Hace ya unos días que no veo ni tengo noticias de Gustabo y Horacio. De vez en cuando a Segismundo sí lo he visto aparecer por el trabajo, pero muy contadas veces. Según él, tanto ellos como él están trabajando para la policía vendiéndole información al superintendente. Yo creía que Segismundo le tenía asco a ese hombre, pero al parecer no tanto. O tal vez lo hace por el dinero, que también es muy posible.
Me ha contado también que Gustabo, Horacio, Trujillo y él le quisieron gastar una broma a un amigo suyo el otro día, lo llevaron a una casa que compró Horacio y le hicieron probar la pistola diciéndole que era de juguete. Llamaron a la policía ellos mismos, echándole la culpa al amigo de que tenía una pistola y que había violado a Trujillo, por lo que los detuvieron a los cinco y los llevaron al hospital, pues el superintendente quería ver el informe médico de Trujillo para comprobar si de verdad le habían violado. Después, así porque sí, los cuatro se dieron a la fuga del hospital, pero los acabaron pillando cambiándose de ropa en una tienda. Desde luego, estos chicos son de lo que no hay.
En este tiempo, le he pagado a Viktor la otra mitad de la casa y he firmado los papeles en presencia de un notario, para que quedara constancia del pago y de que la casa era mía. También he ido a la autoescuela y me he sacado la licencia. Tengo ahora un coche muy bonito, un Audi de color negro con reflejos azules. También tuve que comprar una plaza de garaje aquí en este edificio, lo cual está muy bien porque tengo mi casa y mi coche en la misma ubicación, prácticamente.
Hoy tengo el día libre, por lo tanto estoy en mi casa. No tengo un plan explícito para hacer durante el día, pero enciendo la televisión y busco un canal en el que hagan algo que valga la pena. Al final dejo un canal de dibujos animados y justamente están haciendo una serie que veía de pequeña, Tom y Jerry. Me hacen reír bastante, pues me hace mucha gracia cómo el gato intenta atrapar al ratón, pero el ratón se las ingenia para hacer que sus planes vayan en su contra. Así estoy durante una hora más o menos cuando mi móvil empieza a sonar. Lo cojo de encima de la mesa redonda y leo en la pantalla que Horacio me está llamando. Descuelgo al mismo tiempo que bajo el volumen de la tele.
-¡Hombre, hasta que dais señales de vida, puercos!- le respondo sin saludar, dado que estoy algo indignada por no haberme ni siquiera mandando un mensaje.
-____, necesitamos tu ayuda- dice haciendo caso omiso a mi "saludo".
-¿Ocurre algo malo?- le pregunto con un aire de preocupación, pues su tono de voz no suena demasiado bien.
-No, no es eso- me tranquiliza -Es que Gustabo, Segismundo y yo vamos a atracar una joyería y necesitamos rehenes. ¿Puedes venir?
-¡¿QUÉ?!- grito, haciendo que mi voz resuene y rebote por cada rincón del salón. Es cierto que hemos hecho mucho el gamberro estos días robando coches y comprando armas, pero ya me parece un poco excesivo lo de atracar una joyería -¡¿Pero se os ha ido la puta olla o qué os pasa?!
-¡Es todo culpa del viejo, que no quiere pagarnos!- se excusa él -Ya te lo debe haber contado Segismundo- debo suponer que se está refiriendo al superintendente, a quien todavía no conozco y ya me está dando curiosidad saber quién es, tanto que hablan de él.
-¡Dios mío, Horacio!- le digo colocando una mano en mi frente y entrecerrando los ojos en una expresión frustrada.
-¿Bueno, pero nos vas a ayudar o no?- me pregunta desesperado.
-Es decir, que no me habéis dado señales de vida en estos días, ni siquiera un mísero mensaje, ¿y pretendéis que os ayude a atracar una puta joyería?
-Tienes razón, lo siento- se disculpa -Te prometo que te lo compensaremos, pero ayúdanos, por favor- de todas formas, ¿cómo no ayudarlos, si son mis amigos?
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Espina Clavada (Jack Conway y tú)
Fanfic____ Watson llega a Los Santos desde Londres, donde sabrá lo que es un lugar con ciudadanos completamente diferentes a los de su ciudad natal. Por culpa de algunas malas influencias, ella termina delinquiendo, pero cuando el policía más conocido e i...