Capítulo 19

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El sabor del arroz con curri me recorre la garganta de manera agradable. Retengo esa salsa lo máximo que puedo en mi lengua para disfrutar mejor su mezcla con el arroz. No tenía ni idea de que Jack fuera tan buen chef. A no ser que lo haya encargado a domicilio, cosa que tampoco me habría disgustado. Igualmente, no me ha dicho si lo ha cocinado él o no, por lo tanto, le pregunto.

-Está riquísimo, ¿lo has hecho tú?

-¿De verdad te gusta?- yo asiento con la cabeza con mucha seguridad -Si te soy sincero, ha sido un intento, no pensaba siquiera que me iba a salir.

-En serio, está muy bueno- me llevo a la boca otra cucharada de arroz y ruedo los ojos al techo al volver a sentir ese sabor tan gratificante.

-Me alegro de que te guste- se lo ve aliviado por mi opinión acerca de sus especialidades culinarias, se nota que estaba un poco nervioso.

-Me encanta, de verdad- afirmo de nuevo. Después de dedicarnos una tierna sonrisa, volvemos a llevarnos otro bocado.

Después de nuestra conversación anterior, se me hace muy difícil sacarle el tema de Pablito. Sus palabras han sido tan inesperadas y tan bonitas a la vez, que no me veo capaz de estropear este momento. Sin embargo, tarde o temprano lo voy a tener que hacer porque no quiero quedarme con la duda. Ahora que nos hemos quedado en silencio y concentrados en nuestro plato de curri, es buena oportunidad. Es ahora o nunca.

-Jack, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Claro, muñeca, dime- coge otro poco de arroz y lo mastica, a la vez que espera por mi pregunta.

-¿Qué hicieron Volkov y Torrente al final con Pablito?- por un segundo, deja de masticar y levanta la mirada hacia mis ojos, un poco conmocionado por mi pregunta. Entiendo que lo he pillado por sorpresa. Deja la cuchara encima de la mesa mientras traga lo que le queda en la boca y desvía la mirada hacia su derecha. Sé que no es la clase de conversación que se esperaba y de hecho, me siento un poco culpable de tirar por la borda este hermoso momento.

-No quería que te enteraras, pero...- coge aire y lo expulsa mientras cierra sus ojos. Finalmente, vuelve a dirigirme la mirada -Te ibas a enterar de todas formas.

-¿Qué ha pasado?- su forma de hablar me deja con mal sabor de boca, lo veo demasiado preocupado por tener que decírmelo, pero prefiero que lo haga él a tener que enterarme por terceras personas de lo que sea que haya ocurrido con Pablito.

-¿Estás segura de que lo quieres saber?- la intensidad en su mirada acaramelada me acelera el pulso y mi mente no deja de ponerse en lo peor. Si me está preguntando si estoy segura, es porque algo grave ha tenido que suceder. De lo contrario, no tendría ningún reparo en decírmelo directamente.

-Sí, estoy segura- afirmo de manera rotunda y sin tapujos -Tengo derecho a saberlo, se trata del hombre que asesinó a mis padres y que los enterró en su casa- siento la preocupación en su mirada, y lo agradezco, agradezco que se preocupe por mí, pero necesito saberlo -Jack, por favor.

-Está bien, si es lo que tú quieres, te lo diré- menos mal, pensaba que no lograría convencerlo -Verás, yo les ordené a Volkov y a Torrente que hicieran con Pablito lo que considerasen oportuno y ellos decidieron encerrarlo en la federal, pero por lo que me contó Volkov, Pablito se les escapó y cogió un helicóptero policial- hace una pausa para respirar hondo -Ellos lo siguieron con otro helicóptero para alcanzarlo y llegaron hasta más allá de la costa, casi hasta la mitad del océano, pero al final Pablito se tiró del helicóptero y murió.

Entonces esa mínima sospecha que tenía de que él tuviera que ver con la desaparición de Pablito queda totalmente descartada, lo cual me llena de alivio en gran enormidad. No quería ni pensar en que Jack fuera el responsable. Menos mal. Y tampoco ha sido culpa de Volkov y Torrente. En definitiva, Pablito ha muerto por sus propios medios, nadie ha tenido culpa ninguna.

Espina Clavada (Jack Conway y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora