padre.

Así que corrí, y corrí, hasta que llegué a mi camilla, me tapé hasta arriba y me dormí"

— ¿Señor? —escuché mientras volvía a la realidad — ¿Señor?

— ¿Ah?

— ¿Qué necesita? —era una enfermera de aspecto joven —¿Está perdido?

No podía decir ni una palabra, solo levanté mi brazo y nada mas.

—Por aquí —me dijo con voz tranquila, mientras yo movía mis pies paso calmado.

Me sentaron en una camilla, con un papel fino, me lavaron por alguna razón la mano con anestesia, al parecer y luego me secaron gentilmente. A decir verdad ni me dolía, tenia mi mente en otro pensamiento,  uno perturbador.

Tenia bien claro que la enfermera seguía palpando mi mano, y cuando entró el doctor, faltó sólo una mirada para que dijera:

<<A radiografía>>

Me tuvieron de pie un momento y ya no quería seguir en el hospital, me tomaron la radiografía y la enfermera volvió para llevarme de nuevo a la habitación donde me estaban atendiendo. Cuando entró el doctor, me hizo unas preguntas:

— ¿Sabes por qué tiene la mano asi?

—Bueno... eh... —balbuceaba por alguna razón —Anoche tuve una pelea, un poco fuera de control —una razón la cual no encontraba —Y casi mato al otro chio, utilicé mucho mi mano creo.

— ¿Por qué pelearon?

—Por el típico cliché —le dije mirándolo mientras sujetaba la radiografía.

— ¿Una chica?

—Sí, la chica que me espera afuera —lo miré a los ojos y el a mí.

—Que bien... —me dijo mirando mi mano —Al parecer, te has roto dos dedos, y tienes un pequeño esguince en la muñeca.

—Oh... esta bien —no podía creer lo fuerte que le pegué a Max — ¿Estaré enyesado?

—Por un tiempo sí, pero solo será la mitad del ante brazo —genial, tendría un yeso en mi mano —También te daré unas pastillas para que baje la inflamación en la muñeca y dentro de un mes deberías estar bien.

—Gracias doc.  —siempre quise decir eso.

—La enfermera te llevará para que te pongan un yeso y luego te puedes ir —me dijo mientras me pasó una receta.

Pasaron veinte minutos después,  y ya estaba enyesado. Salí de urgencias y Violeta aún estaba sentada, frotándose la barriga, susurrando algo. Al lado de ella había una mujer, también le hablaba, movía sus manos, eufóricamente... pero fue en ese momento en que me di cuenta que a Violeta ua se le empezaba a notar más la barriga. Usaba una remera ajustada y pude ver un pequeño bulto, ¿O solo fue mi imaginación? No importaba, como fuera. Me emocioné.

— ¿James? —me dijo Violeta cuando me vio — ¿Cómo estás?

Y yo solo alcé la mano, porque la verdad no había mejor respuesta que esa.

—Te presento a Juana —me dijo haciendo un gesto hacia la mujer que le hablaba.

—Un gusto —le dije y asentí.

—Van a tener un hermoso bebé —nos dijo mientras Violeta me abrazaba —Estoy segura de eso.

—Gracias... —dijimos los dos y luego nos largamos.

Tomamos un auto, a la casa de Violeta, y su madre se preocupó al verme la mano enyesada, me invitó a pasar y tomamos un té con limón. Luego me fui a mi casa, me puse una bolsa en la parte enyesada y tomé una ducha rápida,  llegué a la conclusión de que seria mas fácil dejar la mano afuera y mojar el piso, ya que el yeso se moja igual con la bolsa.

Me senté en el sofá de la sala, con mi computadora en mi regazo, y cuando entré a mi página de Facebook, mientras iba revisando las noticias encontré una que me alegró el resto del día.

"Un aplauso para James, quien por suerte no mató a Max, pero si le dejó un par de cicatrices de por vida.

Le rompió la nariz y le hicieron una reconstrucción. El pómulo izquierdo quedó masacrado, cortes en sus cejas y algunos dientes rotos, y se presumió que coj esa patada de futbolista americano, esa grandiosa patada. Le sacó la mandíbula de su lugar.

Repito, un aplauso, porque el hijo de puta de Max se lo merecía"

Me alegró el dia, aunque me preocupé un momento por temor a que Violeta lo viera, a pesar de todo es su ex y debe estimarlo, a lo menos un poco.

Por otro lado, Marcos vino a visitarme, comimos pizza y tomamos cerveza, la mejor combinación del mundo. Se fue y volví a tomar una ducha, esta vez fría y con la mano afuera, fue mejor así. Y no mojé tanto el piso del baño.

Para cuando me fui a acostar, repetí esa escena de la Morgue,  y lloré todo lo que tenia que llorarles,  pero luego recorde:

<<Seré padre, y a pesar de que ellos estén muertos, seguramente estaban felices de que fuera su hijo>>

Y pensé; si ellos fueron felices, yo seré feliz por mi bebé.

Vengeance©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora