Vengeance /Venganza/
22 de Noviembre de 2014
Después de haber tomado mi tiempo para llegar a la ciudad, de pasar por unos cómodos moteles y hostales, por fin llegamos y solo para crear escándalo. Felicia iba en la cajuela.
No cumplió su promesa.
Cuando íbamos entrando a la ciudad de Serena, para seguir nuestro camino hacia Antofagasta y luego Tocopilla, se bajó del auto y comenzó a gritar y agitar sus brazos en el aire. Rápidamente tuve que salir a buscarla, pero al parecer tenía tantas ganas de escapar, que corrió lo más rápido que pudo en toda su vida. Me costó atraparla y hacerla dormir. James me enseño que puedes dormir a la gente mientras las ahorcas, solo debes saber el momento exacto. La diferencia es que no quería dormirla, no quería saber el momento exacto. Pero tengo una misión.
Entrar a Tocopilla no es fatídico sino que emocionante. A eso de las 4 de la mañana me encontraba en la plaza de la ciudad, preparando todo para mi gran espectáculo. Un show único.
A eso de las 5 de la mañana ya tenía todo listo y a ella, sentada en la silla. Al medio de la plaza, frente a la estación de bomberos.
La hice esperar una hora, me preparé mentalmente e hice todo lo que James me pidió. Saqué el machete que me dio hace ya varios días y que estaba junto a Felicia en la cajuela pero nunca se dio cuenta de que estaba con ella.
A las seis de la mañana me acerqué y con el machete bien sujeto en mi mano, le dije:
—Ahí viene... prepárate —le dije y solté una pequeña risa.
Siempre he creído en lo poético, cuando ella me humilló hablando a mi espalda, no pude salir de la vergüenza. Me llamaste de todo, me dijiste y apodaste de todos los sobrenombres posibles y hoy estas acá, derramando más lagrimas a pesar de que es casi imposible.
Me puse la máscara de James, la que estaba manchada con sangre, con la sangre de alguien que no conocía. No sé como la máscara llegó a parar acá al bolso que estaba en mi auto y que revisé al instante en que llegamos al pueblo siguiente junto a Felicia.
Pero aun así, todo era poético.
—Que te calmes te digo... —le dije mientras sujetaba su cara con mi mano.
Y puse el machete en su cuello, James me dijo que la hiciera sufrir pero no podía hacer eso, la quería ver muerta lo más rápido posible.
Cuando la chica no daba más con todo lo que lloraba, decidí hacerla llorar con razón. Así que puse el machete en su brazo izquierdo y con un movimiento prolijo y rápido. Le hice un corte tan profundo que pude sentir su hueso.
Felicia comenzó a gritar.
Seguí cortando su brazo hasta que toqué una de sus costillas. La sangre estaba por todos lados, manchando lo que se demoraron 15 meses en construir. Lástima que quedara marcada de por vida esta plaza.
—Sigue gritando que nadie te escuchara, al menos no hasta media hora más —le dije—, ¿quieres seguir gritando? Adelante.
Y así lo hizo.
Mi machete llegó a su otro brazo, pero una vez que aterrizo para cortar, no lo abatí varias veces como lo hice con el otro. Como si estuviera carne para bistec, comencé a cortar. Cuando llegué a su hueso, puse mi pie en su hombro y quebré y seguí cortando el brazo.
La piel de Felicia se volvió más blanca de lo usual, parecía fantasma.
No sabía que cortar ahora, porque la emoción era tanta que solo la quería ver muerta, por mi pasaría las ruedas del auto por encima de su cara solo para que quede desfigurada. Pero ya era tarde y la gente empezaría a abrir sus kioscos y negocios.
Le saqué la amarra a Felicia.
—¿Unas últimas palabras? —le dije.
—Perdón.
Y pasé mi machete hasta la mitad del cuello de Felicia. Antes de mirar hacia el mar, me despedí con un beso en la mejilla. Y marque el 133 en el celular para dejar que el carabinero que me atendiera escuchando a la gente gritar asustados.
Cuando deje el celular en el regazo de Felicia. Me di vuelta y mire hacia donde había una agencia de buses, allí estaba él. Haciendo un gesto con la cabeza. No estaba de acuerdo con lo que hice. Me hacia el gesto del NO con la cabeza.
Agaché la mía y llegué a la conclusión que no podré vivir con este sentimiento, con esta desaprobación de quien es mi ídolo.
Me dirigí hacia el auto bien rápido y saqué un poco de gasolina, me lo eché en la cabeza y me senté al lado del cuerpo de Felicia. Saqué mi celular, la mascara también y grabé:
<<Hoy me encuentro con la persona de mis tormentos, y ella está muerta. Yo la maté.
No puedo sobrevivir con esto, mi ídolo me repudio.
Mama te amo, por favor perdóname, pero esto es más grande que toda la gente que vive en esta ciudad.
Sin nada as que decir, adiós.>>
Dejé el celular frente a Felicia y saqué un encendedor de mi bolsillo. Conté hasta tres y me prendí en fuego. Traté de quedarme tranquilo pero no pude, corrí hacia los bomberos y antes de llegar me tropecé. No apagaré el fuego pero esta es mi última palabra.
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Vengeance©
Mystery / Thriller"Vivir con venganza te alegra el corazón" James es un chico de lo mas normal, pero el abuso lo ha seguido por todos lados. Con su familia decide cambiar de aire y se mudan a Serena, pero un accidente los sigue y lo deja a la deriva sin padres y sin...