Capítulo 29

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Me preparo al día siguiente para encontrarme con Gustabo en el portal de mi casa. Hoy viene él a por mí con su coche. En ese instante, mi móvil suena. Al cogerlo y mirar la pantalla, veo que es Horacio. ¡Vaya! ¿Querrá hablarme de lo que pasó ayer con Volkov? En caso de no ser así, no tengo ni idea de para qué me llama. Descuelgo la llamada antes de que él cuelgue.

-Hola, Horacio- lo saludo al responder.

-Hola, ____, ¿qué tal?- por su tono de voz, parece algo nervioso.

-Yo bien, ¿y tú qué tal?- parece una conversación sin sentido, aunque supongo que no quiere ir tan directo al grano.

-Pues sinceramente estoy muy feliz- sonrío ante su respuesta. Algo me decía que Horacio me llamaría para contarme lo de Volkov.

-Ya lo he visto, ya- le digo pícaramente -¿Pero cómo ha pasado eso?

-Él me llamó y me invitó anoche a cenar al Sushi's Place- abro los ojos levemente en sorpresa. Han estado en el mismo restaurante que Leónidas y yo.

-¿Habéis estado en el Sushi's Place?

-Sí, de hecho cuando nos fuimos te vimos con Leónidas en una mesa, ¿qué hacías con él?- ¡no puede ser! Espero que Volkov no se lo diga a Jack, o tal vez Leónidas tendrá problemas.

-Sin querer le di un golpe a su coche con el mío en un semáforo y lo invité a cenar a modo de compensa- le explico -No quiso que le pagara el arreglo.

-Ah, entiendo- dice -¿Sabes? Yo siempre he pensado que Leónidas estaba colado por tus huesos.

-Sí, pero ese asunto ya ha quedado aclarado- le digo yo -Él entiende que yo estoy enamorada de Jack y hemos quedado como amigos.

-Ah, pues en ese caso, fenomenal.

-En fin, que nos vamos por las ramas- digo -Volkov te invitó a cenar, de acuerdo- hago una pausa -¿Y qué más?

-Bueno, durante la velada estuvimos hablando sobre varias cosas como por ejemplo la comida japonesa y el anime, hasta que salió el tema de gustarnos.

-No me digas- digo sorprendida -¿Y bien?

-Me confesó que le gustaba y que había hablado contigo- supongo que se está refiriendo a cuando Volkov vino a mi casa -Me dijo que lo animaste a dar el paso, así que, te debo una, mi querida celestina- suelto una pequeña risa ante eso último.

-Qué va, no me debes nada- le digo con sinceridad -Para eso están los amigos, ¿no?

-Claro, pero aún así te lo agradezco muchísimo.

-Era lo que tenía que hacer- pauso -Lo que sea con tal de ver a mi crestas favorito feliz.

-Te debo una, en serio- insiste -Ya pansaré en algo para devolvértelo.

-Bueno, tú céntrate en ese comisario que te trae loco y luego hablamos.

-Lo haré, tengo que aprovechar la oportunidad.

-¡Muy bien!- apremio -Bueno, Horacio, tengo que colgar ya porque he quedado con Gustabo para seguir con el "trabajo" que tenemos que hacer, ya sabes.

-Ah, sí, sí, vale- dice -Ya hablamos en otro momento, hasta luego.

-Hasta luego- cuelgo.

En cuanto dejo de escuchar la voz de Horacio, una amplia sonrisa se asoma por las comisuras de mi boca. Me alegro muchísimo por ellos. A pesar de que mi situación con Jack no podría ir peor, siento una gran alegría de saber que al menos uno de mis amigos ha conseguido lo que quería. Y hablando de amigos, hace tiempo que no sé nada de Segis. Miro la hora y me doy cuenta de que todavía me quedan unos minutos antes de que venga Gustabo, así que no dudo en marcar el número del gallego.

Espina Clavada (Jack Conway y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora